La crónica de una muerte anunciada y el llamado de una nación en guerra que no acepta la firma de tregua y menos, en su Estado terrorista, la beligerancia de los grupos rebeldes que han resistido por mas de 50 años la entrega de la patria liberada por Bolívar. Colombia, el mayor productor de drogas del mundo, se afianza cada día a su aliado EEUU, mayor consumidor de drogas del mundo.
La forma anómala y asesina de masacrar a los miembros de las Farc, entre ellos a Raúl Reyes, el segundo al mando del secretariado de las Farc, es mas que un hecho bochornoso y terrorista, una práctica inaceptable, al violentar al mismo tiempo la soberanía de la República de Ecuador, lugar donde fue realizado el atroz bombardeo al mejor estilo “yanqui”.
La satisfacción en los rostros de la guerra liderados por Juan Manuel Santos, Ministro de la defensa de Colombia así como su alto mando militar, dejaban escapar la arrogancia y la cara criminal con su frialdad y alegría desmedida. La eficiencia de la diplomacia colombiana se manifiesta luego en “novelas y cuentos chinos” para justificar la arremetida y violación de la soberanía ecuatoriana. Violación por demás evidenciada a los derechos humanos que tanto pregonan, ya que los cadáveres demostraron el vil asesinato a mansalva del que fueron objeto, y que ahora, pretenden montar con la “justificada” persecución en caliente.
Desde hace rato las Farc trabajan con la intención de llegar a un acuerdo humanitario, siendo real y de manera unilateral la liberación de 7 retenidos como “desagravio” al Presidente Chávez y la Senadora Córdoba, únicos hasta ahora, efectivos con sus acciones en la causa de la búsqueda para la pacificación de Colombia. Las entregas realizadas a Venezuela han causado malestar y los analistas sesudos xenofóbicos tratan de imponer la antítesis de la crisis, justifican la invasión como un acto soberano de Colombia contra “hampones” asesinos. Tratarán de revertir al mismo tiempo el hecho, para colocar a Correa, Presidente de Ecuador sumado a Chávez y Daniel Ortega como colaboradores de las Farc y el terrorismo.
Estados Unidos aplaude el ensayo “israelí” montado por el “dizque ejército colombiano” para desestabilizar los países vecinos, buscando de imponer la metodología guerrerista y amenazante de Colombia respecto al conflicto interno con sus grupos rebeldes. Los hechos recientes dejan claro el papel de paz de Venezuela, acto imperdonable para los perros de la guerra. La activación del ejército venezolano en las fronteras debe asumirse como acto de soberanía frente al hecho de posibles incursiones extranjeras. Por ahora, Colombia intenta exportar el conflicto, de hecho, mientras el 4 de febrero marchaban contra las Farc y por la paz, adquirían al mismo tiempo aviones de combate israelí.
Colombia, en el pasado con su actitud diplomática despojó 200.000 km2 de territorio venezolano al arrodillarse al imperio español que se enfrentaba a la diplomacia venezolana por apoyar la independencia de Cuba. El cuento colombiano eterno se descifra en las palabras “países hermanos”, donde demuestran ser cada día el Caín rebelde que arremete contra su hermano Abel. Ingrid Betancourt como otros retenidos mas, corren el riego de morir en los bombardeos soñados de Uribe y es que, cuando hablamos del conflicto en Colombia, no hablamos del pueblo hermano, sino de la oligarquía representada por Uribe y Santos, dueños de medios y el paramilitarismo que alcahuetea EEUU, los mismos protectores del terrorista convicto y confeso Posada Carriles.
Como grupo rebelde y revolucionaria, las Farc insisten en el acuerdo humanitario y liberación de rehenes sin el resquemor y la venganza que cualquier grupo terrorista en esencia aplicaría, Uribe insistirá en los bombardeos sin el temblar por el mínimo pulso de arrastrar inocentes. En el fondo, teme a un posible éxito político con el futuro de Piedad Córdoba e Ingrid Betancourt (luego de liberada) como posibles candidatas presidenciales de Colombia. ¡No basta rezar, hacen falta muchas cosas para conseguir la paz!
larryubv2004@hotmail.com