El senador mafioso Mel Martínez ya sabía que iba a convertirse en cabildero con el gabinete “mundial” de lobbying DLA Piper cuando anunció que renunciaba a su escaño en el Senado “para dedicarse a su familia”.
Mientras el controvertido personaje niega que mintió para salir del Senado y aprovechar una oportunidad de triplicar su salario de politiquero federal, su amigo de 20 años Ignacio E. Sánchez, también socio de la misma firma, lo confirmó en una conversación con Daniel Ruth, colaborador del diario regional St. Petersburg Times.
Sánchez admitió a Ruth que poco antes de la salida de Martínez de sus oficinas del Capitolio, DLA Piper le organizó un “Meet and greet party”, es decir una fiesta destinada a presentarlo personalmente a otros miembros de la firma con los cuales se supone que trabajara.
DLA Piper es una firma de cabilderos y abogados que desarrolla sus actividades en 29 paises con 67 oficinas.
Al sumarse a esta firma, el conocido representante de la mafia de Miami quien fue padrino del terrorista Cuban Liberty Council el día de su acto de fundación y quién nunca se perdió una oportunidad de difamar y atacar a la Revolución cubana, navega al borde de la ilegalidad.
La ley federal le prohíbe terminantemente practicar lobbying antes de dos años. Se supone que se dedicará entonces a asesorar otros socios de la firma que se encargaran de hacer el trabajo de acercamiento a miembros del Congreso.
La muy peculiar versión norteamericana de la democracia parlamentaria autoriza a los llamados lobbyistas a comprar la complacencia de los políticos a golpe de contribuciones a sus fondos electorales.
La verdad es que el cabildeo no tiene secretos para Martínez quien apadrinó una decisión del Gobierno de George W. Bush a favor de la firma Bacardí en su plan para robarse la afamada marca de ron cubano Havana Club, distribuida internacionalmente por la francesa Pernod Ricard. Una tarea para la cual el senador aceptó ilegalmente fondos por más de 60 mil dólares de la firma.
Coincidencia, por cierto: es precisamente Ignacio E. Sánchez quién maneja el dossier de Diageo PLC, la multinacional de la cerveza y del alcohol que perdió recientemente frente a Permod Ricard en una pelea para una marca de vodka.
Sánchez detiene, por otro lado, la clientela de la General Cigar Companies, el más grande distribuidor de tabacos de Estados Unidos quién intenta apropiarse de la marca Cohiba, también de fama internacional.
Irónicamente, Sánchez fue expulsado del CLC por haber aceptado un contrato, en estados Unidos, del constructor francés Bouygues quién también trabajaba en Cuba.
A LA LLAMADA “PRENSA LIBRE”, LE FALLA LA MEMORIA
La prensa norteamericana tiene mala memoria. A nadie se le ocurrió recordar como este discípulo de los Bush siempre fue un ferviente conspirador en las maquinaciones de Otto Reich, Roger Noriega, como del coronel Emilio González y de su socio Carlos "Kellogg's" Gutierrez.
Como se puede olvidar que Martínez copresidió la campaña electoral de George W. Bush en Florida en el 2000, cuando se robó la elección con un show grotesco de Vigilia Mambisa puesto en escena por Lincoln Díaz-Balart.
Bush lo recompensó entregándole la presidencia del Partido Republicano que tuvo que soltar abruptamente, días después de la eyección del mexicano-americano Alberto Gonzales.
Martínez se encontraba entonces involucrado en un escándalo de la USAID y de sus millones del "anticastrismo", revelado por el General Accounting Office (GAO). Con Ileana Ros-Lehtinen y los hermanos Díaz'Balart, fue uno de los políticos que más contribuyó a ese gigantesco derroche del dinero del contribuyente.
Gran socio del magnate inmobiliario miamense Armando Codina, de Miami, Martínez fue Secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, donde encubrió una serie de malversaciones que se tradujeron POR un hueco de 59 mil millones en las finanzas de ese Departamento.
Capo de la mafia cubanoamericana, Martínez presidió el 10 de octubre del 2001, la reunión donde se anunció la creación de la terrorista Cuban Liberty Council (CLC), en el Hotel Biltmore, de Coral Gables.
El CLC es el lobby mafioso de los pilares del terrorismo contra Cuba tales como el socio de Bush, Luis Zúñiga Rey, Alberto Hernández, Ninoska Lucrecia Pérez Castellón, su marido Roberto Martin Pérez y Horacio García.
Esto no se puede perder de vista: el nuevo cabildero de la DLA Piper fue hasta viajar a Panamá en el 2004 para reunirse con la ex presidenta Mireya Moscoso de quién reclamó el indulto de Posada y sus cómplices, procesados terrorismo.
"El senador Martínez ha servido al gobierno federal como senador y secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, así como al estado de la Florida, donde tuvo una larga y reconocida carrera de servicio público, por lo cual es profundamente respetado en el Congreso y en su estado natal'', afirmó Francis B. Burch, presidente mundial de DLA Piper, al diario mafioso de Miami El Nuevo Herald.
Parece que el Señor Burch está mal informado. Su cabildero Melquíades Rafael Martínez Ruiz, alias “Mel”, nació en Sagua La Grande en 1946 y abandonó a Cuba en 1962 con la Operación CIA Peter Pan. Era en plena Operación Mangosta, también obra de la agencia de inteligencia, que patrocinó entonces dos ataques terroristas, una de ellas usando a Alpha 66, contra está apacible localidad cubana de la provincia de Las Villas.