¿En las próximos meses rumbo al "Día Después"?

El Club Nuclear del Siglo XXI, Los EE. UU. atacando a Irán muy pronto

Las ideas no son las responsables de aquello en lo que los seres humanos las convierten.
Werner Heisenberg

Introducción

La Matriz Nuclear

Durante la era de la Gran Depresión capitalista y el surgimiento del fascismo y el nazismo en Europa, el físico húngaro, Leo Szilard, descubrió cómo liberar cantidades enormes de energía mediante reacciones neutrónicas en cadena. Fue el primer científico en describir la reacción nuclear en cadena cuando se traspasa el límite de una masa crítica, en otras palabras, fue el primero en descubrir y formular los principios de la energía atómica y de las armas nucleares. Efectivamente, el 4 de julio de 1934, Szilard solicitó la patente de una bomba atómica, patente que le fue concedido y que lo convirtió en el inventor de la bomba atómica.

Después de su emigración a EE.UU. y lleno de preocupación por el auge del nazismo y fascismo en Europa, Szilard y otros científicos que trabajaron en el área de la investigación nuclear, lograron convencer a Albert Einstein firmar una carta dirigida al Presidente de los EE.UU. Franklin Delano Roosevelt, en la cual se le hizo la sugerencia de autorizar el desarrollo de una bomba atómica antes que la Alemania nazi la desarrollara. Hoy se considera que esta carta era decisiva para que naciera el famoso Proyecto Manhattan, que reunió los mejores científicos de todo el mundo para construir la bomba atómica en el tiempo más corto posible para llevarle el paso a los alemanes.

Uno de los párrafos de la carta firmada por Einstein en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, el 2 de agosto de 1939, dice lo siguiente:

“En el curso de los pasados cuatro meses, se ha hecho posible —a través del trabajo de Joliot en Francia y de Fermi y Szilard en Norteamérica— provocar una reacción nuclear en cadena en una gran masa de uranio, que produciría grandes cantidades de energía y nuevos elementos de radioactividad, en el futuro inmediato [...] Una sola bomba de este tipo, transportada en un barco y detonada en un puerto, podría muy bien destruir el puerto entero junto con una buena parte del territorio circundante [...] Alemania ha dejado de vender mena de uranio de las minas checoslovacas [...] y el hijo del subsecretario del Estado, von Weizsäcker, ha sido contratado por el Instituto Kaiser-Wilhelm de Berlin en donde se está repitiendo parte del trabajo norteamericano sobre el uranio”. 1)

Así fue como en el contexto de la Segunda Guerra Mundial y con miras al hecho de que en la Alemania nazi estaba trabajando un grupo de físicos centrado alrededor de Werner Heisenberg en la aplicación militar de la fisión nuclear descubierta por Otto Hahn en 1938, se desató la carrera por el desarrollo de la bomba atómica. El físico neoyorquino Julius Robert H. Oppenheimer fue nombrado director del proyecto científico-militar Manhattan Project que se conduciría a lo largo de un lapso de 4 años, con la participación combinada de muchos científicos en varios institutos e universidades, como el físico Philip Abelson en el Naval Research Institute en Washington D.C. , el físico nuclear Enrico Fermi en la Columbia University, físicos y científicos en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) y el Oak Ridge National Laboratory, para sólo mencionar algunos. Luego, las actividades del proyecto, en lo que se refiere a su aplicación y realización militar definitiva, se concentraron en las instalaciones del Laboratorio Nacional de Los Alamos en Nueva México.

Se estima que un total de cien mil personas físicos, científicos y técnicos habían participado en el Proyecto Manhattan, y después de un inmenso esfuerzo teórico con teorías y descubrimientos de Leo Szilard, Lise Meitner, Otto Hahn, Albert Einstein, Enrico Fermi, Frédéric Joliot, Niels Bohr y muchos otros, el equipo científico de Oppemheimer logró realizar, el 16 de julio de 1945 en Alamogordo, un sitio en las cercanías de Los Alamos, la primera detonación exitosa de una bomba atómica en la historia de la humanidad, la prueba “Trinity”. Lo demás es hartamente conocido. El 6 de agosto de 1945, la bomba de uranio enriquecido con el nombre código 'Little Boy' detonó sobre Hiroshima, y el 9 de agosto fue lanzado la bomba de plutonio con el nombre código 'Fat Man' sobre Nagasaki. La humanidad había entrado en la era nuclear con un acto de barbarie sin precedentes.
Uno de los físicos más famosos e importantes que participó en el Proyecto Manhattan, el italiano Enrico Fermi, comentó lo siguiente en una charla del año 1954:

“Tengo memorias muy vívidas del primer mes en el que empecé a trabajar en los laboratorios Pupin; era enero de 1939, cuando las cosas comenzaron a desarrollarse de manera vertiginosa. En aquél entonces, Niels Bohr daba charlas en la Universidad de Princeton y una tarde Willis Lamb regresó entusiasmado y nos contó, que Bohr había anunciado grandes novedades. Se trataba del descubrimiento de la fisión nuclear y una presentación de las implicaciones y del significado de este descubrimiento. Algún tiempo más tarde había una reunión en Washington, en la cual se discutió por primera vez, de modo medio serio, la posible importancia que pudiera tener este nuevo fenómeno de la fisión nuclear como fuente potencial de energía nuclear.” 2)

Lo cierto es que desde un principio, debido a las circunstancias históricas en que nació, esta “fuente potencial de energía nuclear” fue y sería siempre una cuestión de carácter primordialmente militar.

1. Armas nucleares y efectos de una guerra atómica 3)

Un arma nuclear es una bomba que libera un inmenso monto de energía mediante una reacción nuclear. Existen varios términos para este tipo de armas, como por ejemplo “bomba atómica”, “bomba de hidrógeno”, “arma nuclear”, “bomba de fisión”, “bomba de fusión” o “bomba termonuclear”. La palabra “bomba atómica” es la que se ha utilizado primero y es quizás la más familiar. Estrictamente, sin embargo, no es adecuada para denotar lo específico de un arma nuclear, ya que todos los explosivos químicos generan energía en base de la reacción entre átomos, más preciso, entre átomos intactos. Lo que distingue un arma nuclear es precisamente el que libere su gran potencial explosivo-energético en base de una transformación del núcleo atómico.

La reacción en cadena que se produce en la detonación de un arma nuclear tipo fisión, se basa en la fisión de nuclei de uranio o plutonio, que se desintegran en fragmentos más livianos, los llamados productos de fisión. En este proceso se liberan neutrones, los cuales, a su vez, dividen a otros nuclei y así sucesivamente, en reacción de cadena. Ésta sucede de manera tan increíblemente rápida, que la energía nuclear total se libera en una millonésima parte de un segundo (=un micro-segundo). A modo de ilustración drástica cabe señalar, que con la detonación de una sola bomba de este tipo se libera en un micro-segundo más energía que la que se ha liberado a lo largo de todas las guerras en la historia de la humanidad, libradas mediante armas convencionales.

Las armas de fusión nuclear funcionan de manera diferente. La fusión nuclear es una reacción entre dos nuclei, en la que dos núcleos atómicos se funden en uno sólo, con mucho más peso. Las armas de fusión nuclear también son llamados bombas de hidrógeno porque el elemento principal implicado en las reacciones en cadena son isótopos de hidrógeno. También se les denomina armas termo-nucleares debido a las altas temperaturas que se requieren para iniciar las reacciones de fusión deseadas. Mientras que las armas de fisión nuclear liberan un poder explosivo equivalente a entre 10 y 60 kilotoneladas de TNT, las armas de fusión nuclear liberan un poder explosivo equivalente a hasta 57 megatoneladas de TNT. Para lograr una reacción de fusión en cadena, se coloca en el interior de una bomba de hidrógeno una bomba de fisión, para obtener una temperatura lo suficientemente alto para inducir la reacción en cadena de fusión deseada. Una explosión nuclear produce una temperatura entre 200 y 300 millones de grados centígrados.

Lo que no figura bajo la categoría de arma nuclear son las bombas y municiones contenedoras de “uranio empobrecido” o uranio 238, aún cuando sus efectos son igualmente devastadores a mediano y largo plazo. Poco se dice por ejemplo sobre la contaminación catastrófica, tanto químico-toxicológica como radioactiva, de las poblaciones y tierras de Afganistán e Irak a causa de las toneladas de uranio empobrecido arrojados mediante bombas y municiones sobre sus territorios. El Tribunal Criminal Internacional para Afganistán ha determinado que el uso de uranio empobrecido es un omnicidio, esto es, la destrucción de todas las formas de vida. El uranio empobrecido contamina, por millones de años a venir, el aire, el agua, los suelos, la flora, la fauna y con todo ello los recursos alimenticios de la región afectada y de las regiones circundantes, y altera de manera irreversible la información genética de todas las formas de vida orgánica, inclusive la de los humanos. Rosalie Bartell, directora de investigación del Instituto Internacional en Asuntos de Salud Pública, Canadá, ha definido el omnicidio en los términos siguientes:

“El concepto de la aniquilación de especies significa el rápido y deliberadamente inducido fin para la historia, cultura, ciencia, reproducción biológica y memoria. Es el rechazo definitivo de la especie humana al regalo de la vida, un acto que, si se le quiere describir, requiere una nueva palabra: el omnicidio.”6)

En cuanto a los efectos de una guerra atómica “clásica”, se estima que tendría consecuencias inimaginablemente catastróficas. En 1983, la famosa película de producción norteamericana, “The Day After” (El Día Después), que tematizaba una guerra nuclear ficticia entre los EE.UU. y la Unión Soviética, trató de acercar a sus espectadores a un probable escenario como el que se sucedería en una confrontación nuclear. El mismo año, un grupo internacional de científicos integrado por Richard Turco, Owen Toon, Thomas Ackerman, James Pollack y Carl Sagan, el llamado Grupo TTAPS, publicó un documento conocido como el “Estudio TTAPS”, donde se describe el probable impacto de una guerra nuclear de gran escala sobre el clima global, subsumiéndolo bajo el termino “Invierno Nuclear”. Estos científicos suponían que una combinación de polvo y humo masivo, producto de incendios gigantescos causados por las bombas nucleares, llegaría a formar una densa capa en la atmósfera, casi impenetrable para la luz solar, lo que llevaría a una caída drástica de la temperatura en la Tierra. Aunado a las precipitaciones radioactivas, el ambiente deterioraría rápidamente. Meses después, al disolverse la capa de polvo y humo, el ambiente se vería expuesto a una radiación ultravioleta elevada, debido a la destrucción y ausencia completa de la capa de ozono. Quienes habrían logrado sobrevivir hasta este punto, perecerían de todos modos por la contaminación radioactiva generalizada. Concluían los científicos que la cantidad de armas nucleares existentes en aquella época sería más que suficiente para aniquilar todas las formas de vida en el planeta.

2. El "Club Nuclear"

Podría asumirse inocentemente, que el llamado “club nuclear” comprende, por ejemplo, todos los países en posesión de plantas nucleares para generar energía eléctrica, destinada a satisfacer una parte de la creciente demanda energética de su población. Sin embargo, no es así. Se trata de un término polémico que denota el grupo de países que conforman la lista de naciones en posesión de armas nucleares, más específicamente las cinco naciones que las poseían antes de 1968. Los datos que determinan si una nación es realmente una “potencia nuclear” incluyen, aparte de la cantidad de cabezas nucleares que posee, la fecha de la primera detonación exitosa de una bomba nuclear. Aún con cantidades de datos disponibles, nadie sabe a ciencia cierta cuántas armas nucleares existen actualmente a escala mundial.

Hay siete países que hasta ahora han detonado con éxito bombas nucleares. Ellos son Estados Unidos (primera detonación 1945), Rusia (1949), Gran Bretaña (1952), Francia (1960), China (1964), India (1974) y Pakistán (1998 ). Sin embargo y según lo establecido en el Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT por sus siglas en inglés) que fue firmado por 189 países el 1° de julio de 1968, sólo a los primeros cinco se les reconoce el estatus de “nación nuclearmente armada” (Nuclear Weapon State). El 11 de mayo de 1995, en la ciudad de Nueva York, más de 170 países renovaron el tratado de manera indefinida e incondicional. El tratado, aparte de querer impedir la proliferación de armas nucleares, les garantiza el derecho a los Estados signatarios a desarrollar la tecnología nuclear con fines pacíficos, y tiene como fin último la reducción y eventual liquidación de los arsenales nucleares bélicos existentes, aún cuando ninguno de los Estados Nuclearmente Armados ha cumplido con las provisiones respectivas.

Según el Tratado, entonces sólo cinco países tienen el derecho de poseer armas nucleares: Estados Unidos (firmante en 1968), Gran Bretaña (1968), la Unión Soviética (1968, ahora Rusia), Francia (1992), y la República Popular de China (1992); son precisamente los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Estos cinco países, denominados Estados Nuclearmente Armados (ENA), se comprometen según el NPT a abstenerse de transferir tecnología nuclear de uso militar a otros países, mientras que los llamados Estados No Nuclearmente Armados (ENNA) se comprometen a abstenerse de hacer esfuerzos propios por desarrollar armas nucleares.

Aún cuando no haya sido incorporado al tratado como un compromiso con carácter vinculante, los cinco ENA se han comprometido de no atacar a los ENNA con sus armas atómicas de destrucción masiva, excepto en defensa contra un ataque nuclear o una agresión con armas convencionales que un enemigo efectúe en alianza con un ENA.

Sin embargo, las cosas han cambiado. Lejos de aquellos “buenos tiempos” de promesas y compromisos no vinculantes, y bajo el nuevo “razonamiento” en el marco de la guerra contra el “terrorismo internacional”, algunos países ENA como los EE.UU., Gran Bretaña y Francia ya no descartan la posibilidad real del uso de sus armas nucleares en “respuesta preventiva” a un posible ataque militar de tipo no-convencional (químico, biológico, nuclear) por parte de lo que ellos llaman “estados forajidos”, pertenecientes al “eje del mal” como por ejemplo Irán, Corea del Norte, Cuba o inclusive Venezuela. En el caso de EE.UU., la Nuclear Posture Review (Revisión de la Postura Nuclear) del año 2001 así lo documenta abiertamente. En un lenguaje tanto difuso como característico, la Nuclear Posture Review afirma por ejemplo lo siguiente:

“Una nueva ‘mezcla’ de capacidades nucleares, no-nucleares y defensivas es necesaria ante la gama diversa de adversarios potenciales y amenazas inesperadas que podrían confrontar los EE.UU. en las décadas venideras. (...) Los avances en tecnologías defensivas permitirán las capacidades no-nucleares y nucleares de los EE.UU. ser combinados con defensas activas y pasivas en contra de un ataque, preservar la libertad de acción de EE.UU. y reforzar la credibilidad de las alianzas y compromisos de los EE.UU.” 8)

Términos como “defensas activas” se inscriben en la doctrina de la guerra preventiva, lo que quiere decir que los EE.UU. se reservan el derecho de atacar preventivamente a un adversario, aún cuando éste sea un Estado No Nuclearmente Armado. Para el “consuelo” de todos, la Nuclear Posture Review resalta el uso “preciso” de las llamadas armas nucleares tácticas empleadas en el propio campo de batalla, cuando afirma que “armas nucleares podrían ser empleados en contra de objetivos capaces de resistir un ataque no-nuclear, como por ejemplo bunker de alta profundidad debajo de la tierra o instalaciones de armas biológicas.” 9)

Sin embargo, la organización International Physicians for the Prevention of Nuclear War (Médicos Internacionales por la Prevención de la Guerra Nuclear) ha señalado que los daños de este tipo de armas nucleares podrían ser aún más perjudiciales para los seres humanos y el medio ambiente que los que causan las armas nucleares tradicionales.

Regresando al Tratado de No Proliferación Nuclear, destaca que Israel, India y Pakistán no lo han firmado por considerar que el tratado crea un pequeño grupo de “poseedores nucleares” – el club y otro mucho más grande de “desposeídos nucleares” al restringir la posesión legal de armas nucleares a aquellos Estados que las habían desarrollado antes de 1968. Muchos críticos del Tratado argumentan además que esta distinción es arbitraria y causa un desequilibrio en la constelación de fuerzas a escala internacional, además de cuestionar la legitimidad moral de los ex poderes coloniales de imponerle prescripciones en materia de defensa a otras naciones, sobre todo las históricamente atropelladas.

3. Más allá del Club: Los poderes atómicos fácticos Israel, India y Pakistán

Entre los países que han tenido programas de armas nucleares en el pasado figuran Sudáfrica, Australia, Argentina, Brasil, Libia, Egipto, Kasachstán, Bielorrusia, Ucrania, Suecia, y algunos otros. Veamos a continuación los casos de los poderes atómicos fácticos, Israel, India y Pakistán, y también mencionaremos el caso de Sudáfrica, que si bien no es un poder nuclear en la actualidad, tiene una historia de un programa nuclear militar interesante, vinculada a la de Israel.

Los casos de Sudáfrica e Israel

Sudáfrica, que dispone de amplios recursos de uranio, comenzó su programa de desarrollo de armas nucleares en plena época del apartheid, con asistencia secreta por parte de Israel. El 22 de Septiembre de 1979 se produjo un incidente relacionado a lo que puede ser considerado la prueba de una bomba atómica de Sudáfrica en el Atlántico Sur, con participación israelí. El “Incidente Vela”, llamado así por el nombre del satélite que lo registró, fue una explosión en aguas entre el Atlántico Sur y el Océano Indico cerca de las Islas Prince Edward, registrado por los sensores ópticos del Satélite Vela 6911 –parte de un sistema de detección de detonaciones nucleares- en forma de dos relámpagos de luz. Sin embargo y debido a una falla de los detectores del pulso electromagnético, no se pudo comprobar a ciencia cierta si se trataba de una explosión nuclear. Sin embargo y al momento de la explosión se encontraban cerca del lugar unos buques de la marina sudafricana, lo que refuerza la tesis de una prueba atómica. Las revelaciones del ingeniero nuclear israelí Mordechai Vanunu en 1986, quien luego fuera secuestrado y encarcelado por autoridades israelíes y quien afirmaba que Israel había estado desarrollando un programa nuclear de carácter militar desde 1958 en Dimona, en el Desierto de Negev, y había colaborado de manera rutinaria en asuntos nucleares con Sudáfrica, refuerzan la tesis de la participación israelí en la prueba atómica sudafricana. 12)

Entonces, no sólo se puede afirmar que la fecha de la primera prueba atómica exitosa conjunta de Sudáfrica e Israel es el 22 de Septiembre de 1979, sino que hubo una colaboración directa entre el apartheid sudafricano y el sionismo israelí en la producción de armas de destrucción masiva. Sería ingenuo asumir que los EE. UU. no hubiesen estado al tanto de todo esto, considerando que necesitaban baluartes leales en África del Sur y en el Medio Oriente.

Poco antes de que terminara el sistema de discriminación racial del apartheid en Sudáfrica, el Estado sudafricano destruyó su pequeño arsenal de armas nucleares. En 1991 Sudáfrica firmó el Tratado de No Proliferación Nuclear y en 1994 el desmantelamiento de todo su programa nuclear militar había concluido.

Sin embargo, llama la atención la reciente visita del presidente ruso Vladimir Putin a Sudáfrica para iniciar una cooperación energético-nuclear entre los dos países, dadas las enormes reservas de uranio sudafricanas y el interés sudafricano en incrementar a seis el número de reactores nucleares de uso civil, teniendo en este momento uno sólo. Tanto Valdimir Putin como Thabo Mbeki, comparten la misma posición respecto al programa nuclear de Irán y que defienden el derecho de las naciones signatarias del Tratado de No Proliferación de desarrollar programas nucleares para el uso civil y pacífico.

En cuanto a Israel, a su programa secreto y su capacidad nuclear militar, un artículo de Dan Williams confirma el conocimiento que EE.UU. tenía de todo ello, al referirse a un incidente en 1973 durante la Guerra Jom Kippur:

“En octubre de 1973, con sus fuerzas batallando por repeler las invasiones de Egipto y Siria, Israel hizo lo que previamente se creía imposible: sacó sus misiles nucleares Jericó-1 de sus silos secretos. ... Eso, creen los historiadores, fue detectado por los satélites espía de EE.UU. y provocó temores en Washington de una conflagración catastrófica entre el estado judío y los estados árabes respaldados por los soviéticos. El mensaje fue recibido, inmediatamente llegó un urgente envío norteamericano de armas convencionales a Israel, lo cual ayudó a darle un giro a la guerra.” 13)

De no haber sido por “los temores de Washington”, ya en 1973 se pudo haber desatado una devastadora guerra nuclear en el Medio Oriente, el cual nuevamente está en la mira nuclear en este momento, situación agravada por el interés hegemónico-energético del complejo industrial-militar-corporativo estadounidense en la región, y los intereses del lobby judío. En este sentido, Williams sigue:

“Con el actual archienemigo de Israel, Irán, al que se le ve adquiriendo la capacidad de producir armas atómicas en unos pocos años, y con sus opciones militares preventivas limitadas, algunos expertos anticipan ahora otro “levantamiento del velo” del arsenal atómico que se supone posee Israel.” 14)

Aún cuando nunca ha sido confirmado oficialmente, Israel ha sido una potencia nuclear de hecho, lo que hoy por hoy nadie pone en duda, mucho menos después de las revelaciones de Mordechai Vanunu, quien fuera encarcelado por 18 años por haber informado al mundo sobre el programa militar nuclear israelí:

“(El reactor nuclear) Dimona debería ser abierto a las inspecciones internacionales y debería ser cerrado porque ha llegado más allá de su vida útil, que son entre 25 y 30 años; ya tiene 40 años operando. Si los EE.UU. están buscando armas nucleares en el Medio Oriente, o una fábrica nuclear, deberían buscar aquí, en Israel." 15)

India y Pakistán

Producto del pasado colonial británico, la división del subcontinente índico en dos Estados, India y Pakistán, ha sido fuente de destierros, divisiones, guerras y disputas de territorios que perduran hasta nuestros tiempos, sobre todo por la región de Cachemira la que se disputaba en las guerras de 1947, 1965, y 1999. En 1962 se produjo un conflicto limítrofe con China que desembocó en una breve guerra; y el apoyo de India a un movimiento independentista en Pakistán oriental en 1971 condujo a la guerra entre los dos países y la posterior separación del nuevo Estado de Bangladesh, de Pakistán Occidental. El legado de la partición del subcontinente índico, que antes fuera una región con lazos unitarios milenarios, ha sido la fuerza principal detrás de los conflictos entre los dos países que han optado, a causa de la misma situación de alta conflictividad y del asunto no resuelto de la Cachemira, por el desarrollo de programas nucleares militares. El conflicto que lleva más que cinco décadas, con cuatro erupciones de guerra abierta, ha sido motivación suficiente tanto para la India como para Pakistán de desarrollar una fuerza militar potente para obtener en algún momento la ventaja, o por lo menos para establecer una especie de equilibrio con la otra parte.

Los inicios del programa nuclear de la India datan de 1948 con el establecimiento de la Comisión Hindú de la Energía Atómica durante el gobierno de Pandit Nehru, quien declaró lo siguiente en ocasión de la creación de la misma:

“Esta energía atómica la debemos desarrollar bastante lejos de pensar en la guerra; efectivamente, pienso que tenemos que desarrollarla con fines pacíficos. ... Por supuesto, si nos obligan, como nación, a emplearla para otros fines, probablemente ningún sentimiento religioso de cualquiera de nosotros llegaría a frenar la nación de utilizarla de esta manera.”

En 1954, el programa arrancó definitivamente con una instalación que fue apodada “Los Álamos índicos”, la Instalación de Energía Atómica de Trombay o Atomic Energy Establishent Trombay (AEET), a cuyo desarrollo se destinarían partes cada vez mayores del presupuesto nacional. En 1959, la AEET llegó a absorber una tercera parte del presupuesto nacional de defensa, y contaba con más de mil científicos e ingenieros. Gran Bretaña, Canadá y Estados Unidos colaboraron con el programa nuclear índico a partir de 1955 en la construcción de sus reactores nucleares, el Apsara de 1MW de capacidad, y el CIRUS (“Canada-India-Reactor, U.S.”) con capacidad de 40 MW.

Desde 1974 la India ha sido un poder nuclear “no oficial“, esto es, no forma parte del Club Nuclear de los Cinco y no ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear. Cabe recordar, que cuando se fundaron las Naciones Unidas en 1945 y se llegó a determinar la composición del Consejo de Seguridad, la India todavía no fue, por circunstancias históricas del momento, un Estado independiente, por lo que quedó excluida del organismo más poderoso e influyente del mundo. Considerando la importancia histórica de la India en términos de civilización, tamaño territorial y número de población, no sorprende su clamor por ser reconocido como un poder mundial y su afán de construir la bomba atómica para hacerse respetar como tal. El anterior director del programa nuclear militar, Raj Ramanna, observó al respecto:

“Nunca había una discusión entre nosotros acerca de si deberíamos desistir de producir la bomba. Lo más importante era, cómo hacerla. Para nosotros era un asunto de prestigio que ratificaría nuestro antiguo pasado.” 17)

“Si India construye la bomba, comeremos pasto u hojas, hasta padeceremos hambre, pero la conseguiremos también. No tenemos alternativa.” Estas famosas palabras enunciadas en 1965 por Zulfikar Ali Bhutto, para la fecha ministro de relaciones exteriores de Pakistán, anunciarían el programa nuclear militar pakistaní que data de 1972, cuando Bhutto, entonces presidente, se comprometió a que Pakistán adquiriría armas nucleares, después de la derrota catastrófica en la guerra de 1971. Aún cuando los inicios del programa nuclear civil pakistaní datan de 1956 con la creación de la Comisión Pakistaní para la Energía Atómica (PAEC) con miras a participar en el programa “Átomos por la Paz” de la administración Dwight Eisenhower, del cual India también se había beneficiado, la marcha del programa nuclear pakistaní fue lenta. El primer reactor nuclear para fines de investigación, el Pakistan Atomic Research Reactor (PARR-1) sólo llegó a operar en 1965 con ayuda estadounidense.

En una reunión secreta con autoridades del programa nuclear y científicos en Multan / Punjab el 24 de enero de 1972, el presidente pakistaní Bhutto presionó por la iniciación de un programa de armas nucleares, producto de la derrota en la Guerra de Bangladesh del año anterior en cuyo transcurso, por cierto, se habían establecido vínculos entre Pakistán y la República Democrática Popular de Corea. A mitades de 1971 Bhutto se había dirigido a Corea del Norte para adquirir las armas tan urgentemente requeridas, y en Septiembre del mismo año llegó el primer suministro de armas proveniente de Corea del Norte. En 1972, Pakistán anunció oficialmente el establecimiento de relaciones diplomáticas con Corea del Norte, y la asistencia militar de ésta continuó a lo largo de la década de los 70. Más tarde en los años 90, Corea del Norte apoyó los esfuerzos pakistaníes de adquirir cohetes para sus cabezas nucleares. Desde 1998, con su prueba exitosa de una bomba nuclear, Pakistán ha sido un poder nuclear fáctico y sus cohetes y cabezas nucleares pueden alcanzar a cualquier país del Medio Oriente y Asia Central.
Corea del Norte e Irán

Finalmente unos datos concernientes a dos países que forman parte del supuesto “eje del mal”. Corea del Norte firmó el Tratado de No Proliferación Nuclear en 1985, sin embargo se retiró a comienzos del 2003 y posee, según afirmaciones propias hechas en 2005, armas nucleares con fines disuasivos. Lo cierto es, que Corea del Norte tiene un ambicioso programa nuclear militar, y recientemente, el 3 de octubre de 2006, anunció la conducción de una prueba atómica a corto plazo. En lo que se refiere al caso más candente en este momento, Irán, no hay prueba ninguna que demuestre la existencia de un programa de armas nucleares. Irán en su cualidad de signatario del NPT tiene el pleno derecho de desarrollar su programa nuclear con fines pacíficos y de uso civil.

La similitud del caso de Irán con el de Irak, este último invadido en el 2003 por los EE.UU. en base de la “existencia“ de armas de destrucción masiva inexistentes, lleva a la suposición que aquí se está armando otro pretexto más para otra guerra de agresión unilateral y no provocada. Como es bien sabido, los planes de los halcones neoconservadores en los EE.UU. contemplan el reordenamiento total del Medio Oriente, con Irán y Siria como próximos objetivos, bajo la bandera de la “democratización” de la región y la “liberación” de sus pueblos de unos “gobiernos tiránicos”.

Conclusiones y Perspectivas

Casi nadie ve la lógica perversa de una futura conflagración nuclear. Las constantes amenazas del gobierno militarista de los EE.UU. respaldadas por el gobierno israelí en contra de Irán, bien podrían empujar al gobierno iraní a considerar efectivamente la posibilidad o casi necesidad de emprender un programa nuclear militar cuanto antes, para así tener un medio de disuasión por lo menos medianamente “equivalente” al arsenal bélico de sus posibles agresores. Bien podría llegarse a la conclusión, de que Corea del Norte se salvó de una agresión estadounidense por poseer armas nucleares. Bien podría argumentarse, que los casos de agresión en contra de la ex-Yugoslavia en los años 90 y los recientes casos de Afganistán e Irak son advertencias que un país que no disponga de la nefasta “opción nuclear” no tendrá posibilidad ninguna de frenar una agresión estadounidense (o de cualquier otro miembro del Club) en su contra.

Esta lógica se refuerza aún más si vemos que el esquema de la “disuasión mutua” de los tiempos de la Guerra Fría, basado en la destrucción garantizada de ambas partes , ha sido reemplazado por otro, el de la doctrina militar estadounidense del “Dominio del Pleno Espectro” o Full Spectrum Dominance. En varios documentos, entre ellos el Proyecto para un Nuevo Siglo Norteamericano y la Estrategia Militar “Visión 2020”, se dejan entrever las ambiciones estadounidenses de dominar el planeta entero por tierra, mar, aire e inclusive espacio, mediante sistemas de armas complejos e interrelacionados de tipo convencional y no convencional, quiere decir, con opciones biológicas, químicas, geofísicas y nucleares.

Ante informaciones recientes como la difundida por Mike Whitney y que pintan un panorama sombrío, cabe preguntarse si el resto de los miembros de Club Nuclear y los poderes nucleares fácticos se quedan de brazos cruzados o si nos llevan rumbo al “Día Después”.

"La decisión para atacar a Irán ya fue tomada hace mucho y aparece claramente en varios de los documentos políticos de los neoconservadores, incluyendo el ‘Proyecto para un Nuevo Siglo Norteamericano’ y ‘Una Ruptura Abierta - Una Nueva estrategia para Asegurar el Dominio’. No se puede permitir que Irán desarrolle la tecnología nuclear por temor a que los provea de los medios para defender su petróleo. Eso sería catastrófico para las élites occidentales que planean supervisar la distribución de los menguantes recursos mundiales.” 20)

Lo cierto es, que una guerra nuclear terminaría con todos los “sueños”, bien sean “americanos” de dominación total, bien sean humanos, de resistencia y emancipación.

En palabras de Albert Einstein, la Cuarta Guerra Mundial la libraríamos con palos y piedras.

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* Franz J. T. Lee es profesor Titular de la Universidad de Los Andes, Facultad de Ciencias Políticas, Jurídicas y Criminologías, Jefe de Investigación del postgrado de Ciencias Políticas CEPSAL y miembro investigador del
Centro de Estudios de África y Asia (CEAA).

NOTAS:

[1] Citado en: Enciclopedia Libre Wikipedia, Historia de las armas nucleares, http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_las_armas_nucleares , revisado 25.09.06.

[2] Citado en: Die freie Enzyklopädie Wikipedia, Manhattan-Projekt, http://de.wikipedia.org/wiki/Manhattan_Projekt , revisado 25.09.06, nuestra traducción.

[3] Hemos utilizado datos e informaciones combinadas de las siguientes páginas web: The Nuclear Weapons Archive: A Guide to Nuclear Weapons, http://nuclearweaponarchive.org/, Atomwaffen von A bis Z, http://www.atomwaffena-z.info/home.html, y Atomwaffen, http://de.wikipedia.org/wiki/Atomwaffen; revisado 25.09.06

[4] Latín, plural de nucleus (=nucleo).

[5] International Criminal Tribunal For Afghanistan at Tokyo, THE PEOPLE versus GEORGE WALKER BUSH, President of the United States of America, http://www.mindfully.org/Reform/2004/Afghanistan-Criminal-Tribunal10mar04.htm; revisado 25.09.06.

[6] Citado en: The International Criminal Tribunal For Afghanistan at Tokyo, http://www.mindfully.org/Reform/2004/Afghanistan-Criminal-Tribunal10mar04.htm, revisado 29.09.06, nuestra traducción.

[7] Extractos de la Nuclear Posture Review se encuentran en: disarm.igc.org/nprexc.pdf , revisado 29.09.06

[8] Ibid, nuestra traducción.

[9] Ibid, nuestra traducción.

[10] IPPNW, Mininukes und Bunker Busters, http://www.ippnw.de/Atomwaffen/Atomwaffenpolitik/USA/article/Mininukes.html; revisado 30.09.06

[11] Véase Franz J. T. Lee, El desarrollo nuclear en Sudáfrica; artículos publicados en el diario Correo de los Andes, Mérida-Venezuela, el 22.09.1986, 10.04.1988 y 17.04.1988.

[12] Véase http://www.rightlivelihood.org/recip/vanunu.htm , revisado 1.10.06.

[13] Dan Williams, Israel seen lifting nuclear veil in Iran stand-off (Israel prevée levantar el velo nuclear en su enfrentamiento con Irán), 25-09-06, re-publicado en Centre for Research on Globalization, http://www.globalresearch.ca/index.php?context=viewArticle&code=20060925&articleId=3325, revisado 01.10.06, nuestra traducción.

[14] Ibid, nuestra traducción.

[15] Palabras de Mordechai Vanunu, en su página web http://www.serve.com/vanunu/dimona/index.html, revisado 01.10.06, nuestra traducción.

[16] Citado en: India´s Nuclear Weapons Programme, The Nuclear Weapons Archive, http://nuclearweaponarchive.org/India/IndiaOrigin.html, revisado 02.10.06, nuestra traducción.

[17] Ibid, nuestra traducción.

[18] Ibid, nuestra traducción.

[19] Mutually Assured Destruction, “mad” también significa “loco”.

[20] Mike Whitney, The Surprising End of the New American Century, http://www.informationclearinghouse.info/article15042.htm, revisado 02.10.06, nuestra traducción.
(Original ublicado en Humania del Sur, El Club Nuclear del siglo XXI. Año 1, No. 1, Mérida (Venezuela), Diciembre de 2006. )
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Franz J. T. Lee*


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