Tras el discurso del Presidente Chávez pronunciado en la ONU, a lo largo de nuestro país, los trabajadores y pobres festejamos esas denuncias, que mostraron ante el mundo el rol imperialista del gobierno de Bush. La simpatía por la denuncia del Presidente cruzó también nuestras fronteras. Los pueblos de los países más castigados y agredidos por EEUU salieron a expresar su apoyo a las palabras denunciantes de Chávez. En el Líbano miles y miles tomaron las calles con fotos y consignas anti imperialistas. Es un hecho, la revolución bolivariana tiene apoyo en diversos lugares del mundo.
En su discurso, Chávez llamó “diablo” al Presidente Bush, como una forma de referirse al carácter asesino y genocida de este ante los pueblos del mundo. A unos por ataques directos con su ejército, a otros por sus planes económicos hambreadores y saqueo permanente de recursos naturales. Sin duda estamos ante el diablo Bush, y ante la barbarie capitalista. En esa perspectiva estamos a favor de las denuncias contra el “diablo” y en una lucha contra su poder y su política mundial.
Por supuesto, la posición de los sectores de derecha y pro imperialista del país y el continente son contraria a toda esta visión. Ellos consideraron lo dicho por Chávez en contra de Bush una ofensa y una agresión. Para ellos que los EEUU invadan y provoque guerra a otros países no es agresión, pero que se acuse de diablo al presidente que ordena las invasiones y las guerras si lo es. Todavía están entre susto y la alegría por que creen que el gobierno de ese país ahora si nos va a invadir. No había terminado Chávez de bajarse del podio de donde dio el discurso en la ONU cuando acá Manuel Rosales y todos los políticos que le apoyan, lamentaban y denigraban del discurso del Presidente de nuestro país.
A raíz del discurso de Chávez en la ONU en los sitios en donde hemos ido hacer campaña por su reelección presidencial o a discutir problemas de los trabajadores nos hemos encontrado con muchos señalamientos que parece oportuno recordar acá. Todos coinciden que “el diablo mayor” preside los EEUU, pero en su mayoría los dirigentes sindicales, trabajadores y activistas de la campaña electoral a favor de Chávez que hemos contactado nos han hecho el señalamiento de aquí tenemos también otros “diablos internos”. Estos pasean por el país ostentando su poder y actuando contra el proceso y contra el pueblo. Sería conveniente que a las denuncias al imperialismo y a Bush le agreguemos la denuncia y el enfrentamiento a estos diablos internos.
¿Quienes son esos señores? Unos son las grandes transnacionales del petróleo que pese al plan de empresas mixtas seguirán explotando nuestro recurso con millonarias ganancias. Otros son banqueros que dirigen aún la mayoría del sistema bancario nacional y los dueños de los medios privados que hoy vemos de nuevo falseando la campaña electoral con clara intención de derrotar al proceso revolucionario y siguen siendo unos grandes diablos los latifundistas que siguen adueñados de la mayoría de nuestras tierras productivas y las defienden con la protección y actuación asesina de sicarios.
A todos ellos tenemos que enfrentar y quitarles su poder. Cuando hablamos de profundizar la revolución nos referimos a eso, a que avance el poder protagónico y popular de los trabajadores y sectores populares y que se vaya terminando el poder de estos grandes capitalistas que quieren hacernos volver al pasado. Chávez también denunció en la ONU el robo de la deuda externa, esperamos ahora que deje de pagarla. Ya que solo atacando los intereses de los usureros del mundo y de sus aliados en Venezuela, vamos a avanzar al socialismo verdadero.
Pero a la par de estos diablos, existen otros más internos todavía que surgen del propio proceso. Son los altos funcionarios, gobernadores, alcaldes, directores de institutos, políticos o sindicalistas que se enriquecen con el poder. Son los que botan trabajadores de los ministerios y la administración pública si estos pretenden reclamar sus derechos y/o hacen sindicatos que exigen el derecho de sus agremiados. Son los que dan órdenes para que la guardia nacional reprima a los trabajadores petroleros cuando defienden sus condiciones laborales. Son los que agreden a los campesinos en Mérida en lugar de atender sus demandas. Son los administradores del gobierno que en pocos años se han vuelto ricos. En nuestra central sindical también los hay, son los que se convierten en aguantadores y alcahuetes de los incapaces y corruptos de la administración pública y privada, son los que ya no pasan por los lugares de trabajo ni por las luchas obreras, pero se auto titulan representantes obreros en el Comando Miranda.
Todos ellos actúan como “resta votos” ya que son el peligro mayor de esta campaña electoral, porque generan desmoralización y alejan a las familias trabajadoras del proceso. ¿Quien puede sumarse con ganas a la batalla electoral junto a estos señores? A todos ellos hay que sacarlos de sus funciones de inmediato, castigando duramente a los involucrados en casos de corrupción, antes que sea demasiado tarde, y se termine de consolidar un poder burocrático y corrupto que cada vez toma más cuerpo y que se adapta y defiende los privilegios del poder estatal.
Y no es casualidad que estos dirigentes y funcionarios, muchas veces sean los que más relación tienen con “los diablos internos”. Se reúnen con la alta y no tan alta burguesía venezolana, o negocian con los restos de la burocracia de la CTV. Hay que limpiar el proceso de todos ellos. El Presidente Chávez no sólo puede denunciarlos en el programa “Aló Presidente” sino debe tomar medidas contra estos diablos, como lo reclaman millones de trabajadores y las verdaderas y representativas organizaciones populares.
Ahora estamos en la campaña electoral, desde el movimiento obrero aportaremos votos para derrotar al candidato del imperialismo. Vamos a reafirmar una vez más también el proceso revolucionario, pero tenemos que prepararnos para ir por mucho más. En las manos del pueblo y sus organizaciones democráticas está la garantía del triunfo el 3 de diciembre, y en las mismas manos está el camino que viene tras las elecciones: avanzar contra el poder patronal, burocrático y corrupto para dirigirnos hacia el socialismo y para solucionar en ese rumbo todos los problemas sociales pendientes.
*Coordinador nacional de la UNT-Corriente C-CURA
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