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La Corporación Venezolana de Guayana (CVG), dejó de ser una empresa promotora de desarrollo y crecimiento de la Región Guayana, para convertirse en una empresa maula, que no paga a sus proveedores oportunamente. Eso implica que los trabajadores y empleados de ese organismo, se vean perjudicados en dos renglones fundamentales: la salud y los aumentos correspondientes al tabulador y a la firma del Contrato Colectivo. Eso mantiene en tensión a los cevegistas. No comprenden, como hay dinero para otras cosas menos para atender sus necesidades del activo más importante: sus empleados y trabajadores.
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Breve historia de la CVG. Fue fundada el 29 de diciembre de 1960. Fue su primer presidente el general Rafael Alfonzo Ravard. Esta Corporación se convirtió en un ente promotor del desarrollo y crecimiento de la Región Guayana. Durante más de 4 décadas continuas fue un icono para los guayaneses. Una empresa solvente y dedicada, por completo, a dinamizar la economía y el desarrollo. Ser cevegista, durante esas épocas, era un orgullo para sus empleados y trabajadores. En un principio dependió de la presidencia de la República. En el 2001, el presidente Hugo Chávez la adscribió al Ministerio de la Secretaría de la Presidencia. Más tarde pasó a depender del Ministerio de Industrias Básicas y Minería (MIBAM).
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En la década de los 90 comenzó el declive de la Corporación Venezolana de Guayana. Hoy día no es más que un cascaron vacío. Y para completar maula. En ese sentido, voy a enumerar los problemas de pago que tiene pendiente la CVG:
1) Le debe al laboratorio, Toxi-Lab, por concepto de los servicios prestados a los empleados y trabajadores de la empresa. El servicio fue suspendido por el laboratorio hace más de tres meses. Eso se traduce en perjuicio para el personal de ese organismo, que requiere ser atendido, por prescripción médica.
2) A los empleados no se les reintegra el dinero invertido en consultas médicas, exámenes, etcétera, por parte de la empresa aseguradora “Cuidame”, con la cual la CVG mantiene firmado un contrato. ¿Por qué “Cuidame” no rembolsa esos costos al asegurado? Porque CVG no le paga sus servicios. Eso se traduce en otro perjuicio para el personal, en especial los jubilados y pensionados, quienes ven disminuidos sus dineritos que reciben de las pensiones.
3) El Contrato Colectivo no se ha firmado porque disque no hay real, y tienen que acudir al Presidente Maduro para que le afloje los churupos. Ese retardo implica dinero a favor de los trabajadores, pero interviene la inflación y se lo lleva. La empresa se mantiene negada a aumentar las primas de profesionalización. Así como el aumento corporativo, y prima por evaluación. ¿Cómo lo ven ustedes?
4) La CVG mantiene deudas con los proveedores, lo que conlleva a la negativa de querer prestarle servicios a la empresa, mientras crece la desconfianza en la comunidad. Esa situación sigue manchando el nombre histórico de la CVG.
5) Las clínicas no quieren atender a los cevegistas, porque la empresa mantiene deudas con éstas. Antes todas las clínicas estaban afiliadas a la CVG. Hoy día, a pena alguna, lo está. Pero los servicios son malos. No satisface los requerimientos de los asegurados.
6) Las farmacias, también han rechazado prestarle servicios a la CVG, ya que se le debe dinero, y, además, por la fama de maula que ha venido acrecentándose, con el correr de los tiempos.
7) El edificio sede, en Alta Vista, es testigo de las continuas protestes de los trabajadores de las empresas básicas que reclaman los ofrecimientos que le han hecho en materia de pasivos laborales, pagos de retroactivos, cancelación de remanentes de utilidades, etcétera. El rosario es más largo, aún.
Pregunto: Á dónde va a parar el dineral que el ejecutivo ha aprobado para la Corporación Venezolana de Guayana? ¿Qué se hacen estos reales, destinados para honrar las deudas contraídas por el organismo? Mucha gente piensa que se los roban. La gente es sabia. En la calle se dicen muchas cosas. En todo caso, tanto Hugo Chávez, como Maduro, han aprobado cantidades enorme de dineros para la CVG y sus empresas. Pero el dinero se pierde. No hay manera de frenar con fuerza la corrupción. ¡Sálvese, quien pueda, en Guayana! ¡Volveré!
Teófilo Santaella: periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la isla del Burro, en la década de los 60.