Historia del perro

El perro no es el más fiel amigo del hombre; lo es el caballo. Alejandro Gutiérrez el idiota no es un caballo. Con el respeto a toda la gente que adora a los perros, que los endiosa, que los tiene como mascota, voy a narrarles como yo me he imaginado la presencia del perro en la sociedad humana. El perro es un chulo, un vivo, un mentiroso.

Confieso que yo también admiro al perro, pero no a los que quieren parecerse a este animal como ese colombiano llamado Alejandro Gutiérrez. Y esa admiración proviene precisamente al entender que el perro se vacila al ser humano, lo engaña, le saca provecho a su ingenuidad y a su amor.

Un día, antes de que el perro saliera de la selva donde tenía que luchar por su alimentación con otros carnívoros, un hombre con su lanza de piedra, su tosco andar, su cuerpo en forma de simio, caminaba cansado por entre los vericuetos del monte. Le había ido mal. Todos los animales a los que atinó se zafaron de su poca puntería y se perdieron entre la oscuridad profunda. El hombre andaba molesto. Escupía con rabia y se halaba la apestosa cabellera con furia. Había decidido volver a la cueva donde habitaba con una osa mielera y varios niños sin nada. Hombre al fin pensó que “mañana será diferente”

De repente a sus oídos llegaron los jadeos de alguien que corría. Estaban jugando cerca de donde él se encontraba, en un terreno rectangular bordeado por altas plantas de trinitarias, lo cual lo hacía invisible para el hombre. Se encaramó sobre un tronco seco y pudo verlos, fue algo que hizo que sus lagañoso ojos se cubrieran de brillo. ¡Dos hermosos animales brincaba, vigorosos en ese sitio! Nunca había visto esa especie. Eran bellos y brillosos. Corrían, jadeaban y jugaban saltando el uno sobre el otro y viceversa...

Entonces como un malvado rastrero de la especie Alejandro Gutiérrez, se dejó colar por debajo de las trinitarias y apuntó a uno de ellos con su roma lanza de piedra. El golpe fue certero. El atinado cayó in situ. El otro quedó sorprendido; estático. El hombre retomó la lanza y se fijó en él como la próxima víctima. El perro comenzó a recular. El hombre avanzaba y el perro reculaba.

De pronto el hombre que, como arriba escribí nunca había visto esa especie, bajó su arma. Pensó que con el que estaba en el suelo le bastaba... Así que se terció el cadáver del muerto al hombro y se marchó por donde había entrado. Marcó el lugar y pensó: “mañana vendré por el otro”

Caminó al filo de grandes precipicios, atravesó un río, enfiló por una planicie cubierta de filosas rocas…y cuando de pronto volteó… ¡el otro perro lo tenía atrás, lo venía siguiendo. El hombre sacó su instinto de supervivencia y aceleró el paso. Se detuvo bajo un frondoso algarrobo Barbarito Diez y se escondió detrás de él. El perro llegó. El hombre que había puesto el perro muerto sobre la pata del árbol, pensó que el animal venía con dolor por su antiguo compañero. Pero no fue así. El perro se fijó fue en el hombre, se lanzó al suelo y comenzó a ver a ver a mover la colita, si no la mueve se te va a quedar feita. Igualmente emitía pequeños ladridos. Todo perro de la especie Alejandro Gutiérrez es jala bola.

El hombre se le acercó y lentamente, con cuidado, le puso su tosca mano sobre la cabeza. El perro movía más la cola y se arrastraba. Fue entonces que el perro descubrió que moviendo la cola, retozando, lamiéndole la mano al hombre, podía salir de esa selva donde los grandes depredadores lo tenían como “menú fresco”, el hombre le quitó la lengua al perro muerto y se la dio al vivo, quien sin mucho tapujo le echó bolas. El perro no defiende a su especie. Es así como el perro se convirtió en el mayor chulo de la historia. No regresó nunca más a esa selva llena de peligros porque mediante la sumisión y la mentira podía vivir sin hacer nada y además lo cuidarían... Es así como el pero se inserta a la sociedad humana.



aenpelota@hotmail.es


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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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