Hago esta comparación histórica con fines estrictamente metodológicos. Pero confieso que si algún seguidor de nuestro Presidente se ofende, tiene toda la razón. Es una ofensa comparar a Chávez con Uribe.
Chávez se reelige y se legitima en votaciones claras y siempre consultando al pueblo. Uribe lanza a sus lobos, los paramilitares, a buscarle votos con terror y compra diputados para modificar fraudulentamente la Constitución colombiana.
Yidis Medina y otros parlamentarios fueron comprados para votar por la reforma constitucional que le permitió a Uribe su reelección. Los votos que aportaron los paramilitares con la población bajo su terror se calcula en tres millones, allí estuvo la ventaja que sacó el capo sobre su competidor.
Chávez, cuando era joven oficial, jugaba pelota, inventaba un movimiento bolivariano y hasta ocupó unas tierras en Apure con los indígenas para ponerlas a producir. Uribe, cuando era gobernador de Antioquia, creó y autorizó grupos armados llamados “Convivir”, como las Convivir Horizonte y Guaymaral que le firmó a Salvatore Mancuzo, junto a otra docena de bandas que luego constituyeron ese ejército macabro que son los paramilitares.
Chávez promovió desde su llegada al gobierno la inclusión de la población más humilde, lográndose altas e invalorables metas en educación, como la erradicación del analfabetismo y la incorporación de medio millón de personas al sistema de educación superior. Uribe, con su neoliberalismo económico y su guerrerismo, ha provocado que sean expulsados de sus hogares cientos de miles de personas hasta llegar al acumulado de cuatro millones de desplazados y un millón de expatriados de los cuales el 65% están en Venezuela.
Chávez ha combatido con mucha fuerza al narcotráfico, nuestro país está libre de cultivos sicotrópicos y aumentamos las capturas de carga y de jefes narcos tras expulsar a la DEA. Uribe en cambio, después de haberse gastado los seis mil millones de dólares del cacareado Plan Colombia, parte de los cuales repartió con la USAID a los paramilitares en el negocio de la palma aceitera, permitió el crecimiento de la producción y exportación de cocaína a gran escala.
Chávez está vacunado contra los políticos corruptos, todos terminan emigrando hacia la oposición. Uribe tiene a setenta y cinco de sus más cercanos colaboradores, incluidos parlamentarios, familiares, diplomáticos, militares y policías, acusados de ser fichas del narcotráfico y los paramilitares.
Chávez promueve activamente la unidad de los pueblos y gobiernos de Nuestra América, inspirado en la Doctrina de El Libertador Simón Bolívar. Ha impulsado la ALBA y la UNASUR con sincero compromiso y espíritu solidario. De su puño y letra, iniciativas como Petrocaribe y Telesur han aportado pasos agigantados en la dirección liberadora de los pueblos. Uribe, todo lo contrario, se humilla ante Estados Unidos suplicando un TLC, movido por un siniestro egoísmo capitalista. Bombardea Ecuador y vulnera la buena vecindad con Venezuela, mientras azuza líos con Nicaragua, se aleja de los foros unitarios continentales y entrega su menguada soberanía al imperialismo para que use su territorio como base de operaciones intervencionistas antibolivarianas.
Chávez condena virilmente las agresiones imperialistas contra los pueblos del mundo. Uribe apoya la invasión a Irak, se reúne en secreto con los golpistas de Honduras y se alía con el Estado terrorista de Israel.
Chávez siempre habla franco y espontáneo. Uribe es sigiloso y falso.
¿Con quién estáis vos?
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