La cuerda está cada vez más tensa. Un actor político (Internacional-nacional) intentará continuar con su estiramiento para que la cuerda se reviente. Los que jalan la cuerda y lo que trata aguantar los jalones, parecen tener claro sus propósitos con la cuerda y con otras cosas.
El fiasco con jalón en la OEA, el posible jalón en la ONU, los jalones del grupo de lima y de la comunidad europea en colectivo y por países no parecen haber coronado, pero no marca esto, un quiebre de sus propósitos. Continuaran tensando la cuerda y ya se anotan acciones en ese sentido. La estrategia de EEUU es polarizar y crear las condiciones para el caos. Una guerra civil no le va mal a los Estados Unidos.
El punto, como lo recoge la carta publicada por 70 intelectuales pidiendo la no intervención de EEUU en Venezuela, es que el tensar más la cuerda ha tenido sus consecuencias que están como acelerándose. La polarización que es la manera como se concreta este estiramiento de la cuerda va cerrando opciones. El actor político internacional-nacional ha definido que su estrategia para lograr su propósito en profundizar la polarización internacional-nacional.
Por ahora y como lo recoge la carta de los intelectuales, Ninguna de las partes en Venezuela puede simplemente vencer a la otra"[i]. Esto parece ser cierto; como cierto también es, que Venezuela es una especie de trofeo en disputa y parece que no podrá evitarse la injerencia muy directa de Estado Unidos y la de países (potencias) que también tienen sus intereses. Rusia y China están a la espera, pero no tan activos con Estado Unidos.
Pienso que una de las cosas que pueden hacerse porque es parte de esta lucha, es jugar a la injerencia. Abordar muy rápidamente la posibilidad de jugamos esta carta de una manera más conectada con los intereses nacionales.
Venezuela sometida al capricho de la derecha, es el trofeo que puede mostrar (como resultado) Estados Unidos y un factor para convertirse concretamente en el punto de referencia para avanzar en un mundo multipolar sin paz. Es Venezuela y es también, un proyecto antiimperialista que se juega.
La opción o una de las acciones puede ser jugar la carta de una injerencia sana, si cabe el término. Estamos en un punto, que reclama una estrategia internacional (que es el frente más dinámico contra Venezuela) dirigida a romper con la intervención de Estados Unidos.
Implica entonces definir, un apoyo internacional para un diálogo ya. Venezuela puede ahora mismo solicitar el concurso directo de dos países, que en el ámbito de América promuevan una política para romper las pretensiones hegemónicas, guerristas de Estado Unidos. Un movimiento de países con cierta capacidad para acordar iniciativas, puede evitarnos que la opción intervencionista de Estado Unidos avance. Ese grupo de países estaría en estrecha conexión con actores nacionales para ir construyendo muy rápidamente una posibilidad de derrotar el plan de Estado Unidos.
México con López Obrador puede estar al frente este esfuerzo. Jugarnos esta esta carta, no podría verse como una salida para los actores muy polarizados, pero nos colocaría ante otra posición en el mundo, que es donde se juega la suerte del país. Necesitamos saltarnos el cerco que está imponiendo Estados Unidos con sus sanciones y su alianza derechista.
Es una oportunidad para recomponer y recuperar a Chávez, porque la idea es liquidar a Chávez con la intervención o el cerco sobre Venezuela. Jugar a la injerencia, implica llevar por delante la Constitución Bolivariana de Venezuela.