Mientras que el gobierno de Estados Unidos de Norteamérica, a través de sus distintas agencias, utiliza tácticas como la infiltración y la subversión para penetrar y debilitar los gobiernos y movimientos revolucionarios en Bolivia, Ecuador y Venezuela, paralelamente esta promoviendo una agenda mucho más peligrosa: El Separatismo.
Las estrátegias aplicadas por Washington siempre tienen diferentes ángulos y niveles; en caso de que uno no funciona, ellos esperan que otro logrará el objetivo. El caso de Venezuela ha funcionado así: han fracasado los golpes de estado, sabotajes económicos, guarimbas, intervenciones electorales, amenazas diplomáticas, guerra mediática y otras tácticas que han aplicado durante estos últimos seis años. Solo quedan tres métodos que aún no han completamente comprobado: el magnicidio, la invasión militar y el separatismo. Obviamente, el separatismo, lo cual ya viene trabajando hace tres años, parece llevar consigo menos “daños colaterales”. Y la lógica es sencilla: si no pueden derrotar a Chávez a través de los mecanismos anteriormente mencionados, entonces, intentarán separar y controlar la parte del país que más les interesa… por ahora.
Algo muy parecido esta sucediendo en Bolivia y Ecuador; los dos países en suramérica que más comparten la visión revolucionaria socialista con Venezuela, y donde hayan sido elegidos presidentes populares, articulados e inteligentes y anti-imperialistas. Además son los dos países del continente que poseen la mayoría de los recursos de gas y petróleo después de Venezuela.
LOS TRES CASOS DEL SEPARATISMO EN SUR AMÉRICA
Venezuela: El Estado Zulia y su “Rumbo Propio”
Zulia, estado ubicado al noroeste de Venezuela, rodea al Lago de Maracaibo, la masa de agua más grande de este tipo en América Latina. Su cuenca abarca una de las más grandes reservas de petróleo y gas del hemisferio occidental. Zulia tiene un largo límite fronterizo con Colombia, y también hace frontera con los estados venezolanos Táchira, Mérida y Trujillo en la zona sur del Lago de Maracaibo. Por su lado este, Zulia limite con los estados Lara y Falcón. Zulia es un territorio que ha traido enormes riquezas de petróleo al país y también es una importante zona agrícola de Venezuela, destacando su contribución en áreas como ganadería, plátanos, frutas y la producción de carne y leche.
El ultra-derechista gobernador de Zulia es Manuel Rosales, quien fue elegido en el año 2000 bajo una plataforma de oposición al gobierno del Presidente Chávez. El partido de Rosales, Un Nuevo Tiempo, fue establecido en el año 2000 con financiamiento y asesoría de las agencias estadounidenses: el National Endowment for Democracy (NED), el Instituto Republicano Internacional (IRI) y el Instituto Demócrato Nacional (NDI). Luego, Rosales se hizo famoso como el “representante de las gobernaciones” en la firma del “decreto Carmona” durante el golpe de estado contra Chávez en abril del 2002. Comenzando en el año 2005, el entonces embajador de EEUU en Venezuela, William Brownfield (actualmente embajador de EEUU en Colombia desde agosto 2007) visitaba con mucha frecuencia al estado Zulia, reuniéndose con el gobernador Rosales y declarando a la prensa tan cuanto le encantaba visitar “la república independiente de Zulia”. El año siguente, nace el movimiento “Rumbo Propio”, (www.rumbopropio.org.ve) que promueve un estatuto de “autonomía” para el estado Zulia y la implementación de una economía “capitalista neo-liberal”. Comienzan a circular mapas de Venezuela que muestran al estado Zulia como un “territorio libre” del resto de Venezuela y aumentan las reuniones entre Rosales, Brownfield, y sus contrapartes de la derecha colombiana.
El separatismo del estado Zulia cabe dentro del Plan Balboa, el ejercicio militar de la OTAN y EEUU que pretendía invadir a Venezuela y ocupar la región de Zulia y lo demás estados fronterizos con Colombia para asegurar el suministro del petroleo al norte y la seguridad regional dominada por EEUU. No es lejos de pensar que hoy en día con los conflictos militares entre Venezuela, Colombia y Ecuador, y la expansión del Plan Colombia en la región Andina, lo que en el 2001 era solo un ejercicio ficticioso ha comenzado convertirse en una realidad.
Bolivia: Santa Cruz de la Sierra
Santa Cruz de la Sierra, capital del departamento Santa Cruz en Bolivia, es la ciudad más poblada y rica del país. Con aproximadamente 1.5 millones de habitantes, Santa Cruz de la Sierra también aporta al PIB más de 35%, convertiéndola en la ciudad más importante de la nación a nivel económico. El departamento – o estado – de Santa Cruz es el más extenso de Bolivia y concentra casi 80% de la producción agrícola nacional. También esta muy rico en hidrocarburos, empresas forestales y agroindustria.
Bolivia ha mantenido una relación de “cooperación oficial” con la Agencia Internacional del Desarrollo de Estados Unidos (USAID) desde los años sesenta, pero es apenás durante los años noventa que esta “cooperación” comienza a apuntar hacia la “promoción de la democracia” – según EEUU. A mediados de los noventa, la USAID en Bolivia, a través de una contratista estadounidense, Chemonics, Inc., (la cual es una corporación trasnacional que mantiene contrataciones multi-millonarios con diferentes agencias gubermentales de EEUU y otros países), dirigió gran parte de su financiamiento anual al desarrollo de la política en los municipios del país. Cientos de municipios por toda la nación recibían asesoría y financiamiento de la USAID, Chemonics y otras organizaciones extranjeras, para apoyar sus capacidades como estructuras políticas de las comunidades y regiones. Pero luego de la crisis política a partir del año 2002, y la llegada al poder del Presidente Evo Morales a finales del 2005, la USAID reorientó su enfoque en Bolivia, apuntando hacia dos temas principales: la Asamblea Constituyente y la autonomía. En el año 2006, hubo una cambio en el proyecto de la USAID y Chemonics, y en lugar de enfocar en los municipios, los millones de dólares que invertían en el desarrollo municipal, fueron desviados a promover la creación y fortalecimiento de los “comités cívicos” y el apoyo a las prefacturas regionales (parecidas a gobernaciones). A diferencia de los diez años anteriores, cuando el apoyo de la USAID se extendía por todo el país, este financiamiento y asesoría fue concentrado en los “comités cívicos” y “prefacturas” en lo que llaman la “media luna” – los departamentos de Santa Cruz, Tarija, Pando y Beni – las zonas más ricas en recursos naturales e industria desarrollada.
Parecido al caso de Venezuela, fue un vocero de EEUU que hizo referencia por primera vez publicamente a “La República de Santa Cruz”, indicando que de pronto, esta región se separará del resto de Bolivia y se convertirá en un país propio. Eso fue en el año 2004, dicho por Marc Falcoff, quien es un ideólogo de la política neoconservadora estadounidense. Falcoff trabaja con el American Enterprise Institute (AEI), el Hoover Institution y el nefasto Council on Foreign Relations, tres de los centros de “pensamiento derechista” en EEUU responsables por la política intervencionista e imperial del actual gobierno de Washington. Poco después, la teoría de Falcoff fue sembrada con el Comité Cívico de Santa Cruz, que propuso un estatuto y un referéndum sobre la autonomía regional. En el año 2006, Philip Goldberg fue nombrado embajador de EEUU en Bolivia, después de haber servido como jefe de la misión de EEUU en Kosovo, donde promovía y logró el separatismo.
Desde la llegada de Goldberg a Bolivia en el 2006, el apoyo de la USAID se ha politizado radicalmente, y la gran mayoría de su inversión se concentra en la promoción de las “autonomías federales”, principalmente en Santa Cruz y los otros estados de la media luna. El gobierno boliviano y su ministro de la presidencia, Juan Ramón Quintana, han descubierto que tanto la USAID como la NED, a través de Chemonics, el Instituto Republicano Internacional, el Instituto Demócrato Nacional y el Centro para la Empresa Privada (CIPE), financian a los movimientos separatistas en su país. Los comités cívicos son la cara política de estos movimientos, mientras que ONGs como la Unión Juvenil Crucenista se desempeñan como el brazo armado y violento de los mismos. El principal motivador de ellos es el racismo, ya que en la región de Santa Cruz y la media luna reside una mayoría blanca, mientras que en el altiplano, La Paz y las zonas andinas vive una mayoría indígena. Falcoff propuso en el 2004 que Bolivia se dividirá en dos: un estado indígena y cocalero que ocupará el altiplano y los andes, y un estado con una población de ascendencia “europea”. Este año, el movimiento separatista de Santa Cruz ha propuesto implementar su estatuto de atonomía.
Ecuador: Santiago de Guayaquil
Guayaquil es la ciudad más grande del Ecuador con casí dos millones y medio de habitantes, y es la capital de la provincia Guayas. Sede del mayor puerto del país, Guayaquil se encuentra en la costa ecuatoriano con el mar Pacífico. La provincia de Guayas genera la mayor parte del PIB en Ecuador, y la ciudad de Guayaquil es sede de casi 40% de las empresas más importantes del país. Sus principales ingresos provienen de la industria agrícola y el pesquero, pero su industria comercial es tan importante que clasifica a Guayaquil como uno de las ciudades que prestan mayores facilidades para emprender negocios en América Latina.
En el año 2004, la USAID invertió $2,640,000 en un programa de “descentralización” en Ecuador, en el año 2005 fueron $1,900,000 y el 2006 fueron $1,100,000 invertidos en el mismo programa, para un total de $5,640,000 en fondos durante tres años solamente dirigidos al trabajo de “descentralización” a nivel gubermental. Uno de los principales ejecutores de los programas de la USAID en Ecuador es la misma empresa que opera con la derecha en Bolivia: Chemonics, Inc. Al mismo tiempo, la NED otorgó un convenio de $125,806 al Centro para la Empresa Privada (CIPE) para promover los tratados de libre comercio, la globalización y la autonomía regional en la radio, televisión y prensa ecuatoriana, junto con el Instituto Ecuatoriano de Economía Política.
En Septiembre del 2006, Guayaquil fue sede del Primer Foro Internacional sobre Libertad y Autonomía Regional que resultó en la formación de la Confederación Internacional por la Libertad y Autonomía Regional (Confilar), entidad que promueve los procesos autonómicos en la región. A la reunión asistieron el expresidente Alfredo Palacios y los alcaldes de Guayaquil y Quito, Jaime Nebot y Paco Moncayo, y el evento fue patrocinado por la Corporación Guayas, que tiene vínculos con la NED, el Instituto Demócrato Nacional (NDI), CIPE y la USAID. Estuvieron presentes representantes de Bolivia como Walter Justiniano de FULIDE y Carlos Dabdoub, el secretario general de la Prefactura de Santa Cruz, tanto como Alberto Mansueti del Movimiento Rumbo Propio del estado Zulia, Venezuela, y otros líderes separatistas latinoamericanos de Guatemala (Marysabel García Leal de la Cámara de la Libre Empresa) y del Perú (José Luis Tapia del Instituto de Libre Empresa). El separatista boliviano, Carlos Dabdoub quedó eligido como el presidente de Confilar, la cual mantiene ahora su sede en Santa Cruz de la Sierra en Bolivia.
Ahora con la llegada del socialista Rafael Correa a la presidencia en Ecuador y su asociación con los países del ALBA (Venezuela, Bolivia, Cuba y Nicaragua), Ecuador se ha convertido en otra amenaza y dolor de cabeza para la política imperial de Estados Unidos en América Latina. Pero más aún, el rechazo de Correa de mantener la base militar de EEUU en Manta es lo que realmente ha inspirado a Washington promover la desestabilización de su gobierno e incrementar el apoyo financiero y político al movimiento separatista de Guayaquil.
La política separatista es real y peligrosa. A pesar de no contar aún con un apoyo importante a nivel nacional en Venezuela y Ecuador, en Bolivia, el movimiento autonómico en Santa Cruz ha asumido una posición violenta y amenazante a la estabilidad del gobierno de Evo Morales. De solo lograr un estado “autónomo” en la región, EEUU intentará duplicar sus acciones por todo el continente, promoviendo entonces el “efecto Yugoslavia”, donde poco a poco durante dieciocho años convertieron un país en siete estados independientes. Por esa razon, la solidaridad entre los países suramericanos y la política integracionista es la mejor defensa que tenemos para combatir este peligro que atenta contra nuestra unidad y soberanía regional.
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