El Golpe "Marigold" y la Usurpación de Nuestros Símbolos

Desde hace tiempo venimos hablando sobre el golpe suave que diferentes sectores de la extrema derecha en el país vienen planificando. El uso de la bandera “no violenta” como cara del movimiento estudiantil burgués forma parte de una estrategia que busca elevar la oposición en el ámbito internacional y crear escenarios de confrontación con el gobierno venezolano que provocan violencia o represión de los cuerpos de seguridad y defensa. Luego, este movimiento “no violento” pretende acusar al gobierno venezolano de violador de los derechos humanos, desacreditándolo entonces en la comunidad internacional y justificando una intervención extranjera en el país para “re-establecer” la democracia y el estado constitucional.

Varios de los grupos y líderes estudiantiles que hoy en día encabezan este movimiento estudiantil burgués han recibido entrenamiento directo, o a través de los estudios, de las mismas organizaciones que dirigieron a las “revoluciones de colores” en Serbia, Ucrania, Georgia y otros países del antiguo Unión Soviética. Grupos como el OTPOR (de Serbia), que se ha renombrado “CANVAS” (Centro de acción y estrategias no violenta), Freedom House, Albert Einstein Institution, Internacional Center on Non-Violent Conflict (ICNVC), el Instituto Republicano Internacional (IRI), Instituto Democrático Nacional (NDI), Instituto por la Paz de EEUU, entre otros, están trabajando activamente aquí en Venezuela para guiar, financiar, apoyar y promover lo que han bautizado como la “Revolución Marigold” (revolución caléndula).

Fundamentado principalmente en las enseñazas y lecturas de Gene Sharp, creador de la política de la acción “no-violenta” y autor de varios libros sobre el tema, incluyendo “los métodos para la acción no-violenta”, (texto que sirve como manual de lucha para estos grupos de la derecha que promuevan la agenda neo-liberal e imperial), el golpe suave busca calentar la calle lentamente, pero con consistencia, para finalmente impulsar un estado de caos y desestabilización que deja abierta una solo resolución: el cambio del régimen. En Venezuela, la oposición ya debilitada y mal vista por la mayoría de la sociedad ha encontrado en esta técnica una posible salida después de años de intentos fracasados que han buscado derrocar al gobierno revolucionario del Presidente Hugo Chávez. Los antiguos, pero aún activos, líderes políticos de la derecha han decidido utilizar a las caras frescas de sus hijos e hijas para ponerse en frente de la línea de acción. De esta manera, logran una clase de “renacimiento” en la comunidad nacional e internacional, y proponen una nueva oposición, joven y vibrante, usurpando a ese imagen romántico de la juventud rebelde.

Sin embargo, este no es un movimiento revolucionario; es una farsa que manipula a los símbolos de la derecha y de la revolución para confundir a la población y distorsionar la percepción de la coyuntura política. Ven, por ejemplo al símbolo que hoy más utiliza este movimiento estudiantil burgués: la mano derecha abierta. Es la misma mano que utilizó la campaña presidencial de los “10 millones” del Presidente Chávez durante el 2006. La usurpación de este símbolo por parte de los sectores opositores forma parte de una operación psicológica, que sutilmente relaciona a los dos eventos y los dos sentidos. Los “10 millones” del Presidente Chávez invocan a una cantidad grande de participantes favorables y un sentimiento popular, agradable y festivo. Esa campaña fue ganadora, victoriosa y exitosa, y aunque no logró técnicamente esa cantidad de votos por el Presidente Chávez, fue un “slogan” bien memorable y efectivo. Ahora, el movimiento estudiantil burgués emplea el uso de la mano abierta para simbolizar la “no-violencia”, hasta a veces escribiendo “paz” en una de las manos para demostrar que no andan armados y no buscan conflicto violento. No utilizan al “slogan” de los “10 millones” en sí, por supuesto, pero la relación psicológica dentro de la sociedad venezolana es innegable. La mano de “paz” de los estudiantes de la oposición usurpa la mano de victoria y alegría de los chavistas y los “10 millones” y confunde en su mensaje, diciendo “paz” pero realmente promoviendo a la violencia, el odio y la división social.

Por otro lado, este movimiento opositor “renacido” intenta invocar al concepto de la “libertad” para justificar todas sus acciones desestabilizadoras que han causado daños, caos y hasta la muerte de varios de sus propios compañeros. La libertad de América Latina y de nuestros pueblos ha sido la lema de la revolución bolivariana de casi todas las revoluciones izquierdistas del hemisferio: libertad de las fuerzas imperiales y dominantes que nos oprimen y nos violan. Hoy, estos grupos de la extrema derecha pretenden usurpar a la noción de la sagrada libertad para imponer una dictadura neo-liberal e imperial que no tiene nada que ver con la real libertad del pueblo, sino la libertad del “mercado” y del “capital”. Pero su “slogan” de la “libertad” fácilmente atrae la simpatía de la comunidad internacional y los medios de comunicación privados, y aún más convence por su juventud y frescura. Mientras rompen y queman las calles, violando la ley y la constitución, gritan por la libertad y la paz cuando el estado reacciona para restaurar el orden y la seguridad de la ciudadanía. De esa manera, logran que la atención mundial se enfoca negativamente en el gobierno venezolano. Poco a poco, van prendiendo la mecha para incendiar al país y lograr un estado no gobernable, que luego justifica la intervención extranjera para asegurar esa “libertad” y “paz”.

No hay que olvidar como estos mismos movimientos estudiantiles de la oposición voltearon la bandera venezolana para simbólicamente demostrar que no reconocían como legítimo al gobierno del Presidente Chávez y que preferían que la sangre (la parte roja de la bandera) estuviera corriendo por las calles que vivir con la revolución bolivariana.

Ahora, con el aumento de las acciones de la Misión especial de la CIA para Venezuela y Cuba (su nuevo director es Timothy Langford, funcionario clandestino de la CIA en América Latina durante más de 25 años), la duplicación del financiamiento a sectores de la oposición a través de la NED y la USAID, la activación de las bases militares de EEUU en el caribe y los países vecinos (Colombia, Guyana, Surinam, Trinidad y Tobago) y la actitud de desespero de Washington en frente a la creciente presencia de Irán y China en América Latina, no hay duda ninguna que el plan de Golpe Suave esta operativo y avanzando. El reclutamiento de nuevos actores y caras para la oposición solo incrementará durante este mes de campaña para el referendo constitucional. La infiltración y penetración de los sectores y comunidades en el interior del país es un trabajo que venían realizando los cuerpos de inteligencia estadounidense desde hace ya tres años, y estamos viendo el fruto de ese labor en este momento.

evagolinger@hotmail.com


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Eva Golinger


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