Kissinger, El gran terrorista vitalicio (2)

 

La llegada secreta de 33 personas al área de seguridad de las plantas nucleares de Turkey Point prueba que no existe la guerra contra el terrorismo, sino la guerra por el poder y la riqueza del mundo.

1. ¡¿Cuál guerra contra el terrorismo?!

Este tema tiene una estrecha relación con Henry Kissinger, o sea con el terrorismo.

El pasado jueves 26 de noviembre, 33 cubanos que viajaban en una lancha rápida desde Cuba llegaron a la zona en que se hallan los canales de enfriamiento de los reactores nucleares de Turkey Point, al sur del condado Miami-Dade, a pocas millas de esta ciudad. La zona no estaba protegida.

Los viajeros arribaron al lugar alrededor de las 5:30 de la madrugada. A la 1:28 de la tarde, después de haber estado en el área prohibida ocho horas, uno de los cubanos llamó por teléfono a la sala de control de la central nuclear para avisar que estaban allí.

Eran personas inermes que buscaban el falso “sueño americano”, confundidas por los fuegos fatuos del capitalismo y estimuladas por la criminal Ley de Ajuste Cubano que convierte locuras en negocios.

Si hubieran sido terroristas armados hasta los dientes, con máscaras y trajes antiradioactivos, y poderosas bombas, habrían asaltado por sorpresa a los guardias que se hallaban junto a los edificios de los reactores nucleares, hubiesen colocado dentro de ellos cargas explosivas controladas con dispositivos electrónicos, hubieran tenido tiempo de huir, habrían activado los dispositivos cuando ya estuviesen lejos del lugar, y cientos de miles de seres humanos, quizás millones, hubiesen muerto en la Florida, Cuba y las Bahamas por la energía radioactiva liberada de los reactores.

La operación habría sido mucho más facil si la hubiese hecho un comando suicida.

Por supuesto que ese ataque no habría sido perpetrado por agentes del gobierno de Cuba ni terroristas de Miami, ya que la nube radioactiva hubiera causado grandes pérdidas humanas en esta ciudad y Cuba; pero sí por grupos terroristas que procedan de países musulmanes que han sido martirizados por las guerras del imperio yanqui-sionista en Palestina, Líbano, Siria, Egipto, Irak, Afganistán, India y Pakistán.

Ese hubiese sido un crimen mil veces más dañino que el de las torres gemelas de Nueva York ... y el del curioso avioncito que dicen que impactó el Pentágono y del que nunca se encontró la caja negra ni los sólidos motores de acero, como si el gran edificio multigonal del terror imperialista se hubiera convertido, de repente, en el inmenso baúl de un mago formidable.

Un vocero de Turkey Point --plantas que pertenecen a la Florida Power & Light-- dijo, unas horas después del incidente: “los reactores no han corrido peligro en ningún momento”. Según él, los reactores estaban protegidos por agentes de Wackenhut, la compañía de seguridad que se halla en Iraq y Afganistán cuidando a los funcionarios de las empresas capitalistas que están explotando las riquezas de esos países, sobre todo el petróleo de Iraq, causa principal de la guerra en ese país.

Las evidencias desmienten la versión oficial de la FP&L, pues esos agentes de Wackenhut tenían que haber protegido el área en que los cubanos se mantuvieron por tantas horas sin ser detectados.

Si un grupo terrorista intenta hacerle un gran daño a este país lo más lógico es que trate de destruir sus plantas nucleares.

Turkey Point comenzó a funcionar en diciembre de 1972. Se supone que si los canales de enfriamiento, próximos a las plantas, no estaban protegidos el jueves pasado es porque tampoco lo han estado durante estos 37 años.

Uno de los argumentos más sólidos que hay para sospechar, seriamente, que el 11 de septiembre fue una autoagresión del imperio, es que el avión del supuesto Vuelo 11 de American Airlines,supuestamente piloteado por el egipcio Mohammed Atta, supuesto jefe de todos los ataques terroristas que se produjeron aquel día, que impactó en la torre norte del World Trade Center de Nueva York, había pasado unos minutos antes sobre las plantas nucleares de Indian Point, que se hallan a cuarenta kilómetros al norte de Nueva York, a orillas del Hudson, y no estaban protegidas por artillería antiaérea.

Si ese avión hubiera impactado en esos reactores, la energía radioactiva liberada hubiese provocado la muerte de millones de seres humanos y habría convertido en tierra inhabitable, por muchos años, el Northeast Corridor (Corredor del Noreste), la zona más populosa e importante de Estados Unidos, que va de Washington a Boston, dándole a este país un golpe tan aplastante que hubiera marcado el fin de su imperio.

¡¿Qué clase de “terroristas” y “enemigos de Estados Unidos” eran aquéllos que iban a morir para “castigar mortalmente al imperio por sus crímenes” ... y le salvaban la vida al perpetrar una acción infinitamente menos dañina que la destrucción de las plantas nucleares de Indian Point?!

La falta de seguridad que, al menos hasta el pasado jueves, había en las plantas nucleares de Turkey Point prueba que el gobierno de Estados Unidos no está enfrascado en ninguna guerra contra el terrorismo, toda vez que no le da adecuada protección a unas plantas que pueden provocar una catástrofe nuclear.

Prueba, aun más, que las guerras de Afganistán, Iraq y Pakistán son las mismas guerras clásicas que el imperio ha perpetrado por más de dos siglos para aumentar su poder en el mundo y ocupar las riquezas que la Naturaleza le concedió a otros países.

Esa falta de seguridad comprende, también, a la Casa Blanca pues hace unos días un matrimonio que no estaba invitado a una fiesta diplomática pudo entrar allí sin el menor inconveniente. O sea que se “combate contra el terrorismo” casi en las antípodas del mundo, pero no se protege, debidamente, las zonas de seguridad de las plantas nucleares ni la vida del Presidente.

Ahora vemos que hace tres días, este martes primero de diciembre, Obama anunció el envío inmediato de 30,000 soldados más a Afganistán, a un costo inicial de 30 mil millones de dólares, un millón por soldado. Ese dinero, que es sólo una pequeña parte de los cientos de miles de millones de dólares que han costado esas guerras, tendrá que ser pagado con sus impuestos por los trabajadores de este país y aumentará las inmensas riquezas de la industria bélica, columna vertebral del complejo militar-industrial ... el imperio.

Sólo una persona ajena a los problemas del mundo puede no darse cuenta que el imperio hace sus guerras no por cuestiones de moral ni de ideología, sino para aumentar su poder y para que su influyente industria militar gane fabulosas sumas de dinero.

Algunos analistas políticos afirman, además, que ya Obama tiene decidido intensificar los ataques a Pakistán usando aviones no tripulados -drones- y las operaciones secretas de la CIA para infiltrar en ese país comandos que realicen atentados contra los dirigentes Talibanes y de Al Qaeda. Esos ataques son condenados por el gobierno y el pueblo de Pakistán, que es uno de los países más poblados del mundo y posee armas nucleares.

Como vimos en el artículo anterior, la sugerencia de Kissinger en el teleprograma del también sionista Charlie Rose –como ha hecho muchas veces en el teleprograma del también sionista Ted Koppel--, para que Obama sea “más enérgico en la guerra contra el terrorismo”, llegó, al fin, con toda la fuerza del terror, al despacho oval de la Casa Blanca. Kissinger, por supuesto, no fue el único que aconsejó a Obama a aumentar la agresión terrorista a Afganistán, que ya tiene más de ocho años.

No hay dinero, sin embargo, para darle seguro médico a toda la población, ni para devolverle sus empleos y hogares a los millones que los han perdido en esta grave crisis económica, ni para que el 89.4% de los trabajadores tengan derechos laborales, ni para mejorar la pésima instrucción pública, ni para restaurar la ayuda que se le daba a las instituciones culturales, ni para abrirle refugios a millones de desamparados que en esta época invernal se mueren congelados en el norte del país en el que vive la mayor parte de la población, ni para otros muchos programas que beneficien al pueblo.

Al anunciar su decisión ultraterrorista, Obama dijo: “Our security is at stake” (“Nuestra seguridad está en riesgo”)

¿Y no lo ha estado en Turkey Point en estos 37 años? ¿Y por qué las plantas nucleares de Indian Point no tenían seguridad antiaérea cuando “el avión de Mohammed Atta” les pasó por encima aquel 11 de septiembre? ¿Y todas las otras instalaciones nucleares, de la guerra y la paz, que el imperio tiene en este país y en otros,carecen también de seguridad como la de Turkey Point? ¿No le basta al imperio con los millones y millones de seres humanos que ha asesinado en el mundo entero para poner ahora en peligro la vida de decenas, o cientos, de millones más con sus instalaciones nucleares probablemente, también, desprotegidas?

2-. El terrorista en la salsa del terror

No tengo la menor duda que Kennedy fue asesinado por agentes secretos del imperio porque se oponía a la guerra de Vietnam y que el exitoso cover-up, en que se culpó a Lee Harvey Osvald del crimen, estuvo a cargo de J. Edgar Hoover, enemigo mortal de los Kennedy y amigo vital de la guerra.

No fue la única vez que este pueblo creyó en una simpleza tan absurda como la de Osvald. Cuando las personas sólo se ocupan de algo tan simple como ganar dinero, por lo regular no suelen tener razonamientos elaborados.

Unos meses después, aconteció la falsa agresión de las naves vietnamitas a barcos de guerra del imperio en el Golfo de Tonkín (hasta el propio Lyndon Johnson, en sus memorias, tuvo que aceptar que esos hechos fueron falsos, o sea fabricados, aceptando, implícitamente, que fue una de las tantas autoagresiones que el imperio ha efectuado para provocar guerras).

El Congreso imperial aprobó la Resolución del Golfo de Tonkín por la que el imperio pudo intervenir, masivamente, en Vietnam.

A mediados de 1965, ya había en en ese país más de medio millón de soldados invasores luchando contra los heroicos patriotas que sólo querían la reunificación de su país. Ho Chi Minh era y seguiría siendo el alma de la nación vietnamita.

Desde la guerra mundial, la industria bélica no había ganado tanto dinero como en el largo conflicto de Vietnam. Cada bala, cada bomba, cada avión, cada barco que se fabricaba para usarse en esa guerra reforzaba sus ganancias. El aumento en el caudal económico del complejo militar-industrial estaba en proporción directa con el aumento en el caudal de sangre que se derramaba.

Cuando los jefes del imperio comprendieron que no podían ganar una guerra contra un pueblo tan heroico que tenía, además, el respeto y la comprensión de la mayoría de los estadounidenses, el conflicto entró en el proceso de la llamada vietnamización, en que se arreciaron los ataques aéreos contra Vietnam del Norte, mientras el imperio se iba retirando, lentamente, del sur.

Esos monstruosos bombardeos de saturación, en los que murieron millones de civiles inocentes, se llevaron a cabo ya en los años en que Kissinger era Asesor de Seguridad Nacional, o sea el hombre encargado de orientar a Nixon en esos asesinatos masivos.

3-. El sugestivo diálogo de dos terroristas

De marzo de 1969 a mayo de 1970, como parte de la Operación Menú y siguiendo un plan trazado por Kissinger y los jefes del Pentágono, Nixon decidió perpetrar uno de los más grandes crímenes de la historia, el bombardeo a Camboya, que fue ilegal por las propias leyes del imperio, pues no tuvo la aprobación del Congreso, y salvaje porque no se hizo contra objetivos militares, sino contra la población civil, como Roosevelt y Truman habían hecho en Alemania y Japón, con la diferencia de que Camboya no era un país beligerante, sino neutral.

El imperio acepta que en esos bombardeos murieron unas 600,000 personas, pero otras fuentes calculan que fue más de un millón.

Sobre el bombardeo a ese país, veamos un fragmento de la conversación que sostuvieron Kissinger y Nixon, en el despacho oval de la Casa Blanca, el 17 de marzo de 1969, que fue revelada como efecto del Acta de Libertad de Información.

La publico en inglés y después en español para que no se pierda el lector ninguna de las palabras originales que fueron dichas por Nixon y Kissinger (nota: el almirante Thomas H. Moorer era jefe del Estado Mayor Conjunto, y el general Alexander Haig, ayudante de Kissinger que servía de enlace entre la Casa Blanca y el Pentágono):

NIXON: I want you to get a hold of Moorer and I want that every goddamn thing that can fly goes into Cambodia and hits every target that is open (Quiero que busques a Moorer para que cada maldita cosa que pueda volar vaya a Camboya y bombardee cada objetivo que esté a la vista)

KISSINGER: Right (Correcto)

NIXON: That's to be done tomorrow. Tomorrow. Is that clear? (Eso hay que hacerlo mañana. Mañana. ¿Está claro eso?

KISSINGER: That is right (Eso es correcto)

NIXON: I want this done ... I want them to hit everything. I want them to use big planes, small planes, everything they can that will help out there and let's start giving them a little shock ... let me tell you o­n this business of Cambodia, I want something done tonight, I don't want any screwing around... (Quiero que se haga esto ... quiero que bombardeen todo. Quiero que usen aviones grandes, aviones pequeños, todo lo que pueda ser útil allá y vamos a empezar a darles una zurra ... déjame decirte algo sobre este asunto de Camboya, quiero que se haga algo esta misma noche ... no quiero que se pierda el tiempo en esto (la traducción, por supuesto, no es literal)

KISSINGER: That is right (Eso es correcto)

Unos minutos después, Kissinger le transmitió las órdenes de Nixon a su asistente militar, general Haig.

KISSINGER: The President wants a massive bombing campaign in Cambodia. He doesn't want to hear anything else. It's an order, it's to be done. Anything that flies and anything that moves. You got that? (El Presidente quiere una campaña de bombardeo masivo a Camboya. No quiere oír nada más sobre esto. Es una orden, es algo que hay que hacer. (Hay que atacar) todo lo que vuele y todo lo que se mueva. ¿Me entendiste?

HAIG: Yes, sir (Sí, señor)

El general Haig sólo dijo esas dos palabras, pero en la cinta se escuchan después sus carcajadas.

La intervención del imperio en Camboya provocó la guerra civil en ese país y la guerra posterior con un Vietnam ya entero y liberado, que comenzó en 1979, conflictos en los que murieron más de tres millones de camboyanos, la cuarta parte de la población.

4-. Masacres en Bangladesh

Como parte de un plan elaborado por Kissinger, el imperio apoyó a Pakistán durante la guerra de liberación del pueblo de Bangladesh que tuvo el apoyo de India y las naciones más progresistas del mundo. El ejército paquistaní, con el apoyo directo del imperio, cometió numerosas atrocidades en ese país, de marzo a diciembre de 1971, entre ellas el asesinato masivo de sus más prominentes intelectuales que, por supuesto, apoyaban la independencia. Se cree que la alianza terrorista del imperio yanqui y el régimen tiránico de Pakistán causó la muerte de unos tres millones de seres humanos, en su gran mayoría civiles inocentes.

5-. Otra guerra yanqui-sionista

Como vimos,en parte, en el artículo anterior, la gran ayuda que el imperio le dio a Israel en la Guerra de Yom Kippur, en octubre de 1973, le permitió a los sionistas genocidas mantener las tierras que ya le habían ocupado a otros países en la Guerra de los Seis Días, y,además, adquirir nuevos territorios en Siria y Egipto, como algunas tierras adicionales al este de las Alturas de Golán y al oeste del Canal de Suez. De no haber sido por ese inmenso apoyo, logrado por Kissinger, quien era ya Secretario de Estado desde el mes anterior, Israel hubiera perdido esa guerra.             
6-. Matanzas en Chipre

El presidente Makarios III, que tenía un gran apoyo popular en Chipre por sus ideas populistas y antimperialistas, fue derrocado por un golpe castrense que tuvo el apoyo de la junta militar de Grecia. Aprovechando el estado de guerra interna provocado por este golpe, Kissinger convenció al régimen de Turquía para que invadiera la isla, el 20 de julio de 1974, y dominara la situación. Las tropas turcas, con el firme apoyo del imperio, cometieron numerosas masacres étnicas en el norte de la isla y destruyeron reliquias culturales de la era bizantina. La intervención de Turquía y el imperio provocó la partición del país, por primera vez en su historia milenaria –como había sucedido en Corea y Vietnam, países que se mantuvieron unidos por miles de años y sólo fueron divididos por los imperios--. El norte de Chipre, cuya población es en su mayoría de origen turco, quedó bajo el control de Turquía. Este grave conflicto aún persiste y uno de sus culpables principales fue Kissinger. Sin su influencia, Turquía no hubiera invadido ese país y hoy Chipre sería uno solo.

7-. Cuba, Kissinger y las guerras de liberación en Africa

La Revolución Cubana apoyó los movimientos de liberación envarios países de Africa, comenzando en Argelia y el Congo belga, ahora Zaire. El imperio, como es lógico, por influencia directa de Kissinger a partir de 1968, apoyó a las potencias colonialistas o a los movimientos que surgieron en varios de esos países y que defendían los intereses de una burguesía explotadora.

En 1977, Cuba apoyó a Etiopía contra Somalia en la Guerra de Ogadén que concluyó con la derrota de Somalia, apoyada por el imperio (ya Kissinger no era canciller, pero la política seguida por Carter en ese conflicto siguió sus previas orientaciones)

En Angola, desde mediados de la década de los 70, Cuba apoyó al MPLA y el imperio lo hizo con las facciones reaccionarias UNITA y FNLA.

Unos años después, ya en 1987, Sudáfrica invadió Angola con el apoyo de UNITA, pero fueron derrotados por los angolanos agrupados en las FAPLA (Fuerzas Armadas Populares para la Liberación de Angola) y los combatientes internacionalistas cubanos en la decisiva batalla de Cuito Cuanavale, la más grande batalla peleada en Africa después de la Segunda Guerra Mundial. Por acuerdos posteriores, se aseguró la independencia de Namibia. Ese triunfo revolucionario fue, además, el principio del fin del régimen racista de Sudáfrica y el triunfo del pueblo con Nelson Mandela.


8-. El zarpazo de Chile

Se sabe que, por gestión directa de Kissinger, la CIA reclutó a los generales Roberto Viaux y Camilo Valenzuela para que asesinaran al entonces jefe del ejército chileno, general René Schneider, cuando aún el Congreso no había reconocido a Allende como el nuevo presidente. Schneider se oponía a una conspiración militar para evitar que Allende llegara al poder. El General fue tiroteado varias veces y murió en un hospital tres días después. La furia popular por este crimen facilitó que el Congreso proclamara a Salvador Allende presidente de Chile, el 26 de octubre de 1970.

Desde el mismo día en que llegó al poder, el imperio decidió hacerle la guerra a Allende. Kissinger coordinó toda aquella agresión terrorista, en la que varios pulpos transnacionales actuaron como peones del imperio, entre ellos Kennecott-Copper, IT&T, General Motors y otros.

Lo que sucedió en Santiago de Chile, el 11 de septiembre de 1973, es ampliamente conocido: el ultimatum de la marina en Valparaíso, la heroica decisión de Allende de no aceptar la insolencia de los gorilas al servicio del imperio, el bombardeo al Palacio de la Moneda, la muerte del Presidente y el asalto al poder por uno de los más grandes terroristas de la historia, Augusto Pinochet.

Veamos este otro diálogo de Nixon y Kissinger, en la Casa Blanca, cinco días después del golpe, hecho público por el Freedom of Information Act.

Nixon: Nothing of importance there? (¿Nada de importancia allá?)

Kissinger: Nothing of very great consequence. The Chilean thing is getting consolidated and of course the newspapers are bleeding because a pro-Communist government has been overthrown. (Nada de gran consecuencia. Lo de Chile se está consolidando y, por supuesto, los periódicos están furiosos porque un gobierno procomunista ha sido derrocado)

Nixon: Isn't that something! (¡Qué cosa ésa, eh! –esto no se puede traducir literalmente)

Kissinger: I mean instead of celebrating – in the Eisenhower period we would be heroes (En vez de estar celebrando. En el gobierno de Eisenhower seríamos héroes).

Nixon: Our hand doesn't show o­n this o­ne though (Sn embargo, nuestra mano no se ve detrás de esto)

Kissinger: We didn't do it. I mean we helped them. We created the conditions as great as possible (No lo hicimos, aunque los ayudamos creando las mayores condiciones posibles).

Nixon: That is right. And that is the way it is going to be played (Eso es lo correcto y ésa es la forma en que debemos proyectar esto)

Once días después, el 22 de septiembre de 1973, Henry Kissinger fue nombrado como el Secretario de Estado #56 de Estados Unidos. Un premio del imperio, ciertamente merecido.

9-. Dictadura en Argentina

Cuando el general Jorge Videla derrocó a la presidenta María Estela Martínez Cartas de Perón el 24 de marzo de 1976, el imperio apoyó ese golpe antidemocrático y todo lo que sucedió después, como el asesinato de miles de opositores y el secuestro de los pequeños hijos de las revolucionarias que caían en las garras de los golpistas, muchas de ellas asesinadas y desaparecidas. Esos niños, algunos de ellos bebitos, eran entregados después a otras familias y las madres que sobrevivían aquel doble martirio no los veían jamás. Pocas veces en la historia se ha visto tal crueldad.

En una reunión con el nuevo canciller de la dictadura, Augusto Guzzetti, Kissinger le aseguró el pleno respaldo del imperio a todo lo que estaba sucediendo en Argentina. Muchos de aquellos torturadores y asesinos habían sido entrenados en The School of the Americas (Escuela de las Américas), en Fort Benning, Georgia, al igual que el general Romeo Vázquez Vélazquez, hoy dictador virtual de Honduras.

10-. Epílogo

Concluyo esta breve semblanza de este gran terrorista, aunque, por supuesto, es mucho más lo que se puede decir sobre él, como las masacres indonesias en Timor Oriental, la Operación Tailwind, los ataques bioterroristas contra el pueblo cubano, la decisiva influencia que tuvo en Bush para que invadiera Iraq en el 2003, y muchos otros crímenes, que, por su influencia directa, fueron perpetrados por el imperio o sus aliados.

Mientras este macroterrorista nunca ha sido juzgado ni por un incidente de tránsito, cinco héroes que protegían a Cuba del terrorismo llevan más de o­nce años en cárceles y prisiones federales, algunos cumpliendo una y hasta dos cadenas perpetuas.

¿Cuál ha sido el crimen más reciente de Kissinger? Pues el de aconsejar a Obama que aumente las guerras de Afganistán y Pakistán para que prosiga la masacre de niños, mujeres y ancianos … como en los mejores tiempos de aquel joven de nariz prominente y cabello ensortijado, que celebraba con las más bellas actrices de Hollywood, en los lugares más alegres de la capital, derramando esperma y vino, la desgracia de millones de vietnamitas, camboyanos y estadounidenses que derramaban  sangre y lágrimas.   
  Y estos dos señores recibieron el Premio Nóbel de la Paz, pero ya eso lo veremos el próximo jueves, 10 de diciembre, día en que recibirá el famoso premio, en Oslo, quien se ha convertido, por derecho propio, en el primer guerrero del mundo



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…el estímulo moral, la creación de una nueva conciencia socialista, es el punto en que debemos apoyarnos y hacia donde debemos ir, y hacer énfasis en él.

 


El estímulo material es el rezago del pasado, es aquello con lo que hay que contar, pero a lo que hay que ir quitándole preponderancia en la conciencia de la gente a medida que avance el proceso. Uno está en decidido proceso de ascenso; el otro debe estar en decidido proceso de extinción. El estímulo material no participará en la nueva sociedad que se crea, se extinguirá en el camino y hay que preparar las condiciones para que el tipo de movilización que hoy es efectiva, vaya perdiendo cada vez más su importancia y la vaya ocupando el estímulo moral, el sentido del deber, la nueva conciencia revolucionaria.


Ernesto "Che" Guevara, 24 de marzo de 1963.



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Carlos Rivero Collado (*)


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