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Desde esos años comenzó a ponerse en ejecución el plan de dividir a la clase obrera para apoderarse del dominio de los sindicatos, para contar con la adhesión incondicional al entreguismo yanki, cuando el sindicalismo había sido un baldón en la historia de las luchas obreras de Venezuela; pero utilizado después por estas cúpulas para "el disfrute sensual del poder" como consta en una carta que envió "el padre de la democracia venezolana", como le dicen todavía a Rómulo los aduladores que le quedan, a uno de sus sargentonas.
Hoy las amenazas de huelgas, guarimbas, paros y tomas de esquinas absurdos que propugnan 10 ó 15 maestros de los cogollos sindicaleros para "joder a Chávez", se inscriben dentro de esas consignas remotas, porque la unidad del movimiento obrero no se ha consolidado todavía por errores importantes que se han cometido y siguen cometiéndose, y por eso el enemigo conspira desde adentro y desde afuera, para que ésta no se consuma y se disuelva la concepción de clase dentro de la deformación neoliberal que acepta la lucha de los obreros en el terreno político, pero que amarra la contraofensiva socialista, como nos pasó el 13 de abril del 2002 con una reconciliación que terminó en más agresión y en más impunidad. Remember el paro petrolero empresarial ese mismo año, donde se nos empicharon las hallacas. Son pelones lamentables que tenemos que asumir como fue también el mantenimiento del rancho cetevista cuando se tuvo la oportunidad de demolerlo en la Asamblea Constituyente para erradicar sus vicios y sacarlos por higiene del proceso que se abrió. Pero jugamos al democratismo y perdimos otra ocasión histórica.
Lo otro es la difícil búsqueda de la unidad de los trabajadores, para la cual hay que eliminar cualquier obstáculo, porque es el único instrumento táctico que tienen los revolucionarios para transformar sus organizaciones en sindicatos grandes, poderosos, que funcionen bien y capaces de operar con su conciencia, en todas las circunstancias, al estar comprometidos por el espíritu de la lucha, tener una visión clara de sus objetivos y educados dentro de una verdadera concepción del mundo: la lucha de clases, y entender, como dijo Lenin, que sin teoría no habrá ni partido político ni vanguardia obrera de la revolución.
Cuidarnos del oportunismo, enemigo de la unidad, porque éste no es fruto de la casualidad, de un desliz, de una traición de unos cuantos enemigos aislados, sino el producto social de todos estos largos años donde se ha enquistado una burocracia obrera amamantada por la gestión clientelar, jugando con la frase "de aprender de la vida"; cuando desgraciadamente entiende por vida el pantano de los períodos pacíficos, de los tiempos del estancamiento, cuando ésta apenas avanzaba. Comprendamos siempre que estos ciegos se rezagan siempre de las enseñanzas que brinda el accionar revolucionario, porque sus doctrinas muertas van siempre a la zaga de este torrente, que expresa las demandas nacidas de los intereses populares.
Entendamos que la verdadera Revolución Socialista Bolivariana comienza sólo cuando los trabajadores, como afirma el profesor Franz Lee, le demos el NO definitivo a la preservación del capitalismo que fomenta la explotación económica y, por ende, la dominación política, la discriminación social, el genocidio militar y la alienación humana universal.>>
No me parece casual que sea precisamente ahora que este ciudadano llamado Rubén Ávila Serratti, adopte este tipo de comportamiento, dedicando un articulo a estos camaradas; en donde nada tiene que ver Rubén Ávila con el pensamiento revolucionario categórico y radical de Franz Lee y Jutta Schmitt; el camarada Franz J. T. Lee, es una persona que ha emprendido una lucha desinteresada; pero sí, con mucho calor humano y dedicación a tiempo extra, a lo largo de muchos fructíferos años de vida en nuestro país, y en donde ha demostrado que es un verdadero revolucionario; y que ha demostrado con sus acciones el camino hacia la emancipación, todo lo contrario a Rubén Ávila.
El ciudadano Rubén Ávila Serratti, en el artículo señala: “…porque la unidad del movimiento obrero no se ha consolidado todavía por errores importantes que se han cometido y siguen cometiéndose…” voy a tratar de refrescarle su prestigiosa memoria ciudadano Rubén Ávila, para recordarle que usted sigue cometiendo esos mismos errores, se acuerda usted de la lucha que emprendieron los trabajadores de la Planta Procesadora de Desechos Solidos, en el Municipio Sucre del estado Mérida, y usted asistió a una asamblea en ese sitio, y al enterarse que en esta lucha por demás justa, se encontraban un grupo de estudiantes en pie de lucha apoyando a los trabajadores, entre ellos se encontraban los camaradas Simón Rodríguez Porras, Carlos Casanova, entre otros; y usted tomo la palabra para decir: “Trabajadores a trabajar, estudiantes a estudiar” dándole un rotundo apoyo al patrón, olvidando por completo los derechos de los trabajadores; puede ajustarse el articulo que usted escribe de fecha 04 de mayo, a sus actos, que meramente son todo lo contrario al articulo. Ciudadano Rubén Ávila la revolución se lleva en el corazón para luchar por ella, y no en la boca para vivir de ella.
Me parece muy raro, que este ciudadano; que toda su vida, ha obtenido beneficio directo para sus familiares y para el suyo propio, a través de alianzas politiqueras e intereses ocultos; le haya dedicado este articulo a estos camaradas íntegros como lo son Franz J. T, Lee y Jutta Schmitt, esta persona llamada Rubén Ávila Serratti, ha tenido entre otras cosas, un catastrófico desempeño en filas revolucionarias, siguiendo líneas políticas cuarto republicanas clientelares sin el verdadero sentido político que merece un revolucionario. No entiendo porque este cambio brusco de Rubén Ávila Serratti, a estas alturas; voy a tomar una frase de su artículo “…esto no es fruto de la de la casualidad…” ¿Que se traerá en mente Rubén Ávila Serratti?
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