Sabe Dios que no soy gobiernero. Sabe la gente que apoyo al Gobierno de Nicolás Maduro siendo activo opositor crítico de todos las bacterias que afectan algunas partes de su cuerpo y causan dolor: burocratismo, corrupción, ineficiencia, indolencia, sectarismo, dogmatismo. Males acaso curables, si somos capaces de diagnosticarlos con coraje y aplicarles tratamiento. He escrito un poema donde digo "Primero torcerle el pescuezo al águila/después envenenar a las ratas/Primero romperle el pico al águila/después sacarle los colmillos a la serpiente". Me explico de aquí en adelante.
Desde hace mucho tiempo no soy dado al falso dilema de democracia y dictadura. Primero que nada, lo que considero la única democracia posible, la democracia socialista profunda y generalizada, no existe en ninguna parte del mundo. Todos los países son gobernados por dictaduras: de un grupo, de un partido, de una clase social. Nadie debe alarmarse por lo que afirmo. Ya Carlos Marx hablaba de la dictadura del proletariado como la forma de gobierno consustancial al socialismo. Según este concepto, el proletariado se convertiría en clase dominante y ejercería su dictadura sobre la burguesía mientras se completaba la transición del socialismo a la sociedad sin clase, la sociedad superior, el comunismo.
Por supuesto, hay dictaduras de dictaduras. Las dictaduras de Cuba y Venezuela son ejercidas por representaciones que básicamente expresan los intereses generales del pueblo trabajador, al menos en buena parte de sus ejecutorias. La dictadura de Colombia es dirigida por una clase política vinculada al gran capital, al narcotráfico y al paramilitarismo. Sin embargo, el tránsito hacia una real democracia socialista (con tanta participación como sea posible y solo tanta representación como sea necesaria) en países como Cuba y Venezuela será largo y se dará en medio de grandes contradicciones y luchas.
Ahora bien, existe hoy la dictadura de las dictaduras, la gran dictadura mundial, la dictadura del gran capital transnacional, la dictadura del puñado de familias que toman las grandes decisiones económicas y políticas que afectan a toda la Humanidad, la dictadura capitalista, la dictadura universal de la burguesía. La máxima representación política de esa dictadura es el gobierno de los Estados Unidos de América, el imperialismo norteamericano, con toda la sarta de lameculos que lo acompañan, los que ese reunieron el martes en Lima bajo el comando de John Bolton, sin meter en ese paquete a México y Uruguay, que se fueron antes de que se les hiciera demasiado tarde, y sin que dejaran de asomarse las contradicciones internas de la alianza imperial, como se demostró con la declaración simultánea de la Unión Europea contra el uso de sanciones unilaterales.
Frente a la dictadura mundial opresora, que carga con saña y odio contra el pueblo venezolano, no hay en mí ni ápice de dudas. Por encima de cualquier diferencia apoyo sin cortapisas al Gobierno Bolivariano y al presidente Nicolás Maduro, uno de los factores fundamentales de la lucha antiimperialista mundial. La derrota de la Revolución Bolivariana sería una dolorosa y muy dañina derrota de toda la Humanidad. La responsabilidad de los venezolanos hoy día es de trascendencia histórica. Unirnos en defensa de la Patria, de la Revolución y del gobierno de Maduro frente a la brutal agresión imperial es un deber insoslayable de todos los antiimperialistas.
El sábado 10 de agosto, que se escuchen todas las voces contra la dictadura fascista de Estados Unidos.
Para finalizar en buena onda, va mi poema "Primero el águila":
Primero el águila
Primero torcerle el pescuezo al águila
después envenenar a las ratas
Primero romperle el pico al águila
después sacarle los colmillos a la serpiente
Primero arrancarle el corazón al águila
después aplastar a las alimañas
Primero desplumar al águila
después matarle las pulgas al perro
Mirar el horizonte lejano con el camino por delante
sabiendo que nunca terminaremos de llegar
porque el mundo es redondo y el caminante no se detiene
Primero el águila, después seguir remando