Para la inteligencia imperial, la guerra sucia no tiene frontera

• "BOB" Seldon Lady, el ex jefe de la estación de la CIA en Milán, quien dirigía a los 26 agentes de la CIA sometidos a juicio en Italia por secuestrar, torturar y luego 'desaparecer' al clérigo musulmán Abu Omar en la ciudad italiana de Milán en el 2003, se encontraba en América Central en los años 80. Era un elemento clave de esa misma red que, con John Negroponte, Félix Rodríguez, el Coronel James Steele y Luis Posada Carriles, sembraba la muerte y el terror.

Este norteamericano de 52 años que nació en Honduras y participó con su propio padre en operaciones de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana en la guerra sucia contra los Sandinistas nicaraguenses, se sumó después del 2001 en una "Operación Cóndor" versión Medio Oriente.

Caracterizada por los secuestros, las cárceles secretas, la tortura y las desapariciones, la operación culmina ahora con el nombramiento de John Negroponte, ex Embajador en Bagdad y ex tsar de la Inteligencia norteamericana, a Subsecretario de Estado encargado del dossier Irak.

Entre los 26 imputados que se juzgarán a partir del 8 de junio en Italia, se encuentran, además, el ex Jefe de la CIA en Roma, Jeff Castelli, y la mujer ahora supuestamente radicada en México que dirigió el comando, Betnie Medero, así como una misteriosa funcionaria del Departamento de Estado, Monica Courtney Adler.

Este juicio constituye el primer caso penal en el mundo sobre las "entregas extraordinarias" que autorizó George W. Bush después del 11 de Septiembre.

Abu Omar fue secuestrado en una calle de Milán en febrero del 2003, llevado a una base militar Guerzoni y tras ser introducido en un automóvil sin ventanillas fue trasladado a la base aérea norteamericana de Aviano, desde donde fue llevado a la Ramstein, en Alemania, con la colaboración de Alemania, y desde allí a El Cairo donde fue torturado en presencia del mismísimo "Bob" Seldon Lady.

El Parlamento Europeo acaba de reconocer que varios gobiernos europeos, entre los más propensos a predicar los derechos humanos en el mundo, ayudaron a cubrir las transferencias secretas de sospechosos a cárceles secretas donde fueron secuestrados, torturados y, en varios casos, 'desaparecidos'.

Entre los miembros del comando que realizó el kidnapping, el caso de Betnie Medero es particularmente interesante. Esa mujer de 33 años se encontraba de Segunda Secretaria de la Embajada norteamericana en Roma. Llegó a Italia en agosto del 2001 con credenciales diplomáticas y, según el diario Corriere della Sera, dirigió en el terreno el secuestro además de asegurar el transporte del rehén hasta la base estadounidense de Aviano, en el norte del país. Se cree ahora que se trasladó a México donde se encuentra vinculada a la Embjada de EE.UU., afirma el mismo periódico italiano.

Medero tuvo dos principales cómplices en esta acción que parece calcada de una película de Hollywood: James Thomas Harbison, de 58 años, y Vincent (o Vicent o Vicente) Faldo, de 57 años.

Monica Courtney Adler, otra acusada en este escándalo era la funcionaria del Departamento de Estado que años atrás atendió, en nombre de la Administracón Clinton, al banquero Jorge Castro Barredo, un venezolano de origen cubano que contribuyó financieramente en el fondo electoral del Partido Demócrata y que se encontró implicado en casos de fraude y de lavado de dinero.

Otros casos posiblemente vinculados a las actividades de la CIA en América Latina son los de Pilar Rueda, de 44 años, nacida en California, de familia mexicana así como Lorenzo Carrera Gabriel, de 34 años, y Víctor Castellano, de 39 años, ambos nacidos en Texas.

Sin embargo, Rueda radica en Miami, a unas cuadras de la Universidad Internacional de la Florida cuya filiación con la CIA es famosa, en particular en todo lo que se refiere a Cuba.

Enigmáticos son también los perfiles de Eliana Castaldo, 38 años, nacida en la Florida, y Brenda Liliana Ibáñez, una neoyorquina de 47 años.

Sin embargo, las características del cabecilla del grupo, el natural de Tegucigalpa Robert "Bob" Lady, quien fue durante cuatro años jefe de la estación CIA en Milán, ilustra la extensión de las operaciones sucias de la agencia norteamericana.

Hijo de William "Bill" Lady, un viejo agente de la CIA radicado en Honduras, "Bob" Lady manejó con Manuchar Ghorbanifar, un sulfuroso negociante iraní, la venta secreta de armas a Irán que, con las operaciones de narcotráfico dirigidas desde El Salvador por Félix Rodríguez Mendigutía y Luis Posada Carriles, provocó el mayor escándalo que sacudió a la Administración Reagan.

Lady realizaba sus conexiones sucias bajo las órdenes del Coronel de marines Oliver North que también orientaba las operaciones de Ilopango, siempre para proveer ilegalmente armas a la Contra nicaraguense.

La actividad de Lady en Honduras coincide con la presencia en este país de John Negroponte, "El Embajador" ahora brazo "iraquí" de Condolezza Rice, entonces famoso por su apoyo a las operaciones sangrientas del Batallón 316 que masacró, torturó y eliminó a cientos de hondureños.

"Bob" Lady seguía activo en América Central en 1994 cuando el espía Aldrich Ames lo quemó al revelar su nombre a la inteligencia soviética, afirma la prensa norteamericana.

Su nombre fue luego asociado al "Nigergate", esa operación de desinformación que justificó la ocupación de Iraq bajo el pretexto, totalmente inventado, que Saddam Hussein buscaba comprar uranio a Níger. En esa grosera maniobra se manifestaron su viejo socio Manuchar Ghorbanifar y Larry Franklin, un norteamericano condenado el año pasado por espionaje a favor de Israel.

Lady huyó precipitadamente de Italia en junio del 2005 cuando supo que la justicia de este país se interesaba en el secuestro de Abu Omar. Alertada, su esposa, borró todos los dossiers de su computadora, pero los especialistas de la policía llegaron a recuperar gran parte del material.

Entre los documentos así reconstituidos, aparecieron varias fotografías de la víctima, tomadas en la calle unos 33 días antes del crimen y búsquedas en Internet para la ruta más corta entre el lugar del secuestro y el aeropuerto de Aviano.

Una lista de los lujosos hoteles donde se hospedaban sus agentes durante todo el curso de la operación, encontrada en un cesto de basura en el garage de su residencia de Don Bosco número 40, en Penango, dieron nuevos índices a la policía.

Más aún, los investigadores encontraron pruebas de que Lady se encontró durante dos semanas en El Cairo cuando empezó el interrogatorio del imán de Milán.

Los agentes alquilaban teléfonos móviles y automóviles cuyos datos permitieron confirmar varios segmentos de la acción ilegal.

Fuentes aseguran que "Bob" Lady se encuentra en este momento de regreso en América Central desde donde pudiera atender tareas de la CIA en relación con Cuba, Venezuela y otros gobiernos progresistas de la región.

En un escrito reciente, la autora argentina Stella Calloni compraró las operaciones ilegales realizadas por la CIA en territorio europeo, en relación con Iraq, a "una gran Operación Cóndor, más sofisticada".
Lo ilustró el caso de James Steele, el creador de los escuadrones de la muerte patronizados por John Negroponte, que participó en las operaciones de abastecimiento de la contrarrevolución nicaragüense desde la base aérea salvadoreña de Ilopango, manejada por Posada Carrilles.

La presencia en Iraq de Steele, señalada hace ya dos años por la revista norteamericana Newsweek nunca fue comentada por la Casa Blanca.

El inesperado descubrimiento de las acciones realizadas por Lady y su tropa en territorio italiano, con un perfecto desprecio de la soberanía de esta nación europea, demuestra una vez más que para la inteligencia imperial, la guerra sucia no tiene frontera. •

jean.guy.allard@gmail.com






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Jean-Guy Allard


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