Mirada Antiimperialista en la UBV

Este es un momento propicio para compartir algunas referencias, con respecto a la visión anti imperialista que se encuentra presente en algunas claves del Documento Rector de la Universidad Bolivariana de Venezuela, que se construyó en el año 2003, cuando se funda esta casa de los saberes, un enclave de resistencia del pensamiento, que permite aflorar desde las diversas teorías que sustentan algunos planos cognitivos de las ideas que no son impolutas o neutras, en las visiones políticas que han cartografiado los espacios de poder.

Este documento muestra una reorganización del mapa mundial, que implica una serie de transformaciones económicas, políticas, científico-tecnológicas y culturales que afectan la vida social en todos los puntos del planeta. Destacando que en esa reorganización:

Primero, los cambios radicales en el ámbito económico están cruzado por una revolución tecnocientífica, la internacionalización y la concentración del capital financiero, que la globalización de la economía esta asociada a la reorganización de los poderes económicos y políticos, en una mayor interdependencia entre los países, y un mundo más polarizado entre países ricos y países pobres.

Segundo, que las mutaciones en el ámbito de la geopolítica mundial, forman parte de la conformación de un nuevo e incierto orden político internacional cruzado por nuevas estructuras de poder y pretensiones neoimperialistas.

Tercero, que hay un trabajo pendiente en las transformaciones de las prácticas culturales que atañen a fenómenos como la creciente escolaridad de la población en los niveles de la educación básica, el impacto de la lógica cultural massmediática en los cambios de las costumbres, los patrones de conducta y las formas de vida de los individuos y de los grupos sociales, en la reorganización de los procesos y prácticas de construcción de identidades culturales.

Cuarto, que la construcción e imposición de un proceso de globalización, como un ideal planetario con arraigo en los presupuestos del neoliberalismo, estarían apuntando hacia una naturalización de una sociedad controlada por poderes abstractos y orientada por el pensamiento único para explicar y controlar las prácticas económicas, políticas, culturales y educativas de las sociedades.

Quinto, que la complejidad creciente de las dinámicas sociopolíticas, asociadas a fenómenos tales como el aumento de la pobreza extrema en sociedades con profundas iniquidades sociales, el resurgimiento de etnocentrismos, racismos y diversas formas de intolerancia que se constituyen en terrenos propicios para graves conflictos y guerras en distintas puntos del planeta.

Sexto, que para lograr un reordenamiento de los escenarios políticos nacionales, con la debilitación de las políticas sociales, el predominio del neoliberalismo, la redefinición de los campos de intervención del Estado, aunque también con la emergencia de formas de gobierno asociados a la construcción de una sociedad más democrática y participativa, y por ende, a las luchas por la profundización de la democracia sustentada en la justicia social, la libertad y el pluralismo.

Séptimo, son suficiente las evidencias de la destrucción del ambiente a escala planetaria como consecuencia de modelos de crecimiento económico de carácter depredador que ponen en cuestión la sostenibilidad de la vida a largo plazo y marcan la necesidad de la emergencia de una nueva conciencia humana, que más allá de localismos, asuma una nueva responsabilidad por el planeta como esfera de vida, replanteando modelos de pensar y practicar el desarrollo.

Octavo, que toda esta definición y puesta en escena de estrategias que adopten sentidos sociales para la consolidación de verdaderas asociaciones caracterizadas por la solidaridad y la cooperación, y propicien condiciones de mercado justo y equitativo. Solamente así, podrá contravenirse el hecho de que grandes trasnacionales, al amparo de la competitividad, prosigan su constitución en imperios con enormes capacidades para imponer sus productos en los países pobres y debilitar los estados ofreciendo hasta servicios como la salud y la educación, que han sido hasta ahora de exclusiva responsabilidad estatal.

Noveno, que a tales efectos, como sabemos, con connivencia de agentes económicos y políticos, se ha impuesto como algo natural la idea de privatizar los servicios públicos para reducir el gasto público, idea y práctica que ha hecho entrar a los países latinoamericanos en una especie de círculo vicioso, pues gran parte de los ingresos por tales servicios vienen a parar a manos de los países dueños de las tecnologías, mientras los países pobres quedan sujetos a la direccionalidad que dan los grupos económicamente poderosos.

Décimo, que privatización de estos servicios, sin embargo, contradice el reconocimiento de que la búsqueda de una inserción más favorable de los países con escasos niveles de desarrollo en una economía globalizada, tiene entre sus condiciones fundamentales la elevación del nivel cultural y educativo de todos los grupos sociales, lo que presupone un gran esfuerzo conjunto de los actores sociales y estatales para la puesta en marcha de políticas de formación de personas calificadas como partícipes activos en el desarrollo integral de las naciones.



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Adrián Ávila

Profesor universitario

 adrian7379@gmail.com

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