La expropiación de Éxito y la ocupación de Haití

Parecieran temas distintos, pero son eslabones de la misma cadena de acontecimientos que se han comenzado a profundizar en este continente.

La esperada profundización de la lucha contra la especulación, ante la ineficacia de las medidas tomadas anteriormente por el gobierno, implica la toma de medidas radicales como la expropiación de los activos fijos que, habiendo sido utilizados por la oligarquía usurera para exprimirle la sangre al pueblo, deberán ser empleados para poner en manos de la gente de a pie, los bienes necesarios para la vida diaria, a precios justos y razonables, sin que los empleados de estos negocios se vean afectados. Allí se inscribe la expropiación de la cadena de supermercados Éxito.

El pago de las multas suele incluirse en los presupuestos de gastos generales de las empresas, así como el soborno a los funcionarios corruptos, de manera que los especuladores absorben y se adaptan a estas medidas, sin que se pueda eliminar ese robo cotidiano al bolsillo de la gente; por lo tanto era imprescindible que se tomaran medidas radicales que impidieran la adaptación de los elementos especulativos y constituyeran un paso decisivo hacia el Socialismo.

Mercal y PDVAL fueron creados para mitigar la especulación y poner en manos de la gente los productos alimenticios en las mejores condiciones. Sin embargo, en tanto el sistema capitalista se mantiene incólume y dominante, cualquier medida socialista que se tome correrá el riesgo de ser absorbida, adaptada al sistema y convertida en fuente de corrupción, quitándole la relativa eficiencia por medio del desvío de los bienes hacia los especuladores, convertidos en mercancías. Por lo tanto, los estrategas del gobierno, acertadamente, prefirieron profundizar el proceso, en la conciencia de que EN EL MARCO DEL CAPITALISMO ES IMPOSIBLE TERMINAR CON LA ESPECULACIÓN, que es un aspecto indisoluble de dicho sistema.

El conjunto de medidas económicas que el gobierno ha tomado al iniciar este año, si bien encarecen las importaciones, recibiremos más bolívares por dólar por lo que exportamos, básicamente, aún, el petróleo. Todas las llamadas economías emergentes, cuando se presentan las dificultades económicas, devalúan su moneda, favoreciendo las exportaciones. La modificación del régimen cambiario no hubiera estado completa si el Presidente no hubiese anunciado el ajuste de salarios, y si no re realizara la masiva campaña contra la especulación que ya ha comenzado.

Las medidas económicas son tan buenas para el pueblo, que el presidente de Fedecámaras llamó a “soluciones militares”, porque el gobierno bolivariano vendría “por los medios de producción”. Está bien claro el líder de la burguesía. Es la profundización de la lucha de clases.


Todos fuimos tristemente sorprendidos el martes pasado con el terremoto que asoló Haití, como una calamidad más de ese pequeño país hermano, que desde que obtuvo su independencia ha sido hostigada permanentemente por el capitalismo, que no podía permitir que los negros, los esclavos, se liberaran y procuraran gobernarse por sí mismos. Al conocerse de la catástrofe “natural”, un predicador gringo dijo que era un castigo divino por hacer pacto con el diablo para obtener su independencia. Es la tesis de la C IA, al servicio del imperialismo.

En tanto Venezuela, que fue quien primero mandó ayuda para el pueblo, y otros países hermanos, se ocupan de la gente, de la ayuda humanitaria, el imperio, no solamente aprovechó para enviar miles de marines a ocupar la isla, sino que, usando sus influencias con los ex imperios europeos, y sus títeres en Nuestramérica, ya puso en marcha un operativo de afluencia masiva de tropas de distintos países hacia Haití, bajo el marco de la MINUSTAH, es decir, para impedir que el pueblo se levante. “La seguridad” es para ellos lo más importante.

Esos hechos se enmarcan en una situación política internacional en la cual, por un lado los países del ALBA avanzan en la profundización del proceso revolucionario, y por la otra el imperialismo apuntala algunos enclaves, como México, Panamá y Chile; refuerza a su más genuflexo lacayo con siete bases militares más; recupera otro, Honduras, y se posiciona militarmente para hacer en nuestro continente lo que más sabe hacer: Someter a los pueblos por la fuerza. En ese entorno de lucha revolucionaria y anti imperialista, no sería raro que los yanquis estuvieran usando armas de destrucción masiva de tipo meteorológico, como denuncia Chevige González en su artículo reciente, publicado en Aporrea y en Rebelión, que les permitiría asesinar multitudes de personas, echándole la culpa a la Naturaleza, y por la otra, ocupar más territorio, cercano a Venezuela y bien ubicado en el Caribe. No sería extraño que Haití se convirtiera en una base militar más. En último caso, si el fenómeno telúrico fuera realmente natural, la verdad es que se están aprovechando descaradamente del mismo.

Al pueblo venezolano sólo le queda un camino: Construir el socialismo, para obtener una calidad de vida justa para todos, y para consolidar nuestra Soberanía, en tanto se fortalece el ALBA y las alianzas con las diferentes naciones y organizaciones del Sur, para crear y fortalecer la multipolaridad, en contraposición con el imperio unipolar.


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Andrea Coa


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