Formación ideológica y praxis (XXXVIII)

Barack Obama y el huracán bolivariano

Luego de escuchar las palabras del Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, hoy 16 de abril, en relación con Cuba, cualquier ser racional con un mínimo de conocimientos históricos y actuales, aunque sean nada más que de la Organización de las Naciones Unidas, podría calificar Obama con uno de los tres siguientes calificativos: un imperialista más, un capitalista utópico o un demagogo neoliberal, pues con sus valoraciones, sus irrespetos y sus aparentes ingenuidades viene confirmando los diagnósticos de muchos analistas que lo excluyen de cualquier calificativo que implique los valores de la democracia.

Da indignación escuchar blasfemias a un presidente que debería ser altamente responsable, sobre todo por emitir opiniones contrarias a la inmensa mayoría de la comunidad internacional que lleva más de 10 años votando muy mayoritariamente a favor de levantarse el bloqueo estadounidense contra Cuba sin condicionar el voto ni exigiendo nada a Cuba. A su vez, las blasfemias de Obama nos producen una honda preocupación ligada con una sensación de compasión hacia el pueblo estadounidense que al parecer va a continuar siendo engañado acerca de la realidad democrática cubana, surgida de las propias entrañas de su pueblo cuando comenzó a sustituir aquel sistema de opresión batistiano y en 1976 aprobó con más del 98%, mediante elecciones universales, directas y secretas, la actual Constitución socialista de la República de Cuba que establece –como lo quiso José Martí- en su preámbulo: “Yo quiero que la primera ley de la República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre” y se ha cumplido fielmente junto al resto de las normas constitucionales, en todas estas décadas de experiencias sociales y políticas, incluidas las antiimperialistas, a pesar del feroz y férreo bloqueo de Estados Unidos contra el pueblo cubano. ¿Por qué Obama no respeta la decisión del pueblo cubano y cree que la elección en EEUU es más democrática que en Cuba? ¿hubiera llegado Obama a ser Presidente si no hubiera sido millonario o rico?¿fue postulado por el pueblo desde la base como se postula en las elecciones cubanas luego de largos debates populares?

¿Habrá leido Obama la Constitución de Cuba? Un consejo: lea la Constitución cubana y comience a compararla a las que vienen aprobando los pueblos latinoamericanos, y seguramente llegará a la conclusión de que se parecen más entre ellas que con la suya, esa otrora famosa y ejemplar Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica, de la cual poco saben los ciudadanos estadounidenses y la cual ha sido violentada en los últimos treinta años en varias ocasiones hasta el punto de haber sobrevivido a la escaramuza legal que constituyó un real Golpe de Estado dado por George W Bush a principios de esta década contra el Congreso. ¡Recuerde Obama pues usted, para esos años ya era legislador y fue una víctima o un coautor de ese Golpe!

Incluso, hasta el propio José Miguel Insulza –urgido por su aguda visión de la crisis institucional que se avecina y que lo podría dejar cesante- ya llegó a declarar que la Resolución de la OEA en que se estableció la exclusión de Cuba debe ser anulada por anacrónica (más o menos sus palabras) pues fue expresión de la “guerra fría”. Él bien conoce a Fidel y la heroicidad del pueblo cubano, y sabe que la Revolución Cubana creció cantando contra la OEA, junto a Carlos Puebla, quien denunció por el mundo los abusos de ese “ministerio de colonias” gringo. ¿Por qué Obama no aprovecha y se refiere públicamente a esa opción que seguramente fue negociada con Insulza para comenzar a salir -aunque tímidamente- del atolladero latinoamericano antes de llegar a la Cumbre? ¿pensará hacerlo en la Cumbre de las Américas? ¿se da cuenta Obama que de no resolver esto el camino latinoamericano y caribeño hacia la OELAC (Organización de Estados Latinoamericanos y Caribeños) queda como la única alternativa digna y necesaria de un continente de creciente identidad propia que va desbrozándose de las “malas hierbas” imperiales? ¿será que Obama piensa más como un imperialista y está apostando a la división de América Latina y el Caribe en dos bloques? ¿no se percata Obama que ningún gobierno de la región ha mencionado en los últimos cinco años algo parecido a lo que él dijo contra la soberanía y la autodeterminación de Cuba?.

¿Por qué si Obama pretende mejorar las relaciones hemisféricas hace tal tipo de declaración con argumentos falsos, colocando en un aprieto hasta a su interlocutor y Presidente mexicano quien se ha abstenido de entrometerse en los asuntos internos de Cuba con el fin de mejorar las relaciones bilaterales con La Habana?¿Por qué Obama no respeta la voluntad soberana de los cubanos de construir el socialismo? ¿seguirá así los pasos de los Bush, de los Reagan o de los Nixon, o se enrumbará en la alternativa propuesta por James Carter de aceptar la realidad cubana como un hecho de soberanía e independencia? ¿puede catalogarse de demócrata a un Presidente que miente descaradamente respecto a las normas migratorias cubanas para tratar de alcanzar fines deleznables y totalmente alejados del derecho internacional?

¿No sabe Obama que cientos de miles de cubanos y cubanas viajan libremente por el mundo ofreciendo sus servicios médicos, deportivos, artísticos o científicos, o para realizar viajes de placer o familiares hacia aquellos países que le dan visas de entrada?¿Si él lo sabe -puesto que a Estados Unidos llegan por la vía legal más de cinco mil ciudadanos y ciudadanas cubanas anualmente para reencontrarse con sus familiares de forma permanente o temporal- por qué miente descaradamente y declara que Cuba no deja salir al exterior a los cubanos? ¿cómo pretende mejorar las relaciones hemisféricas? ¿mintiendo y buscando secuaces o aliados incondicionales para seguir aplicando la política genocida contra Cuba?¿seguirá Obama incumpliendo con la cuota de visas estadounidenses acordada entre ambos gobiernos en la década de los noventa?

Hay que decirlo con toda la fuerza: la decisión de Obama de permitir viajar a Cuba, a los cubanos y cubanas residentes en EEUU, lo único que ha hecho es volver a los inicios del gobierno de Bush, es decir a principios de esta década, y ha matizado o edulcorado una de las más viles acciones del gobierno yanqui contra unos emigrados que están en EEUU porque se creyeron que podían ayudar a sus familias trabajando desde allí.

Por otra parte, ¿qué Presidente puede llamarse demócrata si sólo respeta las leyes democráticas de su país y hace caso omiso de las normas de convivencia internacional y las leyes aprobadas por los pueblos de otros países?¿por qué Obama espera “señales” de Cuba aludiendo a asuntos internos de total incumbencia del pueblo cubano? ¿No está Obama irrespetando varios principios cardinales del Derecho Internacional Público cuando defiende las acciones genocidas estadounidenses contra el pueblo cubano y al mismo tiempo sigue prohibiendo a los ciudadanos de Estados Unidos a viajar libremente a Cuba, aún con fines científicos o artísticos? ¿puede llamarse demócrata a ese Presidente? ¿puede ser considerado un honesto liberal? ¿piensa Obama que podrá chantajear al pueblo cubano con la vieja política del garrote y las zanahorias?

Obama escogió este emblemático día 16 de abril para Cuba, para América Latina y el Caribe, y para todos los pueblos del mundo, incluido a México, precisamente para visitar el país de los Juárez, los Zapatas y los Pancho Villas, y hablar a piernas sueltas con su Presidente de manera que se omita o no se recuerde a ese gran hijo de México, el expresidente Lázaro Cárdenas, que el 16 de abril de 1961 comenzó a encabezar la denuncia de la agresión imperialista a Cuba y se fue a la Plaza Central a movilizar al pueblo mexicano contra la política agresiva contra Cuba. Así es la aplicación de la semiótica obamista.

Recordemos que hoy 16 de abril se cumple el 48 Aniversario de la proclamación del carácter socialista de la Revolución Cubana por parte de Fidel, en ocasión del sepelio de las víctimas de los bombardeos yanquis a La Habana, como castigo imperial al ejercicio democrático de un país soberano, a disponer de sus recursos para el bienestar de su sociedad y de construir el sistema social deseado.

Pensar que es ignorante o ingenuo sería absurdo dada las capacidades personales de Obama para alcanzar la primera magistratura de la otrora potencia hegemónica mundial. Y ¿si no es un ignorante, qué podría ser? No hay otra opción que incluirlo en alguna de estas alternativas calificativas: un imperialista más, un capitalista utópico o un demagogo liberal.

Imperialista porque no ha renunciado ni un ápice a la dominación mundial aun cuando reconoce que en estos tiempos de “crisis financiera mundial” se deben llegar a acuerdos de desarme nuclear y cooperación financiera. Capitalista utópico podría considerársele en el supuesto que comience a abandonar las apetencias imperiales y crea que el capitalismo yanqui tiene salvación en este mundo revuelto, asqueado de guerras y frente a países socialistas que alcanzan altos niveles de desarrollo. Demagogo liberal porque declara estar interesado en eliminar obstáculos impuestos por la anterior administración al pueblo estadounidense que le cercenan las libertades y le reducen su democracia, y en realidad parece que los refuerza o los enmascara. Ellos son innumerables y Obama los conoce pero ni los menciona y ni se refiere a ellos con la fuerza con que arremete contra Cuba o contra los gobiernos latinoamericanos que van alcanzando altos niveles de independencia mediante sus revoluciones. Cualquiera de esos tres calificativos le podrían encajar a Obama. No ha demostrado otra cosa.

Por todo ello, esta Cumbre de las Américas, si se realiza, tal y como lo ha sentenciado el Presidente Comandante Hugo Chávez, será la última “con este formato” de exclusión de Cuba, aun cuando la Revolución Cubana estará presente como expresión revolucionaria en los líderes revolucionarios.

Así como el victorioso bolivariano comandó la ultima batalla contra el ALCA, hasta que lo vió fenecer, así comandará -rememorando la epopeya latinoamericana y a Simón Bolívar- esta gran batalla contra el debilitado imperialismo yanqui, en bien de todos los pueblos de Nuestra América.

Junto al Comandante Chávez levantarán sus voces muchos presidentes, como el indoblegable Evo, el incansable guerrillero Daniel Ortega, el revolucionario ciudadano Rafael Correa, el líder brasileño Lula, la valiente Cristina Fernández, el solidario Zelaya, el intrépido Lugo, gobiernos del Caribe y de Centroamérica. Otros gobernantes también dignos sólo observarán la batalla pero no secundarán a Obama.

Junto a ellos, van todos los pueblos que ven en estos líderes de América a Bolívar, a Martí, a Sucre, a O’Higgins, a Sandino, a Bishop, a Torrijos, a Zapata, a Villa, a Morazán, a Manley, a San Martín, a Camaño, a Tupac Atari, a Loverture y a otros muchos que murieron batallando contra los imperios.

La V Cumbre de las Américas no sólo será un campo de batalla de ideas, sino también un camposanto donde quedará enterrado –precisamente el día de la victoria de Playa Girón- el fracaso más grande de un imperio por aislar a un valiente y digno pueblo que durante medio siglo resistió y resiste basado en principios, desplegando la fuerza popular y solidarizándose con todas las causas justas del mundo, tal y como también lo hace hoy el huracán bolivariano.


(*) Profesor UNEFA-UBV-UCV, miembro de la Directiva de la ACCRV (Asociación de Cubanos y Cubanas Residentes en Venezuela) y Comisionado Organización Batallón “Ludovico Silva” PSUV.

wongmaestre@gmail.com


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Ernesto Wong Maestre (*)


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