Bernie Sanders se tropieza con Venezuela

No ha habido político alguno de origen estadounidense, que en alguna oportunidad histórica haya tenido alguna noción –por mínima que sea- de la realidad política venezolana. La prepotencia de las élites imperiales norteamericanas, se traslada a los genes del liderazgo, llámese fascista o "progresista" estadounidense. La realidad es, que en el centro político imperial –en general- se ve a los pueblos del sur casi que como seres no humanos, tal vez salvajes indios del sur; los cuales, son factibles de ser "educados" en el arte de la "democracia". Es, el llamado "destino manifiesto" que ha calado hondo en la sociedad estadounidense, y la élite política llámese demócrata o republicana, está convencida de que el régimen de "democracia" imperialista, que rige en EEUU, es el más perfecto de las democracias en el planeta. Falsa creencia, que les hace ver, a esa élite imperial, que pueden darles consejos al resto de la humanidad, haciéndoles creer que el pueblo es el depositario del poder y los políticos profesionales, son sus representantes delegados por Dios para representarles y servirles. La realidad es, que en la democracia "perfecta" estadounidense, los ciudadanos y ciudadanas cuando son convocados a votar, cada 4 años, no es para elegir –directamente- su presidente, sino que eligen a los integrantes de un Colegio Electoral, quien será, en definitiva, quien designe al presidente del imperio. Donald Trump, es presidente pese haber obtenido 3 millones por debajo de su principal contendiente, Hillary Clinton, quien le superó –ampliamente- en votos. Los medios de comunicación privados, construyen la realidad con que nos perciben en el imperio. Es una visión, según los intereses de los propietarios de los medios, que nada tiene que ver con la visión del pueblo estadounidense, pero, que mucho influye en cómo nos verá ese pueblo hermano. ¿Libertad de expresión o libertad de empresa?

Se critica, la influencia religiosa en la democracia iraní, pero se oculta la fuerte influencia religiosa sobre la democracia estadounidense, que hace a ambos regímenes teocráticos, tan iguales como imperfectos. O acaso, no fue Bush quién dijo que destruyó Irak, siguiendo los consejos que les diera Dios, después de una amena conversa pasada por tragos del más fino y añejado licor, a su disposición en la Casa Blanca. Bernie Sanders, se abstiene de llamar "dictador" al Hno. Nicolás Maduro en una entrevista con Wolf Blitzer para el medio privado CNN, archienemigo jurado del pueblo venezolano y rey de los fake news, en febrero pasado, y se arma el zafarrancho: "Es justo decir que las últimas elecciones no fueron democráticas, pero todavía hay operaciones democráticas en ese país" ¿Quién, le otorga el poder de decidir qué elecciones son democráticas o no al Senador imperial Bernie Sanders? Un país, que en menos de un año ha realizado cinco elecciones democráticas y participativas, no es democrático? Pero, otro que las realiza cada cuatro años, sí lo es. Sanders, revisa el tamaño de la viga que llevas por dentro, antes de verla en ojo ajeno. Desde febrero, la presión mediática se impone para torcerle la opinión a quien no comparte la visión de los intereses de los dueños de los medios de comunicación, y así tenemos una nueva opinión del Senador y precandidato demócrata Bernie Sanders, de finales de junio, que revierte aquella opinión de comienzos de año: "Nicolás Maduro es un líder autoritario", Reivindica ahora, el Senador.

Insiste, nuevamente, Sanders, en su exigencia de elecciones "libres y justas" en Venezuela. ¿Será, que en EEUU las elecciones son "libres y justas"? ¿Existe un Poder Electoral autónomo e independiente del Ejecutivo Nacional? Con un proceso electoral totalmente automatizado y diversas instancias de verificación del voto, siete en total, que dan plenas garantías al elector o electora que su voto será respetado y acatado a plenitud (voto físico en papeleta, memoria fija de la máquina, memoria removible de la máquina, acta de escrutinio, voto electrónico transmitido a centro de totalización, acta electrónica transmitida a centro de totalización y acta física de totalización). El voto, es directo al candidato o candidata y no se adjudica a una segunda instancia, que es la que decide el resultado final. Entonces, de qué libertad y qué justicia, hablan el presidente Trump y el senador Sanders, cuando el elector y electora, acuden a votar por un determinado candidato o candidata y resulta que no lo están haciendo por él o ella, sino que en la realidad, están votando por un grupo de desconocidos, llamados colegio electorales, quienes serán –en definitiva- los que elijan por ellos y ellas. Y, si el candidato o candidata más votada no es del agrado de los desconocidos colegios electorales, obviamente no expresará la voluntad soberana del electorado. Entonces, cuál es, esa justicia que no expresa la voluntad de la mayoría o en palabras de Abraham Lincoln: "el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo…" Democracia, deviene de "demos" o "pueblo", como afirma Lincoln, es básicamente un gobierno en que el poder supremo le corresponde al pueblo, las elecciones libres y justas, son esenciales para garantizar el consentimiento de los gobernados, el cual se constituye en fundamento de la política democrática. Las elecciones, son el mecanismo para buscar y obtener ese consentimiento. Obviamente, si comparamos los EEUU con Venezuela, en ambos países se verifica la vigencia de esos requisitos. Solo que, hay diferencias cualitativas entre ambos regímenes. La elección presidencial en Venezuela es directa pues el pueblo es quien elige, y el que obtiene la mayoría de los votos es proclamado presidente de la República. Hay garantía plena de que la soberanía la tiene el pueblo. En los EEUU, el proceso electoral presidencial es a dos partes, el pueblo vota por sus candidatos o candidatas y, en una segunda ocasión, se reúnen 538 personas para designar quien es el nuevo presidente de la República. La soberanía del pueblo, se delega en un grupito de electores. En realidad, el día de las elecciones, los electores y electoras, votan no por el candidato o candidata propuesta, sino por una lista de electores o electoras, que cada partido le presentan por cada Estado para integrar el Colegio Electoral. Las colonias de EEUU: Puerto Rico y Guam, no tienen colegio electoral, su voto vale cero. Asimismo, y contrario al mandato de la décima quinta Enmienda de la Constitución de EEUU, el derecho al voto está privado para los condenados a prisión; también para quienes fueron condenados por penas graves, cumplieron su pena y están libres; para quienes no poseen carnet de identidad, hecho que afecta muy en especial a las poblaciones indígenas originarias que viven en reservas, ya que se les imposibilita cumplir con el requisito exigido de mencionar el nombre de las calles o dirección exacta donde habitan; incluso, hay denuncias de la negativa del voto en estados como Florida y Kentucky, en los que se les negó el derecho al voto a poblaciones negras, que se encontraban detenidas, sin condena, y no pudieron ejercer su derecho. En cada uno de los 50 estados, que conforman el Estado de la Unión, se crean leyes para interferir y restringir el derecho de los votantes, según el interés del partido gobernante en dicho Estado. El caso de Carolina del Norte, en 2013, en que el Estado aprobó una legislación que estableció nuevos requisitos para poder votar, entre los cuales destaca la presentación de un documento de identidad con fotografía, en el punto de votación. En ese caso, un tribunal federal revocó esa medida, considerando que la misma, contenía restricciones al voto y que "estaban dirigidas a los afroamericanos con precisión casi quirúrgica", por ende, la intención era reducir la votación demócrata, que es con quien identifican esa población los republicanos. Todo el entramado de trampas y fraudes, con los que se enfrenta cada proceso electoral en EEUU, nos lleva a preguntar: ¿De qué justicia hablan? Por lo demás, estamos en presencia de un sistema electoral que establece ciudadanos y ciudadanas de primera y de segunda, en que los votos de un Estado como California, valen muchísimo más que otros, de un Estado como por ejemplo: Florida. ¿De qué democracia hablan? Como bien, lo expresara el ex presidente Carter, en una entrevista dada a la presentadora Oprah Winfrey, en 2015, desnudando el sistema estadounidense: "Actualmente, no hay forma para que usted pueda obtener una nominación demócrata o republicana, si no es capaz de recaudar 200 o 300 millones de dólares o más". ¿Democracia o Plutocracia? Bien, el apóstol de la Revolución Cubana, José Martí, refiriéndose a los EEUU, no pudo ser más acertado y escribió en 1884: "¡En la médula, en la médula está el vicio, en que la vida no va teniendo en esta tierra más objeto que el amontonamiento de la fortuna!"

45 elecciones presidenciales, se han realizado en EEUU desde 1789 a la fecha. 230 años, en que el Colegio Electoral designó a George Washington presidente de los EEUU, hasta 2016 en que fue electo Donald Trump. En la Venezuela Bolivariana, desde 1998 en que fue electo Hugo Chávez Frías, hasta el presente, transcurridos 20 años, se han realizado 6 elecciones presidenciales y un referendo consultivo de evaluación del mandato presidencial a mitad de período. Obviamente, si de democracia se trata, estimamos, que la élite política estadounidense tiene mucho que aprender de sus "vasallos salvajes" de Venezuela, como pretenden vernos, en materia democrática. No puede, político alguno, de extrema derecha o izquierda moderada, venir a echarle cuentos de democracia a quien sabe historias de Democracia verdadera.

Bernie Sanders, en su estrategia de campaña, se tropieza con Venezuela y por su desconocimiento de la realidad venezolana, se encamina a coincidir con su contrincante Trump, en su valoración de la realidad venezolana. Por ese camino, se enrumba a una derrota segura ante el candidato republicano, quien ha venido demostrando ser muy habilidoso en las artes del engaño. Habilidades de las cuales, está harto el pueblo estadounidense, y ante las cuales se repliega, absteniéndose de ser partícipe de la Política. En su desconocimiento de la realidad venezolana, demócratas y republicanos, mantienen la misma política; diseñada, desde los confines de la oscuridad de los señores de la guerra imperialista. Contra Venezuela, Cuba, Nicaragua, Irán, Siria, China y Rusia, han fracasado y seguirán fracasando, pues el mundo cambió y esa élite política norteamericana, aún no termina de darse cuenta.

En su "Commentariolum petotionis", recomendaba Quinto Tulio Cicerón a su hermano Marco Tulio Cicerón, quien presentaba su candidatura al Senado en el 63 A.C.: "Hay que procurar que estas elecciones resulten un gran espectáculo popular, con la mayor brillantez, esplendor y despliegue de medios que esté a tu alcance y que, de ser posible, se hable de todo lo que de infamante, ilegal, deshonesto o corrupto pueda haber en la personalidad y en las costumbres de tus oponentes. Todo el esfuerzo durante la campaña debe dirigirse a mostrar que eres la esperanza del Estado…" Senador Bernie Sanders, deje quieto a Venezuela. Usted, a diferencia de Trump, no es un empresario que aprecia su candidatura como "el mejor negocio de su vida" (The Art of the Deal, D. Trump), y utiliza el país como su oficina para hacer buenos negocios. El pueblo estadounidense, que, por millones observa en Usted, una alternativa distinta a las tradicionales, no de millonarios, sino del común, del ciudadano o ciudadana que no tienen acceso a salud, educación, vivienda, recreación, en fin, a una vida digna en el país más rico del planeta. Aprecia en su candidatura, una esperanza de cambio en la orientación a favor de los millonarios que ha caracterizado -por siempre- la gestión de los gobiernos en EEUU por otra, a favor de los pobres, de las mayorías estadounidenses. Mucho, tiene Usted que aprender de la democrática República Bolivariana de Venezuela. No caiga en el terreno al que Trump quiere llevarlo para hacerlo trizas ¡Quien se mete con Venezuela, se pudre! Reoriente –positivamente- en propuestas para la vida digna del pueblo estadounidense su campaña electoral, y entérese bien de lo que ocurre en Venezuela, antes de opinar sobre este extraordinario y revolucionario país…

Caracas, 03-07-2019



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Henry Escalante


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