Por medio de la presente quiero expresar mi solidaridad con el trabajador de Venezolana de Televisión Efraín Castro y con todos los trabajadores que vienen siendo atropellados en forma prepotente e intolerante por el Presidente Chávez y funcionarios de alto rango de su gobierno.
Desde hace varios años hemos escuchado insistentemente decir al Presidente Chávez que su gobierno es obrerista. Sin embargo los hechos demuestran lo contrario.
Aunque muchos no lo crean hay ministerios y entidades nacionales descentralizadas donde hace más de 16 años que no se discuten ni se acuerdan convenciones colectivas de trabajo. El caso más emblemático es el Ministerio del Trabajo. Otro caso es la situación que han padecido un millón y medio de empleados públicos, quienes han tenido que soportar durante casi 4 años la intransigencia del Gobierno Nacional y sus aliados sindicaleros Franklyn Rondón y los militantes de la FSBT, para negociar su contrato marco.
Las estadísticas muestran que en el sector público es donde porcentualmente más se desconocen las órdenes de reenganche emitidas por el Ministerio del Trabajo para reinstalar en sus cargos a empleados públicos despedidos arbitrariamente. Un hecho emblemático es la actitud de la Presidenta de la Asamblea Nacional, Cilia Flores vivo ejemplo del nepotismo, quien ha hecho hasta lo imposible para desconocer a nuestro camarada William Díaz, Secretario General del Sindicato, como legítimo representante de los trabajadores de esa entidad y hace poco botó a muchos trabajadores, entre ellas varias empleadas que recientemente habían tenido hijos, con el sólo propósito de abrirle campo a sus familiares.
Y para no ir muy lejos, cito mi caso y el del camarada Armando Guerra empleado de Hidrocapital, quienes hemos sido botados a pesar de que somos dirigentes sindicales, como retaliación política por nuestra posición incondicional de defensa de los derechos de los trabajadores, porque denunciamos la corrupción, el nepotismo, porque defendimos a los trabajadores petroleros contra las imposiciones del gobierno y la directiva de PDVSA y porque denunciamos que la Reforma Constitucional no avanzaba hacia el socialismo sino hacia la conciliación con los enemigos de la revolución, como se ha venido demostrando durante estos ocho meses del 2008. Por si fuera poco desde las altas instancias de gobierno se ha desatado una feroz campaña de descalificación, catalogándonos como contrarrevolucionarios.
En marzo del año pasado, el Presidente Chávez arreció contra el movimiento sindical, calificando supuestamente como una herencia maldita de la IV República, la autonomía sindical. En aquella oportunidad arengó contra quienes defendemos esa sagrado principio y a través de su ministro José Ramón Rivero enfiló baterías para desconocer a los representantes legítimos de los trabajadores. Por fortuna los trabajadores de Sidor emprendieron una lucha ejemplar que llevó a la destitución del peor ministro de trabajo de los últimos 50 años.
Ahora nos encontramos con el caso del compañero Efraín Castro, quien fue vejado y humillado públicamente. Creo que nadie se esperaba esta actitud prepotente del Presidente Chávez. Yo me solidarizo incondicionalmente con el compañero Castro, con todos los trabajadores del canal de televisión y con todos los trabajadores que son ofendidos en su integridad moral y política. Hace menos de quince días también me pronuncié contra la forma infeliz en que el ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez se expresó sobre los trabajadores petroleros en una revista en Chile.
Lo preocupante de la intolerancia del Presidente Chávez es el mensaje político. Ahora todos los altos funcionarios, ministros, gobernadores y alcaldes "rojos rojitos" van a querer imponer la revisión de las convenciones colectivas, con el argumento de que los trabajadores tenemos muchos privilegios, cuando todos sabemos que es falso. Y lo que es peor, los propios patronos golpistas, se sentirán con patente de corzo para agredir a los trabajadores, ya que si lo dice el Presidente de la República, ellos se sentirán con mayor autoridad para desconocer nuestros derechos.
Existen reservas morales
Afortunadamente existen profundas reservas morales y políticas entre los trabajadores y los verdaderos revolucionarios. Me ha emocionado mucho leer la columna Contracorriente del periodista Ernesto Villegas P. (Ver Desagravio a un camarógrafo - http://www.aporrea.org/actualidad/a61345.html) conocer su actitud solidaria a toda prueba con Efraín Castro. Su padre, que en paz descanse, a quien conocí personalmente y con quien me encontré en diversos escenarios defendiendo los derechos de los trabajadores, debe estar más que orgulloso por la valentía de su hijo, que ha tenido la hidalguía de colocar su puesto a disposición, a cambio de poder expresar libremente su opinión.
Suscribiré todo reclamo que desde el pueblo y las bases sindicales se le haga al Presidente Chávez exigiendo un desagravio para el camarógrafo de VTV y a todos los trabajadores venezolanos que se le hayan vulnerado sus derechos. Espero que así lo hagan el resto de los coordinadores de la UNT, incluso a los divisionistas que montaron una nueva central sindical; aunque dudo mucho que se pronuncien a favor de los empleados del canal de televisión porque ellos tienen como norma no hablar de los conflictos de los trabajadores, además que tienen el problema de ser al mismo tiempo, "dirigentes sindicales" y funcionarios de gobierno, es decir patronos.