Es en la profundidad de la psiquis colectiva que se experimenta una manipulación de la costumbre para hacer que nazca una nueva moda, probablemente nueva, o tal vez reflotada de antiquísimos momentos que nos parecieron más o menos felices.
Una moda, como todas las modas no nace espontáneamente. Ella necesita para nacer, crecer, sobrevivir e incluso morir, de una motivación mercantilista que estimule el delirio del consumo masivo.
La moda tradicionalmente se ha centrado en los modos de vestir, de acicalarse el cuerpo, la manera de ver el mundo, la forma de vivir o de suicidarse, la actitud ante la protesta y ante la lucha.
La moda, ha ensayado todos los modismos sin llegar a cambiar nada, sólo refrita viejas maneras, antiguos comportamientos que suscitan sumisión y entrega a un principio de dominación que se presume invencible.
Toda moda es un intento de acabar con el principio de certeza, y por lo tanto su naturaleza es anticientífica.
Probablemente la moda nació antes del sedentarismo; pero es en el seno de la ilustrada burguesía que recién había liquidado al feudalismo, donde comienza a ser cultivada con esmero, y donde se le afila como arma política orientada al adormecimiento del principio de rebeldía. Desde entonces la moda es utilizada por el capitalismo para vender, adormecer e inocular el olvido entre los explotados que pudiesen luchar por su liberación.
La guerrilla es una fuerza no convencional que se enfrenta a ejércitos regulares que defienden la oficialidad de un Estado, es una forma de lucha que está fuera de toda consideración sobre la vigencia.
La guerrilla ha sido utilizada por los rebeldes que han insurgido en contra de los tres sistemas políticos de carácter privado: el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo; y cuando no ha conseguido la victoria, se convierte en el ejemplo a seguir para continuar la lucha.
¿Quién fue Espartaco? ¿Cómo le podemos llamar al apresto operacional de su rebelión de esclavos en contra del imperio romano?
¿Quiénes eran los infieles que tanto inquietaban a las fuerzas del escolasticismo medieval?
¿Cómo llamar la forma de lucha más encubierta de los artesanos en contra de la monarquía?
Quiénes eran José Leonardo Chirinos y Andrezote?
¿Quién era Bolívar?
¿Cómo llamarle a su ejército de menesterosos, según la opinión del virrey Sámano?
¿Y Morazán, Sandino, Farabundo Martí, Maceo, Máximo Gómez?
¿Quienes eran?
¿A quienes se enfrentaron estos hombres? ¿Tenían permiso para hacerlo?
Parece que no. Ellos eran irregulares insurrectos que tuvieron la necesidad de armar guerrillas para enfrentar y vencer con las armas a los ejércitos regulares que defendían al Imperio.
Una vez más la guerrilla como forma de lucha clandestina, y abierta a veces, funcionó, como funcionará siempre que exista el capitalismo, la última formación económica social de carácter privado.
Nuestra independencia es la resultante de una victoria guerrillera, como guerrilleros han sido todos los triunfos obtenidos frente a los imperios y a los imperialismos.
Esta interrogancia surge del hecho peligrosísimo que se está levantando por ahí con respecto a que la guerrilla está pasada de moda como forma de lucha. Al respecto hemos señalado arriba que ésta, está fuera de toda consideración de vigencia; lo cual afirma de algún modo, que la guerrilla es una respuesta insoslayable ante la supuesta legitimidad de la opresión de un sistema de explotación. La contestación a la regularidad y legitimidad de esa ignominia no puede ser regular, legal, ni convencional, y por lo tanto es una forma recurrente en el tiempo y en la vida, mientras exista la sociedad dividida en clases. La contraofensiva tiene que ser irregular, clandestina e ilegal para que sea verdaderamente revolucionaria; es decir, tiene que ser guerrillera.
A ver, la guerrilla de la FARC, tal vez la más antigua del mundo, ha cometido errores, como toda obra humana. Pero entre sus errores no está haber arreado las banderas del socialismo, en aquella lucha infrahumana por vencer al sistema capitalista en la Colombia que hoy ha perdido su condición de República para convertirse en protectorado yankee. La FARC no puede ser legal, ni confiar su victoria a los torneos electorales; ya una vez lo intentó, y el sicariato genocidió a la Unión Patriótica. La FARC, no pueden tener ningún viso de legalidad porque ella no está dentro del sistema capitalista, a quien intenta liquidar. En ese sentido, la guerrilla de la FARC está enfrentada a la legalidad capitalista en Colombia; y ha jurado vencerla.
Nadie tiene la suficiente autoridad, a menos que esté hablando desde el cuartel general del capitalismo, para declarar la caducidad de la Guerrilla como forma de lucha de los pueblos, de los trabajadores, de los movimientos sociales que luchan por su liberación y por la construcción del socialismo.
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