Congreso del Partido y la Clase Obrera

El próximo congreso del PSUV representa la gran oportunidad para que el movimiento obrero revolucionario presente su visión sobre el papel que están  obligados a jugar los trabajadores,  en un proceso de profundos cambios, en la búsqueda de una sociedad de iguales sin explotados ni explotadores.

No existe otro momento ni mucho menos otros actores responsables para asumir este compromiso; los avances del proceso exigen la concreción  y definición de programas, tesis y planes, como única forma de garantizar la solidez y consistencia ideológica del proyecto político, que se va enriqueciendo al calor  de los acontecimientos, retos asumidos y logros alcanzados.

Nuestro movimiento  tuvo la suerte de contar con el respaldo permanente  de nuestro inolvidable líder  Hugo Chávez  durante  todos estos 14 años, de intensos  combates.

Ese gran apoyo y estímulo que recibimos en todo momento del gran líder, constituye una hermosa y muy rica experiencia,  que nos aporta innumerables aprendizajes en todos los sentidos y escenarios del acontecer diario de esta lucha dentro del campo laboral. Es decir,  venimos de una escuela donde el principal aprendizaje debería ser,  entender la necesidad de vincularse a los trabajadores en su problemática  diaria por una mayor cuota  de felicidad posible, sin  temor a que podamos  caer en el falso dilema de “lucha  reivindicativista” versus “ lucha política ideológica”, porque eso no existe  cuando desarrollamos  la lucha reivindicativa  vinculada  a la importancia  y necesidad  de la lucha política por la toma del poder  algo que se desarrolla enfrentando  a la burguesía  en todo momento y elevando el nivel político  e ideológico  de las masas, por eso cuando  nos planteamos  esta lucha  como un dilema, es porque  no estamos  haciendo el trabajo como debe ser, la lucha es la lucha, en todos los terrenos político, ideológico, reivindicativistas, de ideas, etc., etc., etc.; y no es posible apartar una cosa de la otra, la lucha reivindicativa nos permite elevar  el nivel de vida del trabajador y su núcleo familiar, pero  también debe servirnos  como guía  demostrativa  de que  solo la lucha,  unida a la organización y al trabajo político  e ideológico , nos permitirá ser el polo  de referencia y punta de lanza del proceso revolucionario venezolano.

Paradójicamente, a pesar de la mano abierta y la concepción muchas veces esbozada  del presidente Chávez hacia la clase obrera, este sector se percibe un tanto alejado de lo que debiera ser su presencia en la conformación de una plataforma política, de inequívoca vocación revolucionaria y enmarcada dentro de un proyecto de cambio radical y estructural del estado capitalista, no se trata de un obcecado deseo o una pretenciosa aspiración de la clase obrera, solo que su participación en el proceso productivo así como su papel de motor impulsor del desarrollo económico lo sitúa como guía de todas las actividades que impliquen un cambio de la sociedad como brazo político del futuro poder social junto a los compañeros campesinos, artesanos y pescadores. Si bien esta es una tarea de todos, recae con mayor peso en los dirigentes más experimentados y fogueados el compromiso de avanzar en esta etapa de superación y consolidación revolucionaria; es esta la forma de contribuir a la formación de un poderoso bastión con capacidad de asumir los diferentes retos al igual que la defensa del proceso de cambio que buscamos.

Los trabajadores estamos comprometidos con el fortalecimiento político e ideológico del partido y para ello no podemos asumir el simple papel de observadores de los acontecimientos, hay que generar ideas, conocimientos y propuestas, todo en función de robustecer y fortalecer la doctrina revolucionaria y clasista de la organización política. Estos aportes políticos al contenido ideológico del proceso son los que marcan y señalan la presencia y peso de los trabajadores en la construcción revolucionaria, agregándole la solidez,  consistencia e identidad al trabajo político.

Cabría preguntarse: ¿actualmente nuestro movimiento sindical cumple con este aporte ideológico al proceso revolucionario?. El escaso peso político casi siempre tiene su origen en lo distante que a veces andamos de cumplir  con ese cometido de luchar al lado de los trabajadores con sus realidades y vivencias, es aquí cuando revisarnos es de sabios y reconociendo las debilidades procede la discusión franca, el transparente debate abordado constructiva y pedagógicamente , nos puede  volver al camino  correcto  que nos va a permitir hacer avanzar  a la humanidad hacia una sociedad más humana sin explotados ni explotadores.

Como es de notar, la responsabilidad de los trabajadores en la construcción de ese  partido con elemental definición revolucionaria, una conducta y dirección ética y moralmente comprometida  con la necesidad de la emancipación de la clase obrera, es de primer orden.

Es una misión a cumplir tanto hacia fuera en el fragor de la lucha diaria con la masa, como hacia adentro en el permanente trabajo militante por la correcta formación político-ideológica de los cuadros y futuros dirigentes, porque es verdad que este objetivo no podrá lograrse con la sola lucha reivindicativista, igualmente es cierto que tampoco se avanzará si no nos vinculamos orgánicamente a los trabajadores, a su problemática, sus necesidades, a su combate del día a día por un mayor nivel de bienestar al que todos tenemos derecho.

Todo lo aquí planteado y mucho más, en realidad son suficientes razones para que los trabajadores acudamos a este congreso cargados de ideas, conceptos, planes y proyectos sobre el partido que necesitamos construir para el fortalecimiento permanente de la revolución bolivariana, en la que dejó todo su esfuerzo, vigor y esperanza  nuestro eterno conductor , Comandante y primer obrero de este proyecto, Hugo Chávez Frías

José Ramón Blasco (Guameño)

Abril 2014



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Ramón Blasco


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