El 1° de Mayo pone de manifiesto la extraordinaria fuerza y la comunidad de intereses de la clase obrera a nivel mundial. Es la expresión de la capacidad para enfrentar con éxito la situación crítica y estructural del capital.
Mientras en las ciudades de Estados Unidos y Europa, el llamado capitalismo desarrollado, se llevan a cabo manifestaciones de protesta por la privación de los derechos de los trabajadores conquistados a lo largo de muchos años, en Venezuela, donde se realiza una revolución de liberación nacional en transición al socialismo, las manifestaciones de esta fecha se caracterizan por la alegría de una nueva Ley Orgánica del Trabajo que amplia de manera importante los derechos de trabajadoras y trabajadores. Se trata de un verdadero contraste que comprueba una vez más que el capital nada ofrece a la humanidad y mucho menos a la clase obrera y que el socialismo es la esperanza de los pueblos.
El régimen del capital ha abandonado definitivamente los valores de la civilización y el cinismo, la corrupción, la hipocresía, la guerra y la delincuencia caracterizan la sociedad burguesa. Bajo ésta la ciencia no es una disciplina para beneficio de la humanidad sino que está predominantemente, de alguna manera, al servicio del enriquecimiento de la clase dominante. El arte pierde su carácter creador y está guiado por el interés comercial; la tecnología al servicio de necesidades artificialmente generadas; los gastos militares de Estado Unidos en un año podrían saciar el hambre de pueblos enteros; las guerras o las amenazas de ellas siembran destrucción y muerte en todas las regiones del mundo; las enfermedades acaban con millones de seres humanos; la publicidad consume riquezas que resolverían problemas de millones de personas, etc., etc.
El capitalismo impide que la ciencia y el arte contribuyan al desarrollo de las infinitas posibilidades del ser humano. La realidad actual constata que el mundo vive en permanentes confrontaciones bélicas o en la preparación para ellas, con el objeto de extender la explotación o en la necesidad de los pueblos de enfrentarla. La irracional explotación de la naturaleza amenaza la extinción de la vida en el planeta y la destrucción del planeta mismo.
No hay la menor duda de que la clase obrera, por razones científicas, es la clase llamada a enfrentar a la clase burguesa que ha colocado al mundo en las condiciones que hemos señalado. La lucha de clases ha conducido a esta situación porque se ha impuesto el dominio de la burguesía, pero esa misma lucha de clases conduce al triunfo de la clase obrera si la revolución que está planteada es conducida de manera científica.
La unidad de la clase obrera, necesaria para la unidad de todo el proletariado, es decir, de todas las clases que son víctima de la explotación capitalista, es condición indispensable que impone la lucha de clases. No puede librarse con posibilidades de triunfo una lucha sin la unidad de los sectores que enfrentan al opresor.
La lucha se lleva a cabo a nivel internacional y nadie escapa a los efectos de la crisis estructural que hoy conmueve al mundo. La unidad internacional de todos los pueblos contra la burguesía imperial se impone con urgencia. Podríamos decir que “la teoría del equilibrio del universo” de Simón Bolívar sobre la unidad de los pueblos para equilibrar el poderío de Europa, cobra inusitada vigencia si a ésta agregamos el imperio más poderoso de la historia: EE.UU. No olvidemos que ya el Libertador alertó contra el incipiente imperialismo norteamericano.
Es necesario destacar que cien años después de la tesis del Libertador, Lenin señaló la necesidad de unir a los pueblos coloniales y semicoloniales con el proletariado de las metrópolis para enfrentar el imperialismo. La tesis de Lenin era producto de un estudio científico de la realidad actual y resulta sorprendente que ya Bolívar tenía una opinión de una extraordinaria coincidencia con Lenin.
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