Nuevamente
Latinoamérica está amenazada por el imperialismo y las oligarquías
apátridas nacionales, con una nueva modalidad de golpes de estado qué
mencionan “institucionales” y los golpes mediáticos, creados por
los asesores del Departamento de Estado yanqui y la CIA los ejecutan
y direcciona en cada país. Sí las democracias progresistas de la Alianza
ALBA y los demás países de la región son vencidos en esta batalla,
que se libra en Honduras, si el fascismo de los gorilete triunfa, el
gobierno imperialista podrá adjudicarse esta nueva victoria, creando
de esta forma un antecedente peligrosísimo para todos nuestras naciones
Indoamericanas.
Al expresarme
así, subrayo un hecho nuevo: a los ojos de nuestros pueblos, el golpe
de facto en Honduras que ha cobrado el aspecto de una lucha ideológica,
entre las naciones progresistas que conforman el ALBA y el imperialismo.
Sin que ninguna otra nación fuera de esta organización se comprometiera
abiertamente en el conflicto, aunque este se ha vuelto continental.
En lo sucesivo, y sobre todo después de la intermediación abrogada
por los Estados Unidos, con el “consentimiento” del Presidente Zelaya,
y la designación hecha por parte de la Sra. Clinton del Presidente
de Costa Rica como mediador en el Conflicto Hondureño, ya no es más
un aspecto particular de la lucha que enfrenta a los países del ALBA
con el imperialismo, sino un problema de todas las naciones de la región
Latinoamericana. Es este conflicto lo que determina la defensa de Honduras
por parte de los países progresistas. Es este conflicto también el
que pone de relieve, bajo una luz brutal, las incertidumbres y las contradicciones
de las democracias Latinoamericanas. Y, a modo de contragolpe, dirige
la política de las naciones de la alianza ALBA hacia una prudente expectativa.
Para comprender
hasta qué punto el problema hondureño trastornó de nuevo el
equilibrio político en Latinoamérica, hay que recordar que, con la
llegada de Obama a la presidencia de los Estados Unidos, y posterior
a la Reunión de Presidentes del continente en Trinidad, se pensaba
que habría una “distensión” entre los países vecinos y la nación
del Norte, sin que su poderío los intimidase o impresionase. Este conflicto,
al permitir una confrontación política general entre las Naciones
Alba y el imperialismo, precipitó alianzas y reviradas; obligó a cada
país a tomar posiciones. En este sentido, se creó las condiciones
políticas para que los goriletes hondureños prevalecieran en el poder.
Para los Estados Unidos, el conflicto no representa solamente un poner
a prueba la debilidad de las democracias de la región; es el “ensayo
general”, el primer choque, la prueba de ensayo “Obama” contra
la alianza ALBA. Basta con leer las múltiples declaraciones de los
personeros gringos y las opiniones mediáticas de la oligarquía Latinoamericana
sobre este tema, para juzgar del interés que suscita en el plano económico-militar
para el imperialismo.
Jurídicamente,
la situación para los golpistas la consideran de lo más sencilla:
existe un Parlamento hondureño, unas instituciones normalmente elegidas,
que designan a un “gobierno”: ya que según (ellos) eran los únicos
organismos (obviando al pueblo claro está) cuya “legalidad” es
indiscutible. Ellos mismos dicen tener “perfecta conciencia” de
ello, puesto que se “contentan” con ser “elegidos” para gobernar
durante los “seis meses” que faltan para las elecciones generales,
con constituir un poder oficialmente destinado a “desaparecer” después
de las elecciones, para ceder su paso a un “verdadero gobierno constitucional”.
Pero si, los
gobiernos Latinoamericanos y la ONU, se niegan a dar a los golpistas
derechos de “beligerancia” que no podían ser otorgados más que
a un poder legalmente elegido por el pueblo, por lo cual deciden no
tener relaciones políticas y comerciales con el gobierno de facto y
retiran sus embajadores de Honduras. ¿Porque si esto fue lo acordado,
el gobierno de los Estados Unidos no respeta esta decisión, por lo
cual se vieron obligados a desarrollar toda una argumentación, para
justificar la mediación y mantener su embajador, sin tomar en cuenta
lo acordado en la OEA?.
Será que el
Presidente Zelaya que, al “adulterar” (según ellos) la ley electoral
y provocar, de tal modo, la constitución de un gobierno de facto, habría
“creado” la situación para el golpe de estado. Las formas “legales
de gobierno” han desaparecido, (dicen los gorilas) a partir de que
Zelaya, trató de crear la cuarta urna para consultar al pueblo en el
próximo proceso electoral, si quieren o no una constituyente para reorganizar
la Republica. Por tal motivo los jefes militares y los empresarios se
vieron obligados a insurreccionarse para restablecer el “orden constitucional”.
Muy barata esta argucia no les parece.
Por lo demás,
estos argumentos no tienen base; el gobierno fascista y el imperialismo
prefieren el método consumado. A falta de otro fundamento jurídico,
la posesión del poder y de su administración, el control de hecho,
permite oponer el “país real” al “país legal”. De todas maneras,
los Estados Unidos encontraron un pretexto en la necesidad de asegurar
la “defensa de sus intereses” y los de la burguesía hondureña.
El derrocamiento del Gobierno Constitucional, parecía preparar la consolidación
de este acontecimiento; pero el pueblo les abortó la maniobra y tomó
las calles y las carreteras del país en espera del retorno del presidente
constitucional, y el conflicto amenaza con extenderse y durar más de
lo previsible por los golpistas. Estos sucesos conducen entonces a los
goriletes a tomar una actitud más firme, decidieron, por último en
reprimir al pueblo violentamente a todo lo largo y ancho del territorio
nacional, donde se generan grandes concentraciones y marchas contra
el gobierno de facto.
Cierto es, las dos afirmaciones según las cuales, por una parte, los partidarios del gobierno de facto dominan todo el territorio y, por otra parte, ya no hay “autoridad gubernamental en la Honduras de Zelaya”, parece ser, a groso modo falsas. El control real del país por los fascistas que todavía no son capaces de consolidar. El gobierno fascista se encuentra en una situación difícil. Su campaña contra las naciones ALBA, destinada a crear una reacción por parte de los países hermanos que los favoreciese demostró, sobre todo su ineficacia; y en la sociedad de naciones Latinoamericanas y Caribeñas encontraron una gran mayoría para decidir tomar sanciones contra el gobierno golpista.
El tiempo pasa
y veremos.
Salud Camaradas.
Hasta la Victoria Siempre.
Patria. Socialismo o Muerte.
¡Venceremos!
manueltaibo@cantv.net