La transgresión de las más elementales normas y leyes, unida a la persecución y represión de los trabajadores de MASISA en Guayana es un ritual. Criminaliza y atropella cualquier respiro organizativo de los trabajadores. Jean Mendoza tiene todo un historial de tropelías, persecuciones y detenciones en su contra. Lo inverosímil es que esta empresa es una trasnacional que no solo opera a todas sus anchas, sino que aprovecha las políticas restrictivas existentes para pagar salarios de hambre, que además se los lleva por los cachos la galopante inflación; mientras que los inversionistas venden sus productos en dólares en el exterior, dinero que se queda por allá a costa de un trabajador que labora en condiciones esclavizantes. Le tienen miedo a las elecciones sindicales y no ocultan sus deliberadas intenciones de salirle al paso cualquier respiro de democracia sindical; sino lo hacen colocando sindicatos paralelos, valiéndose de esquiroles para cerrarle el paso a cualquier intención organizativa.
Mañana primero de agosto se realizaran las elecciones sindicales en MASISA, para legitimar a la directiva sindical y abrir caminos por el adecentamiento de los derechos laborales que le han sido conculcados; seguramente habrán represalias o restricciones; pero los trabajadores ya disponen de un nivel de conciencia y asistirán masivamente a votar. Ellos saben que lo harán en medio de un terreno erosionado; pero participaran con la firmeza de que van a salir airosos de este embate electoral y de que hay que dejar atrás ese modelo sindical burocrático, rampante y patronal e inaugurar un modelo organizativo y combativo.
