"Hay dos formas de conquistar
y esclavizar a una nación.
Una es la espada,
la otra es la deuda"
John Adams
Un señor, a quien muy poco le había oído hablar de temas relacionados con el imperialismo, y menos fustigar directamente a los gobiernos de los Estados Unidos, en días pasados a raíz de los recientes movimientos del pueblo colombiano por sacudirse del yugo de un gobierno entregado a los designios de Washington, prácticamente terminó por unirse al coro de voces, que en el mundo, vienen denunciando los atropellos de cuanto gobierno se instala en la Casa Blanca, y apenas empiezan actuar, tratan de engañar con cambios ficticios, como lo explica de manera muy clara el profesor Vladimir Acosta en su artículo ¿Nueva política de Estados Unidos para América Latina? *https://ultimasnoticias.com.ve/noticias/especial/nueva-politica-de-estados-unidos-para-america-latina-vladimir-acosta/.
El largo historial muy difícil de borrar de la política genocida de los gobiernos de los Estados Unidos, empieza a conseguir una mayor resistencia, con tanta intensidad, que antes un rechazo de consciencia política en buena parte de América Latina, vemos en estos momentos al presidente estadounidense Joe Biden, buscando formulas para tratar de presentarse, con sutilezas, que nunca utilizaron, y al saber de lo difícil, que se les está haciendo seguir engañando a los pueblos, ni siquiera con el gran poder mediático desplegado, ahora trata de hacer el papel de la abuelita, como en el conocido cuento de la Caperucita Roja.
El daño creado por el imperialismo en nuestro continente, con su larga lista de títeres, es cada día más visible; pueblos empobrecidos, pero paradójicamente sus habitantes viven soñando con vivir en los Estados Unidos, embelesados por un slogan, el cual se extendió por el mínimo rincón, con la misma sutileza, como pretenden actuar ahora: el conocido "Sueño americano". Esto hizo multiplicar los pitiyanquis, hasta llegar a convertirse en unos fieles defensores de las políticas gringas; así, llegaran a suelo estadounidense un número bastante elevado para engrosar los índices de miseria, el cual cada día crece, al lado de la desesperación de los directores del pentágono.
La estrategia de las bases militares, específicamente en Colombia por la actitud vergonzosa de sus mandatarios, tiene un fin especifico: enfilar las baterías contra Venezuela, en primer lugar por la resistencia heredada de nuestros libertadores, y en segundo lugar, porque aquí tienen una variedad de productos esenciales por el sostén del capitalismo manejado por los grandes monopolios, y mientras se mantenga vibrando el pensamiento libertario de Simón Bolívar, y las enseñanzas del comandante Chávez, se les hace muy difícil volver a explotar nuestras riquezas, y de allí parte ese bloqueo criminal; el mismo que le impusieron a los cubanos, al no dejar pisotear nuevamente su suelo, y rechazar cualquier intento de dominación.
El último payasito utilizado en Venezuela, se encuentra precisamente ensayando por mandato de los halcones; propuso un acuerdo de salvación nacional, como buscando el momento oportuno para emprender el vuelo, después de escuchar los disparos cada día más cerca, y los que hasta hace poco lo seguían, una porción está en desbandada, mientras el restante lo picotean apenas habla, porque los embarcó en una balsa sin rumbo fijo. Toda la acción antipatria del Gua-ido, ha contribuido a elevar el sentimiento antiimperialista entre los venezolanos, a pesar de las furiosas reacciones de personajes llenos de odio: María Corina, Leopoldo López y el mismo Julio Borges, que poco da la cara al encontrarse precisamente en suelo colombiano, donde la hoguera cada día agarra más llama, y eso hace sumamente peligroso al imperialismo y sus títeres.
El imperialismo ha ensayado de mil maneras en los últimos años en nuestro país; ha tratado de utilizar cualquier armamento para tratar de soliviantar al pueblo contra el presidente Nicolás Maduro, y cada día se encuentra con la consciencia acerada, que resiste, a pesar de todas las adversidades; porque no es igual levantarse contra un gobierno, como el de Iván Duque, entregado en cuerpo y alma a los dictámenes de Washington; a ponerse de parte de un presidente, que con todos sus errores, está dando la pelea frente a un enemigo por demás poderoso, sanguinario y astuto, desde el punto de vista mediático. Por la otra parte defender el suelo patrio, es defendernos de los eternos usureros, el cual nos convirtieron en los tiempos de los otrora grandes partidos AD y COPEY, en deudores, cuando paradójicamente las riquezas eran nuestras; pero esa política de los acreedores imperialistas, era para someternos al comprar barato, para después vendernos la tecnología a precio de oro, y en estos momentos la utilizan, como un chantaje. No pueden, ni podrán esclavizarnos con la espada, ni con la deuda, porque Venezuela es libre y soberana.
¡LEALES SIEMPRE! ¡TRAIDORES NUNCA!