Hoy me referiré en una corta reflexión sobre los valores y principios ejercidos desde la negación, por el onagro imperio de Estados Unidos de Norteamérica. Nación imperial que se blasona –con el cinismo que caracteriza a sus asuras gobernantes— y haciéndose ver ante los demás como el modelo y el ejemplo a seguir en el mundo… Y para el colmo de la procacidad y desfachatez se autodenominan como dizque “la más democrática nación de este planeta, y como la mas sobresaliente abanderada en el ejercicio de los Derechos Humanos”. ¡Por Dios… tamaña insolencia, burla, e irrespeto a los pueblos del mundo!!
Lo que otrora era considerada (EEUU) gran nación pletórica de virtudes y buen ejemplo, es hoy un cascajo de doble moral y en franca decadencia moral y espiritual Todo ello debido, al equivocado rumbo que comenzó a tomar forma desde que se instauró como ideal de vida el capitalismo salvaje explotador, que no es más que la velada expresión de la codicia, el egoísmo y la envidia; por demás aborrecible, inhumano y hambreador de continentes.
Si hay alguna similitud o concordancia en lo que continuación voy a citar con el coloso USA de la mentira, manipulación y el engaño, eso de por sí no son meras coincidencias (…) Me refiero a lo anunciado por una respetable santidad hindú quien como Reformador Social y Espiritual del mundo, se ha hecho acreedor del más excelso sitial de la verdad, del recto proceder, del amor y de la paz, desde hace más de 75 años. Cito…
Las naciones están afectadas hoy en día por las consecuencias de 7 pecados capitales:
El primero, es el negocio sin moralidad
El segundo, es la política sin principios
El tercero, educación sin carácter
El cuarto, adoración sin principios
El quinto, es la riqueza sin trabajo arduo
El sexto, la existencia humana sin considerar las escrituras
El séptimo, devoción sin austeridad
Hay que verse en el espejo de esos siete pecados capitales y actuar en consecuencia. Y si hacemos una pequeña lectura de esos siete pecados, por analogía vemos que el perverso modelo elegido por esa misantrópica élite gobernante, ha hecho que ese país a través del tiempo perdiera principios tan valiosos en el ser humano como lo son la bondad, la compasión, la solidaridad y el amor por el prójimo. E hizo que la falsa dirigencia de esa nación, en los últimos 150 años, llegara a extremos tan malvados y perversos que lo malo fue remplazado por lo bueno, la mentira fue sustituida por la verdad, el odio fue suplantado por el amor y la guerra fue relevada por la paz; por decir lo menos (¡!)
Un perverso modelo donde el dios dinero de los dollares –en análoga comparación con Dios— se tomó como la referencia existencial de una nueva sociedad, permitiendo que ese inorgánico y frío instrumento se adueñara de los sentimientos y de los valores más esenciales del pueblo estadounidense.
Conseguir el fin sin importar cual sean los medios empleados, se hizo una práctica común en ese nefasto modelo capitalista, hambreador de comunidades y pueblos enteros.
Falsos gobernantes exportadores de la dominación y la maldad, que han actuado cínicamente bajo el cascajo de una hierática apariencia anglosajona o bajo una disimulada careta de hombres blancos de bien, sin cualidades humanas y sin sentimientos ni paz por el prójimo o por los más desposeídos. Esos ladinos señores de la falsa verdad y falsa rectitud se creyeron y se han creído dueños del mundo, dedicándose sibilinamente a gobernar con ex profesos fines aviesos, deparándoles a la postre cuantiosos resultados económicos; pero con el agravante de que con la aplicación de esos falsos principios –como contraparte— se repotenciaron paralelamente los antivalores en esa nación, descomponiendo el componente socio-espiritual de la sociedad con su consecuente degradación moral.
Una sociedad gobernada por tiranos de cuello blanco –patético caso del dipsómano Bush y su séquito de autócratas— quienes utilizan para perpetuarse en el poder las poderosas usinas mediáticas de sus país, para dominar arteramente a un pueblo que sumisamente obedece lo que se le trasmite por esos medios tecnológicos bajo el engaño, la manipulación, la mentira, y el brutal acoso de un falso terrorismo virtual como poderosa arma de dominación y subyugación. Eficaces medios tecnológicos empleados subliminalmente durante la 24 horas del día, con el fin de instaurar en ese país la dictadura mediática psicoterrorista del quinto poder, logrando que la robotizada y permisiva actitud de sus congéneres derive en miedo, violencia doméstica, depresión y disociación sicótica generalizada.
joseagapo@cantv.net