Las momias están resucitando. Gritan, aúllan, profieren amenazas. Están muy solas y desesperadas.
La sumatoria de sus errores las sitúa en la línea de no retorno. Sin ningún prurito, en cambote, solicitan la intervención extranjera contra la nación. Apátridas, no miran a los lados para doblar la cerviz y se rinden ante las fuerzas genocidas del imperio que arrasan sin miramiento a distintos pueblos en el mundo.
De nuevo la SIP, Human Right Watch, la Freedom House y distintas organizaciones que se "ufanan en la defensa de los derechos humanos y de la libertad de expresión", salen al unísono en Miami a condenar a Venezuela por la supuesta confiscación de dicha libertad y por la violación de los derechos humanos. ¿De qué derechos se habla? ¿De qué libertades se trata? ¿A qué información nos referimos? Nunca como en los últimos ocho años el tratamiento de la información había estado tan empantanado. Imágenes, textos, titulares, fotos, leyendas, reseñas de diferentes eventos, noticias, reportajes, en cualquier medio, permiten compilar infinidad de documentos probatorios de la infamia contra nuestro pueblo. La mentira ha campeado olímpicamente y con el mayor desparpajo ésta sirve de pivote a la industria mediática nacional.
A partir del año 2001 esta industria ha militado con fruición en el campo de la desinformación. Abril de 2002, el paro-sabotaje petrolero, las guarimbas, los paramilitares del Hatillo, son duros episodios en la historia reciente en los cuales el pueblo venció. En aquellos eventos los medios privados se encadenaron para emitir un solo mensaje, unas únicas imágenes, un abultado cuñero que inspiraba terror y miedo en los venezolanos. El pueblo rechazó esto, sabia y contundentemente.
La Comisión Mixta de la Asamblea ha propuesto la reforma del artículo 337: "restricción del derecho a la información y al debido proceso en estados de excepción". ¡Las momias se retuercen y casi colapsan! En abril de 2002 dieron un golpe de Estado y violaron la Constitución. Sin el debido proceso arremetieron contra muchos; allanaron, persiguieron, vejaron. Todos los Estados prevén situaciones de excepción ante determinadas contingencias. Éstas se presentan, no se inventan. Se manipula nuevamente. Seguimos en alerta.
Periodista / Prof. universitaria