El asalto al Cuartel Moncada fue el inicio de uno de los hechos más transcendentales de la Revolución Cubana. La fecha adquirió relevancia histórica el 26 de Julio de 1953, cuando se dió la acción de un grupo de jóvenes cubanos y cubanas con ideas revolucionarias, que buscaban librar a Cuba dela dictadura de Fulgencio Batista.

La sangrienta y reaccionaria tiranía había sido iniciada el 10 de marzo de 1952, cuando Batista protagonizó un golpe militar que le instauró en el poder. 

Liderados por Fidel Castro, aquellos jóvenes decidieron atacar la instalación militar. Durante un tiempo el cuartel estuvo en la mira de los revolucionarios, iban tomando nota de los movimientos que estaba a su alcance conocer, para así precisar la estrategia que llevarían a cabo.

El asalto al cuartel Moncada, tenía como propósito tomar las armas del campamento militar y entonces hacer el llamamiento a la huelga general del pueblo a través de las estaciones de radio. Si no se lograba la paralización del país, la alternativa era ir a las montañas para iniciar una guerra irregular contra la tiranía.

Renato Guitar Rosell, quien fuera uno de los santiagueros que ese día, participó en el asalto al Moncada, había conocido a Fidel Castro a principios de 1953 y durante una visita que el líder revolucionario realizó a Santiago de Cuba, en abril de ese mismo año, ambos se reunieron para elaborar el plan del asalto al Cuartel Moncada, ubicado en esta ciudad.

Fidel valoró las actitudes revolucionarias y seriedad de Renato para emprende el plan asignado y crear las condiciones apropiadas para la acción, solicitándole que asumiera sólo esa tarea. Fue a partir de ese momento que Renato trabajó en los preparativos para el asalto a la fortaleza militar que incluía las informaciones necesarias para elaborar los planes de la misma, así como la incautación de armas, municiones y uniformes para la gesta.

Fue a principio de julio de 1953, que a Renato se le uniría en Santiago de Cuba, Abel Santamaría (luego muerto en combate), segundo jefe del movimiento de la Generación del Centenario, para entre ambos ultimar los detalles del asalto y crear las condiciones que permitiesen recibir a los compañeros de lucha y albergarlos, alquilando la Granjita Sivoney en las afueras de la ciudad que sería el cuartel general de los asaltantes.

En la madrugada del 26 de julio antes de para el asalto, Fidel solicitó voluntarios para integrar el pelotón suicida que se encargaría de la posta tres, entrada principal del cuartel, y Renato estaba entre los que se ofrecieron para cumplir la riesgosa misión.

Como jefe de la posta tres encabezaba la vanguardia y dio el grito de "¡abran paso al general!" con el cual se introdujo en el cuartel y se enfrentó valientemente al enemigo, donde caería mortalmente herido en la acción, perdiendo la vida en plena juventud, a los veinticinco años de edad, junto a otros cinco compañeros.

Desde el apartamento de la calle 25 en La Habana, Fidel y Abel Santamaría habían ideado el ataque a los cuarteles Moncada en Santiago de Cuba y Santiago Manuel de Céspedes en Bayamo (oriente). De los doscientos hombres organizados en células, 160 jóvenes fueron elegidos para la acción y viajaron desde el occidente unas cuarenta y ocho horas antes del día señalado, ciento veinte atacarían en Santiago y cuarenta irían contra la otra guarnición. La edad promedio de los que perpetraron el ataque era de 26 años.

Haydée Santamaría y Melba Hernárdez únicas mujeres involucradas, llevaron consigo, en ferrocarril, decenas de armas y todo estuvo a punto de descubrirse cuando soldados en la estación de trenes se ofrecieron a cargarles los pesados bultos. Haydée habría de ser encarcelada junto a Melba por su participación en el asalto.

Años más tarde ambas mujeres se desenvolverían en la política. Tras su liberación, Santamaría sería una de las fundadoras del Movimiento 26 de Julio, del que integró su dirección nacional. Melba Hernández, conocida como la "Heroína del Moncada", aunque era graduada en derecho y había ejercido durante una década, eligió no defenderse a sí misma en el juicio del Moncada , siendo representada por Jorge Paglieri Cardero. Fue sentenciada a siete meses de prisión en el juicio en que el líder cubano pronunció su famoso alegato "La historia me absolverá".

Volviendo a los sucesos del Moncada; el asalto se realizó junto a un ataque simultáneo (el mismo 26) al Cuartel Manuel de Céspedes en Bayamo, dirigido por Raúl Martínez Ararás por órdenes de Fidel. Dicha ciudad está

situada en el centro de Oriente, y el objetivo era un importante punto de comunicaciones terrestres. El Cuartel Moncada era la segunda fortaleza militar del país, ocupada por cuatrocientos soldados.

El día del ataque sería adoptado por Castro y otros guerrilleros para dar nombre al Movimiento 26 de Julio.

En tres columnas fueron organizados, bajo el comando de Fidel, Abel Santamaría y Lester Rodríguez, para realizar el asalto a tan importante emplazamiento militar.

Raúl Castro, integró el conjunto de hombres y mujeres que participó en el asalto al Moncada, pero él lideró el asalto al Palacio de Justicia, edificio contiguo al cuartel, una misión que completó, aunque luego del fracaso de la operación del Moncada, fue detenido, a unas setenta horas de transcurrido el enfrentamiento, en la localidad santiaguera de San Luis. Le caería una condena de trece años de cárcel, siendo trasladado a la Prisión Modelo en la isla de Pinos, hoy isla de la Juventud.

Inmediatamente después de la ocurrencia del asalto al Moncada se reforzaron las defensas del cuartel y el gobierno reaccionó con una brutal represión. Batista decretó el estado de sitio en Santiago de Cuba y la suspensión de garantías constitucionales en todo el territorio nacional.

Tras dos años de prisión Raúl y Fidel son liberados el 15 de mayo de 1955, junto al resto de sus compañeros, gracias a la amnistía general aprobada por Fulgencio Batista, como resultado de la presión popular.

Una vez libres viajaron a la Ciudad de México, donde participaron en los preparativos para la expedición del yate Granma, reiniciando con ello su gesta revolucionaria.

El acto del Moncada, que resultó fallido, marcó sin embargo un antes y un después, pues tuvo un gran impacto simbólico y de visibilización, siendo el comienzo de la lucha revolucionaria que conseguiría la victoria el 1º de enero de 1959 con la entrada triunfal de los guerrilleros en la ciudad de Santiago de Cuba y abriría el proceso de la Revolución Cubana.