Ya van 3300 soldados gringos muertos en Irak. 3300 madres estadounidenses, que al parecer no les duelen los hijos. Otros 30.000 han quedado mutilados, heridos, locos, desgarrados. Y Bush, tranquilo, no son sus hijos. Les importa un carajo. Los imperios son expertos en enviar sus tropas a otros lugares para evitarse tener que gastar mucho dinero en manutención. En Irak igualmente pasan de 200.000 los asesinados, entre ellos niños mujeres y ancianos, por la metralla y las bombas de los hijos de Sam. Empero viendo la cosa desde un terreno legal, los irakíes mueren defendiendo su patria, mientras los gringos mueren infringiendo la sagrada frontera de un pueblo. El gobierno gringo les habla de patriotismo a sus soldados. Los soldados gringos que mueren en Irak no saben, que esa patria, Estados Unidos, no es la suya: ellos son invasores. Ellos les robaron esas tierras a sus verdaderos dueños, ellos son hijos de la Gran…Bretaña.
Es igualito a los españoles que nos jodieron, nos masacraron, nos quitaron todo, nos robaron, nos llevaron el oro a España y son tan grandes carajos que no nos pagan ni intereses. España ha sido una vividora de América Latina. Primero durante la violación, después, cuando el general Franco los sometió a la barbarie y tuvieron que huir a estos lugares. Y siempre han sido mala paga. Actualmente en España a los nativos de por acá se les endilgan epítetos ofensivos, como sudacas, y se hacen miles de vainas para deportarlos. Últimamente están financiando un proyecto que es darles dinero a los inmigrantes para que se devuelvan a sus pueblos latinoamericanos.
Los gringos estadounidenses no deportan: ponen muros y torturan. Al parecer son una especie escapada del infierno. No tienen sentimientos. Lo de ellos es Mikey Mouse, Batman, Supermán, Spiderman, y el estúpido Lex Luthor y los estudios de cine, en los cuales crean mierda para dejárselas en el cerebro a los bobos. Alguien habló de una cultura gringa y evidentemente se peló de bola a bola. No existe tal cultura, porque la cultura no produce guerras, invasiones, ni discriminaciones.
Pidámosle al mundo una plegaria por el pueblo de Irak y por los solados que allí mueren de ambos bandos. Gritemos a ver si este hombre de implacable alma, de terrible maldad, acaba de una vez con esa guerra y entiende que no tiene ningún derecho a procurarles la muerte a los demás, por el simple afán de robar petróleo. Vayamos adonde sea y denunciemos a este hijo de Lucifer, que al parecer nació sin corazón en el pecho, para pedir que detenga la matanza. La violación, la usurpación, la villanía. Él será el destructor del imperio que tanto les gusta a los gringos. La historia lo ha de juzgar y los hombres y mujeres del mundo no lo tendrán como ejemplo.
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