En el programa donde la periodista Nitu Pérez Osuna entrevista al cantante Ilan Chester, este se refirió de manera racista al gran pueblo venezolano tanto a los seguidores del presidente Hugo Chávez como a los que lo adversan. Para este cantante los venezolanos tenemos un “salvajismo” heredado de nuestro indígenas que antes de la llegada de Colón se la pasaban dándose garrotazos entre ellos y que solo debían existir una sola raza pura como los pajaritos que el vio maravillado en el parque del este, donde en cada árbol solo habían pajaritos de un mismo color, sin ligarse con los otros pajaritos de los otros árboles. ¡Vaya racismo de este Señor!
Escuche Señor Ilan chester: Entendemos por racismo cultural la pretensión racista de negar originalidades y potencialidades creativas propias a los pueblos y culturas dominadas, atribuyendo toda originalidad y creatividad sólo a las nuevas síntesis asimétricas o desiguales, donde la cultura y civilización dominante llevaría la voz cantante. En este sentido, toda creatividad trascendente sería producto de la iniciativa de síntesis de lo dominante sobre lo dominado.
La Babel de Papel intelectualizante es el desconocimiento de las diversidades y de su enlace como clave de la unidad en la diversidad y como clave de una universalidad bien entendida. Hasta la UNESCO por presión de los pueblos, no de los intelectuales, ha creado el “Día de la Diversidad Cultural".
Ya José Martí en su tiempo fustigaba a los que se avergonzaban del rostro de su madre india, por eso es arbitrario querer identificarlo hoy con la vulgar ideología de la “raza cósmica” y el cuento racista de “mejorar la raza” para parecerse a su dominador. Están Miranda y Martí en los antecedentes independentistas del indoamericanismo. La raza cósmica –en cambio- pretende arribar a un uniforme cultural y lingüístico, donde en el fondo lo que subyace es la nostalgia por la pureza racial y cultural de la clase dominante y de la cultura dominante, transnacional y globalizadora.
Químicamente hablando, cuando se funden todos los colores, lo que queda es el blanco. Cuando se liquidan las culturas y pueblos dominados, lo que queda es la cultura y los pueblos dominantes y sus clases dominantes. Es el culto a los padrotes de la conquista en la nueva búsqueda de El Dorado. El tomar del imperialismo sus mismos paradigmas para pretender diferenciarnos y crear bajo esos mismos modelos una referencia cultural latinoamericana y caribeña. Detrás de la ideología de la “raza cósmica” se mueve la mentira de un mestizaje racial y cultural desmestizante, desindianizante, desafricanizante, deshispanizante, la negación de toda posibilidad de creatividad cultural de los pueblos indígenas, afrodescendientes e indiodescendientes. Vale decir, la “raza cósmica” es la culminación de un apestaste racismo cultural: si no podemos vencerlo, se propone en el fondo, que seamos a imagen y semejanza del mismo monstruo, del mismo imperio. Y para ello hay que “asimilar”, “tragar”, “digerir” todo lo que es diferente a la civilización que nos domina. Allí está la trampa.
No hemos entendido el carácter asimétrico, desigual de esta guerra. Entonces pretenden que enfrentemos al Goliat en su mismo terreno, con sus mismas armas culturales. Añoran los proponentes de la “Raza Cósmica” ser “El Supermán de América”, “El llanero Solitario” que anula al indio en su propia sombra. El Tarzán en África, que anula la sombra de su madre, simbolizada en forma arbitraria en “Chita”, irrespetando el origen común de toda la humanidad que viene de África. Y a la cobriza madre india, como primera madre de América.
Peleando al imperio en su mismo terreno, se quiebra la estrategia. El David sería aplastado por Goliat, aunque inconscientemente, esa es la apuesta. Entonces el falso enfrentamiento es “la civilización” contra la “barbarie”. Perdiendo completamente la brújula cuando el dilema real hoy es “Socialismo o Barbarie Capitalista”… Pero un Socialismo que pasa por la realidad pluricultural y multiétnica de nuestros pueblos y naciones. Y por su vocación intercultural y un mundo multipolar. Su equilibrio ambiental y de género contra el patriarcalismo dominante.
¡Patria, socialismo o muerte! ¡Venceremos! ¿Quién vencerá? La vida de nuestros pueblos y culturas, la vida del planeta, sobre la hecatombe capitalista…La Madre India y la Madre África y la Madre Tierra para reivindicar al padre.
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