Cuando cayó el comandante Raúl Reyes, el Estado Colombiano fue el que articuló todo un dispositivo técnico, apoyados por EEUU, con toda la tecnología militar existente para escuchar, decidir, asesinar, de la manera más cobarde y artera, sin darles oportunidad de defenderse a los combatientes. Claro, el concepto básico de la lucha del Imperio norteamericano en contra de sus enemigos es ese, el ataque cobarde, traicionero, escudándose en las sombras. Domingo Alberto Rangel en su artículo “Chávez, Correa y Uribe: Póker de puras palabras”, del Semanario Quinto Día de fecha 28 de marzo al 4 de abril de 2008, dice al respecto: “Uribe no tuvo para él una frase o un gesto gallardo. Lo que tenemos gobernando a Colombia es un carnicero de la peor calaña, su accionar es simple acorralar, atacar, violentar, esa es su guerra y su concepto. No es un estadista, esa es la diferencia entre un pensador, constructor de pueblos y un asesino despiadado. A Uribe lo maneja es el odio hacia las FARC, y su juego es el diseñado en EEUU.” Pero este asesinato cobarde genera y estimula una forma de guerra que puede instalarse para siempre en Colombia, más grotesca y despiadada, es la ley de acción y reacción. No pretenderá Uribe que ahora las FARC se replieguen. Hemos visto muchos errores políticos de parte de Marulanda, el jefe supremo, mientras moría Reyes que era uno de los cerebros políticos de las FARC, ellas ofrecían sus primeras impresiones sobre este ataque, y se observaba un deseo enfermizo de paz de parte de los declarantes, algunas veces esta búsqueda de una solución pacífica es contraproducente, posiblemente no era el momento apropiado si lo que se buscaba era una salida digna pero combativa. Tantos años de lucha para lanzar todas las banderas en la montaña. Uribe está utilizando y ahora más que nunca la técnica del soborno, comprar a los guerrilleros cercanos a los líderes máximos, comprar su muerte. Esta es otra forma de guerra, infiltrar a la guerrilla, desmoralizarla, destruirla desde adentro, producir una implosión en su estructura. También a muchos entendidos y comparto esta opinión, les parece que la guerrilla de las FARC está envejeciendo, ya sus líderes principales son prácticamente unos ancianos. Sabemos lo que ocurre cuando nos llenamos de años, nos convertimos en sabios pero nuestra fuerza flaquea, no somos los mismos. Es posible que se necesite un cambio generacional dentro de las FARC. Además están fallando en la comunicación con la sociedad Colombiana, que muchos dentro y fuera de Colombia los consideran unos asesinos brutales, sin ideologías de ninguna especie. Ese mensaje simple no llega al pueblo Colombiano o está mal estructurado. Deben hacerse cambios si quieren sobrevivir, pero cambios en su estructura militar y conceptual, se debe modificar esa forma brutal de lucha que significa el secuestro, ese es uno de los elementos que más daño le ha hecho a las FARC, lo aleja del ciudadano y de la vida. El secuestro es una forma de guerra realizada en contra del pueblo, es decir el que sale perjudicado es el pueblo Colombiano, no es su Oligarquía. Debe entrar la política y la discusión de todas estas cosas dentro de las FARC, si quieren sobrevivir.
El escritor Domingo Alberto Rangel escribe: “Uribe tiene odios de sacristán, rencores de alguacil”. Además dice refiriéndose a Uribe: “Le cuesta trabajo sonreír porque en su alma apenas cabe el empecinamiento del que no ceja. En Uribe todo es pequeño menos ese instinto emponzoñado que no parece saciarse jamás”. Estoy de acuerdo con el maestro Domingo Alberto Rangel, esa incapacidad de sonreír está relacionada con una incapacidad manifiesta de dirigir a Colombia a un destino de justicia. Uribe gobierna sólo para una élite, un grupo social y político que se acostumbró a hacer lo que le daba la gana en Colombia. Sin controles de ningún tipo, el poder por el poder. Existe un manejo comunicacional exitoso por parte del Estado, todas las cadenas Colombianas destinadas a mostrar solo una parte de la realidad. Ocultar la injusticia de un grupo social disminuido, el pueblo pobre, desasistido, en medio de una guerra fraticida entre las FARC y el Estado.
En la Cumbre de Río se realizaron varios rounds, que vimos por televisión, primer round: “Rafael Correa, Daniel Ortega y Hugo Chávez pasaron una mañana entera atacando a Uribe, lo tupieron de injurias gruesas y de exageraciones menudas, ironías piadosas. Termina el primer round. Victoria parcial para los tres mosqueteros. Segundo Round: Le endilgaron el crimen de ser el emisario o el agente del imperio yanqui en América Latina. Uribe les contestaba de una manera indirecta, centrado su ataque a las FARC. Termina el Segundo Round. Muy parejas las acciones. Se comienza a calentar el escenario político. Tercer y último round. Los mosqueteros de cartón, Chávez y Correa, aparecen frente a las pantallas de televisión llegando al podio de Uribe para abrazarse con él. ¿Qué había pasado? Los tres Jinetes del Antiimperialismo no esperaron la primera batalla real para pasarse o rendirse a un peón del Imperio, es decir, Uribe.”
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