Show antijudío

¿Falso positivo?

Hace un par de días atrás ocurrió en Caracas un hecho por demás curioso, la sinagoga que se encuentra dentro del Centro hebreo ubicado en el sector Maripérez de Caracas, amaneció profanada; pintas antijudías decoraban las paredes del recinto, y objetos de culto irrespetados aparecían ante nuestros ojos, a través de las cámaras de televisión, por supuesto que las cámaras de Globovisión escudriñaban con la morbosidad que dicta la estrategia que les ha trazado la CIA.


Luego (continúa la transmisión), el canciller de la república, Nicolás Maduro da declaraciones públicas, en las que asegura iniciar averiguaciones y llevar sus resultados “hasta las últimas consecuencias”. Posteriormente Jesse Chacón Escamillo, ante los micrófonos libraba al PSUV de toda responsabilidad en los hechos.


Algo queda claro: aquí en Venezuela no le paramos bolas a los judíos, no somos como en Alemania, cuna de millones de ellos, donde aún hoy son perseguidos y acosados por los grupos neonazis, , fascistas cabezas peladas, que les gritan cosas en las entradas de las estaciones del metro a todo aquél que no tenga pinta aria: turcos, serbios, griegos, latinoamericanos, y a los judíos, por costumbre. Claro que la cosa no llega hasta allí, de vez en cuando linchan a un africano o dejan el cadáver de alguna extranjera en el medio de un parque, para que se sepa que lo que dicen en las calles, lo dicen en serio.


El problema judío es tan sensible en Europa que en Francia hasta tienen una ley draconiana que regula el uso del término holocausto, si este es usado en el contexto de alguna duda histórica sobre las masacres del 3er. Reich.


En Italia sigue siendo, en cierta medida tema de conversación en las sobremesas domésticas, en especial en la región lombarda, donde el fascismo es más fuerte.


Pero aquí en Venezuela, el pueblo, como lo dije antes, no le para bolas a los judíos, el tema es para conversaciones de curiosidades; sencillamente no saben quienes son ni por qué lo de los campos de concentración, ni nada. Aquí no limitamos a repetir lo mismo que dicen en otros lados: que les gustan los reales y por eso tienen tantos, que no se mezclan y que tienen una religión que alguna vez Cristo criticó cuando se peleó con los fariseos. Muy cómicamente decimos “Caifás” cuando nos toca cobrar, mientras señalamos con el dedo índice de una mano, la palma de la otra, donde indefectiblemente nos deberán colocar el dinero acreditado.


Así que es muy sospechoso que pretendan traernos hasta acá un rollo que no entra dentro de nuestro imaginario colectivo más allá de los que nos dicta nuestra supina ignorancia del tema… ¡A menos que… quieran injertarnos aquí una cosa exótica como el antijudaísmo, cuando como pueblo, étnicamente o racialmente hablando, no diferenciamos a un judío de un árabe y siempre llamaríamos alemán a cualquier catire que entre al club hebraica. Es algo ajeno y absurdo, como si en una gallera nos quisieran meter un pingüino de pelea.


Y cuando digo todos estos detalles, es porque en el campo político en nuestro país no se puede incluir ningún elemento sin considerar el pueblo, y más en medio de la crispación que les produce a los ricos el hecho de que Chávez pueda quedarse en el poder hasta que el pueblo quiera. De manera tal que ese affaire judío para nosotros es tan ajeno como la topografía de las aldeas griegas.


Pareciera que quisieran hacer aparecer al gobierno como organizador de progroms, aquellos espeluznantes ataques que la Rusia zarista organizaba para masacrar a su numerosa población judía. La estrategia es ingenua y la audiencia a la que va dirigida tampoco entiende mucho del tema; nuestra clase media es ignorante ¡Y mucho!


Quisieron poner a rodar el término “antisemita”, como símbolo de antijudaísmo, cuando esa palabra corresponde también a cualquier tipo de discriminación dirigida contra las personas árabes, porque judíos y árabes descienden de una misma familia; ambos son hijos de Sem, héroe bíblico que los emparenta tan fatalmente.


Dentro de todo el tema hay algo que no logro entender y es que haya sido el mismísimo canciller de la república quien haya ido a atender el caso, cuando era un asunto del Ministro de Relaciones Interiores, y no debió tener otro tratamiento que el de un ataque perpetrado a la sede de la Alianza Francesa, por ejemplo o al club de los portugueses. Daría la impresión que dentro del gobierno hay quienes creen que los judíos son más importantes que otras colonias nacionales y no es así. No fueron bombas contra su embajada, fue que un grupo de gamberros se metió allí y cometieron actos vandálicos contra las instalaciones de esa congregación religiosa, acotarle más relevancia fue una exageración.


Por lo demás, ese edificio está protegido con todas las especificaciones que establecen los servicios de seguridad del gobierno Israelí y sería muy tonto creer que cuando ocurría la perpetración de ese bunker, se le acabaron las pilas a las cámaras del Mossad, así que deben los administradores del edificio suministrar el material para que los cuerpos de seguridad realicen las investigaciones.


Para más, cuando un grupo de personas pertenecientes a la colonia judía en nuestro país se dieron cita en las inmediaciones de la sinagoga para protestar por los daños ocasionados a su templo, aparecieron como heraldos de la muerte, un grupo de dirigentes de la oposición que protestaban por “esa vil agresión”, pretendiendo hacer aparecer al presidente Chávez como si estuviera soliviantando al pueblo para que atacase a los judíos porque matan a los muchachitos en Palestina.


Los representantes de la colonia judía usaron términos muy similares a los de los políticos de la oposición y eso no estuvo nada bien para la colonia judía, porque podríamos llegar a pensar que la mayoría de los judíos son escuálidos, porque tienen mucho real y hacían muchos negocios con los adecos y los copeyanos y finalmente podrían estar interesados en que Chávez pierda la enmienda…


Todo esto se me parece mucho a eso que los colombianos llaman “falsos positivos” y que no son más que atentados que organiza la derecha de ese país (que es la misma que la de acá) para luego endilgárselos a la guerrilla y así seguir justificando sus crímenes contra el pueblo.


Parecía que ese grupo de judíos que protestaba junto a los políticos escuálidos, no lo hacía sólo porque profanaron su templo, sino también por la condena de nuestro gobierno al régimen sionista por los crímenes de Gaza.


Esa protesta la han podido haber hecho mucho antes de que aparecieran manchadas las paredes de su edificio…




elmacaurelio@yahoo.es


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Marco Aurelio Rodríguez

Periodista, Politólogo, poeta, escritor, humorista y ensayista. Columnista en varios medios, digitales e impresos.

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