Un viejo compañero de luchas del movimiento estudiantil universitario de Brasil, subió a facebook una nota de la BBC en portugués con la intención de hacer una "reflexión" y una "autocritica" sobre los rumbos de la izquierda. Su título. "Crisis en Venezuela: el costo del gobierno Maduro para la izquierda en América Latina" (https://t.co/zZGMpURkLV).
Artículos como ése se vienen repitiendo. Su característica común es la de presentar como "opiniones equilibradas", ni declaradamente favorables ni explícitamente contrarias al proceso político venezolano.
Otras notas también de la BBC, más astutas, muestran ciertas verdades favorables a la Revolución Bolivariana (que la mayoría de los medios no admite) para, acto seguido, inocular ataques ya conocidos, tratando de legitimarlos a partir de esos arranques momentáneos de honestidad. Los think tanks (tanques pensantes) imperialistas saben que existe un público honesto que busca un punto de vista intermedio, pero saben también que hay otro público ávido de argumentos que sirvan de cuartada para tomar distancia de Venezuela por la "izquierda".
Esa materia que el algoritmo de facebook puso frente a mí no es ni mejor ni peor, es diferente. Su doble "mérito" es el de servir de Caballo de Troya para atacar la Revolución Bolivariana de una manera "sagaz", "inteligente" y darle voz a los que quieren salir de ese incomodo anonimato de nada decir al respecto. La palabra Venezuela parece actualizar aquella misteriosa fuerza anunciada en el Manifiesto Comunista: "Un fantasma recorre el mundo ..."
Este nuevo producto informativo de la BBC es por lo menos confuso, del tipo "ni esto ni aquello, sino todo lo contrario". No trae esa "reflexión" que sedujo a un viejo luchador, si no, como ya habíamos afirmado, una crítica solapada contra la Revolución Bolivariana, justo en el momento en que ella se convirtió en el blanco principal del IMPERIALISMO. Un término, por cierto, actualísimo por hechos elocuentes, pero que no aparece en ningún momento en esa nota sobre la "Izquierda en América Latina". ¿Un descuido conceptual?
Ilustrada para parecer más amena ("Getty Images"), la materia incluye, entre otras, una foto muy indignante para un venezolano, pues va directo de la crítica solapada a la manipulación. Algo no captado por el lector que juzgó pertinente el artículo y lo divulgó. ¿Nuevamente un descuido o una predisposición?
En la foto en cuestión aparecen jóvenes terroristas venezolanos (guarimberos), cargando a uno de ellos aparentemente herido. Son los contratados por la derecha como tropa de choque en los hechos recientes del día 23 de febrero en la frontera entre Colombia y Venezuela, cuando montaron aquel show de la supuesta "ayuda humanitaria". Por detrás de ellos, aparecen dos policías. Al pie de la foto, una pequeña nota que dice: "Venezolanos enfrentan escasez de alimentos y represión hace años". O sea, el contexto creado induce a pensar que ellos son víctimas de la agresión del gobierno venezolano, siguiendo el guion de "Maduro dictador". Pero hay un detalle: los policías que allí están, claramente identificados por su uniforme, son de la policía colombiana. Y no están reprimiendo a esos encapuchados, sino que les están dando cobertura por órdenes del gobierno de Colombia. Esos terroristas de la foto lanzaban piedras y bombas molotov contra a Policía Nacional Bolivariana y la Guardia Nacional Bolivariana que se encontraban en la otra punta del puente, del lado venezolano. Cuando la BBC manipula el contexto de la foto ¿es porque sustituyó las prácticas periodísticas por las mercenarias?
Imágenes manipuladas de ese mismo día fueron usadas como propaganda de guerra. Los medios bombardearon el mundo entero repitiendo, al estilo de Goebbels, la fake de que "camiones con ayuda humanitaria habían sido quemados por los cuerpos represivos venezolanos". Dos semanas después, un video del New York Times probaba que los camiones habían sido quemados por los encapuchados de la foto y no por el gobierno venezolano (https://t.co/3E4SktehrK). Pero a esa altura, como ocurrió con las mentiras de la campaña electoral en Brasil, el trabajo ya estaba hecho.
¿Dónde está la "autocrítica" de identificarse con una materia que privilegia una supuesta "izquierda emergente" valiéndose de manipulaciones para estigmatizar a la llamada "vieja izquierda"?
Venezuela es una compañera de lucha contra las injusticias y está asediada por el mismo enemigo que ataca la soberanía de Brasil y del resto de América latina. Si yo me encuentro asediado en una trinchera junto a otros soldados (llenos de fallas, defectos e imperfecciones humanas), ¿Qué debo hacer? ¿Fortalecer la unidad de los que me ayudarán a preservar la vida (la mía y le de ellos) o dedicar mis energías para exponer, según mi opinión, cuáles serían sus fallas y defectos?
Si Venezuela está bajo un peligro real, semejante al de Siria, ¿Cuál debería ser la actitud de los humanistas consecuentes?, ¿Por qué artículos como ése, y otros que parecen encomendados, consiguen seducir a personas que, sabidamente, no le desean ningún mal al pueblo venezolano?
Todo indica que, en la base de esa autocrítica, que quieren compartir, está la ilusión de que es posible una "tercera vía" que los mantengan ilesos de la derecha y de la "vieja Izquierda". Como eso no existe (pues la izquierda es imperfecta y plural), terminan por la lógica inexorable de la realidad, llevando agua hacia el molino hegemónico de EEUU. El único país del mundo que hasta hoy usó bombas nucleares y que, año tras año, masacre tras masacre, invasión tras invasión, prueba una y otra vez que no posee ningún dilema ético ni moral para asesinar hombres, mujeres y niños con tal de hacer valer sus intereses.
Para reforzar esa inversión de valores, la nota de la BBC trata de introducir un argumento de autoridad científica: "... algunos analistas afirman que la izquierda de la región, de una forma o de otra, está pagando el precio por lo que viene ocurriendo en el país comandado por el chavismo."
La reflexión debería sensibilizar y crear esa empatía vital capaz de colocar a los sujetos pensantes, de cualquier país, en el lugar de una familia siria con familiares muertos por los bombardeos y extender, sin dificultad, que ese peligro amenaza a otros pueblos del mundo y, en este momento particular, al pueblo venezolano. Para nosotros, latinoamericanos que conocemos tantas experiencias trágicas de nuestra historia pasada y reciente, debería ser más fácil.
Por otro lado, limitar la cuestión "Venezuela" a un debate sobre la izquierda latinoamericana es un reduccionismo pré-globalización que el articulo pasa también de contrabando. El mundo asiste hoy al surgimiento de una multipolaridad de fuerzas que están impidiendo, con hechos, las históricas pretensiones de los EEUU de dirigir unipolarmente el mundo. Estas pretensiones habían ganado un nuevo aliento después del schock producido con la caída del muro de Berlín y, por eso, los EEUU actuaron con impunidad produciendo las tragedias ya conocidas de Irak e de Libia. Ahora, ya no. El cambio, con la presencia de Rusia, comenzó en Siria que venía siendo masacrada por los terroristas que recibían apoyo de EEUU. Obama había dicho que el Presidente sirio, Bashar al-Ásad, tenía que irse, sin embargo, ahí está, más firme que nunca, apoyado por su pueblo, con casi todo el territorio sirio recuperado de las manos de los terroristas. Esa victoria es de todos nosotros. El mundo está diciendo ¡BASTA! No más barbarie en nombre de la democracia.
En ese contexto es que debe ser visto lo que está ocurriendo en Venezuela. Ella es pieza estratégica de ese nuevo orden pluripolar que no va por ahí invadiendo territorios y que pide respeto por la autodeterminación de los pueblos. El Brasil de los BRICS estaba incluido, hasta el golpe contra la Presidenta Dilma, en esa nueva dinámica. Fue uno de los motivos para destituirla. Brasil es un actor global.
Recientemente, y no por casualidad, China habló contundentemente ante las amenazas de EEUU contra Venezuela, diciendo que "América Latina no le pertenece a ningún país y no es patio trasero de nadie". Rusia, a su vez, comparó EEUU al imperio Romano y declaró ante las amenazas norte-americanas que "ni Rusia ni Venezuela son provincias de los Estados Unidos".
Estamos asistiendo a los combates, tensiones y decisiones políticas por los destinos de la humanidad. En este inicio del siglo XXI, quien no enmarque los debates y disputas de su país dentro de esta dinámica global posee una perspectiva limitada de lo que está ocurriendo en el mundo o actúa de mala fe, favoreciendo a los enemigos de los pueblos. Repitamos, no hay tercera vía.
En fin, espero que Venezuela deje de ser el chivo expiatorio usado como recurso de algunos analistas para deslastrarse de aquellos sueños de redención y utopía de los tiempos del movimiento estudiantil. Luchas que enmarcábamos en otra mucho más amplia y generosa y que tenía, por horizonte, la superación de este orden capitalista que amenaza hoy, más que nunca, destruir nuestra civilización y nuestra especie.
Venezuela seguirá todos los días en los titulares del mundo entero recibiendo ataques de todo tipo. Nuestro pacífico Pueblo ni pidió ni escogió que fuese así. Sin embargo, no vamos a huir de esa lucha, negando la historia de nuestros libertadores. Doscientos años atrás encabezamos la lucha contra el imperio español conquistando nuestra libertad a costa de muchos sacrificios. Parece que la historia nos llamó para estar de nuevo en el frente de batalla.
Venezuela es en este momento, en nuestro continente, la llama más encendida en el camino para dejar atrás ese mundo de tinieblas y barbarie que los juveniles quijotes de nuestra generación osaron combatir. La solidaridad internacional que crece todos los días viene demostrando que los pueblos del mundo también saben que en Venezuela se traba una batalla que es de todos y de todas.
¡Leales siempre, traidores nunca!
¡Unidad, Lucha, Batalla y Victoria!
NOTA: Este texto fue elaborado en esta alterada vida cotidiana que estamos viviendo los venezolanos por los ataques que está recibiendo el país. Pocas horas antes de enviarlo para su publicación el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, había hablado a todo el país que entraríamos en un Régimen Especial de Administración de Cargas, por un mes, que permitirá equilibrar el Servicio Eléctrico Nacional después de los atentados terroristas que impactaron, en los últimos días, la Hidroeléctrica Simón Bolívar, la principal del país.