Hay un lote de políticos de profesión que no saben vivir si no están en el gobierno o pegados de la teta del Estado para recibir prebendas. Son de esos que condicionan sus respaldos y hasta su palabra si a cambio reciben algo. Son políticos del cuánto hay pa´ eso y sufren si pasa mucho tiempo que no les tiran algo. Se acostumbraron al vaivén de aquello cuatro años para ti y cinco para mí y, siempre quien esté en los asuntos del Estado al que quedó fuera en el vaivén, le deje sus migajas. Además suelen ponerse al servicio de empresas, las mismas que les financian sus campañas, para llegados al poder trasegar lo que al pueblo pertenece a las cajas de aquellas. Por eso no soportan estar fuera del gobierno y sus planes siempre están concebidos a algo mucho más reducido que el corto plazo.
Ese es el espíritu que ha predominado en la gente que antes estuvo en la MUD y ahora anda en otra cosa parecida, sólo que más reducida que aquella en todos los sentidos. Sus planes para llegar al gobierno siempre fueron concebidos para ya. Pues estar fuera del gobierno como han estado por culpa de Chávez y sobre la torpeza de ellos mismos, le ha trastocado los sentidos y hasta acelerado los tiempos en tal magnitud que siempre andan con los motores refundidos. En esto se parecen a Maduro. Sólo que éste, al contrario, pareciera como demasiado retardado, tanto que prende sus motores y luego los olvida y por el tanto runrunear terminan igual de fundidos y apagados.
En el apuro de esa gente por tomar el poder y sin poner nada de su parte por falta de talento y visión para ponerse de acuerdo en lo más elemental y hasta por el exceso de agallas, han optado esperar que los gringos les hagan el trabajo. Y sueñan, y hasta escriben sus sueños, uno lee las cosas que por allí escriben, que Trump envíe sus tropas el viernes por la tarde; estas con la debida compostura y decencia tomen unos puntos estratégicos, apartando los muebles para que no se rompan, los militares venezolanos se dividan, unos se rindan y otros se les plieguen. A Maduro y quizás a Padrino López tomen detenidos y si se vienen con vainas hasta les fusilen. Sin pérdida de tiempo, a más tardar el sábado en la tarde estén en Miraflores en el acto en el cual uno o una de ellos o ellas sea proclamado (a) como jefe o jefa del gobierno de transición; este procederá de inmediato a repartir la cochina de los cargos entre las fuerzas heroicas que esperaron los marines y las fuerzas colombianas les hiciesen el trabajo que debieron hacer por otra vía y ya el domingo en la mañana estarán en las distintas pistas despidiendo a los galantes invasores que volverán a sus bases originales desde donde velan por la libertad y la justicia y ya el lunes, en las primaras horas, todo volvería a la marcha y retoma del camino abandonado desde 1998, el que conduce a la libertad.
Ese es el plan. Y en verdad que es simple. Uno no entiende porque ese joderse tanto con guarimbas, bombas molotov, piedras y hasta clavos lanzados con gomeras. Por qué de esa vileza y monstruosidad de quemar gente viva. Eso de estar todo el día en la calle mentándole la madre a Maduro y a Cabello y clamar por la libertad y la paz mientras el humo que los mismos manifestantes generan les entra en ráfagas gruesas por las fosas nasales y la boca, es una pérdida de tiempo y esfuerzo inútil. Es mejor esto, una como guarimba importada y hasta de bajo costo porque este quedaría a cargo de los gringos. Los patriotas no tendrán que hacer esfuerzo alguno. ¿Acaso no estamos acostumbrados a importarlo todo? ¿Por qué no haber pensado antes en una rebelión importada y vista por televisión desde casa mientras se espera que los invasores nos llamen a la toma y ejercicio del poder? Si así hay que pagar más no importa. Pensemos en el trabajo ahorrado y lo que se gana en el tiempo. Ese proceder es un listo y puesto.
Ese es el plan soñado.
Pero siempre la misma vaina. "Una cosa piensa el burro y otra el que lo va a montá". Resulta que Trump, de quien los importadores del golpe o invasión esperan les hiciese el trabajo, está metido en una vaina que parece imposibilitarle estar aquí con su gente el 10E, el mismo día que Maduro tomaría posesión. Por lo menos antes y ese mismo día eso no será posible. Trump está metido en un vaporón que incluye la salida de su más alto jefe militar, quien se fue muy caliente y no debe haber dejado el cotarro muy tranquilo y en paz y, para mas vainas, los demócratas le esperan a partir de ya en el congreso para iniciar una batalla por la aprobación del nuevo presupuesto, el cual, al parecer, no será aprobado con la propuesta del presidente de 5 mil millones de dólares para construir un muro en la frontera con México. Pero como Trump es terco, tanto que ha amenazado con paralizar el gobierno y hasta de eso ha aplicado en algunas áreas, no se rendirá a tiempo para cumplirle a los que acá sueñan con llegar a Miraflores de la manera soñada ya descrita. Porque el 10E está aquí mismito.
Los de aquí que todo eso saben, menos como organizarse y proceder para llegar al poder, aunque la gente haya estado allí esperando por ellos, seguro que a partir del 8 de este mes que es casi como mañana mismo, empezarán a gritar y hasta llamar a Trump diciéndole como Billo a Juan Vicente, "Trump, chicho apúrate que pasado mañana es 10" y Trump con su cara de carajito malcriado e irreverente les dirá, "esperen chicos que si no me dan los reales para el puente no invado, pues debo paralizar el gobierno y paralizado no se mueve".
Y si eso sucede, como parece sucederá, o mejor lo de la invasión no sucede, como parece no sucederá, por lo del presupuesto y la parálisis y muchas otras cosas más, los muchachos y muchachas que por la invasión "express" esperan, para el lunes próximo al día de la frustrada toma de posesión de Maduro verán a este hablar otra vez desde Miraflores, diciendo lo mismo que antes ya ha dicho y que repetirá más tarde y de nuevo se hundirán en la frustración y la tristeza.