Si algo atendimos con especial cuidado en la gestión rectoral que me tocó desempeñar en la UCV fue el bienestar de los trabajadores. Y no porque lo digamos ahora, sino porque los hechos, nuestra práctica social, nos dan la razón. Resumamos y saquen ustedes mismos sus conclusiones.
1) Firmamos los convenios de trabajo con docentes, empleados y obreros, que tenían 8 años de atraso. 2) Se incrementó el sueldo de los trabajadores, que estaba congelado desde 1982. El incremento fue superior al cien por ciento del sueldo básico, lo que significó un 150 por ciento, al calcular los beneficios adicionales con el monto del salario integral. 3) Pagamos por primera vez las prestaciones sociales calculadas con salario integral, además de incrementar a 22 los días de antigüedad y cesantía. 4) Aumentamos el pago del aguinaldo de los empleados de 30 a 45 días y del bono vacacional de 30 a 40 días, calculados sobre la base del salario integral. 5) Se incrementó la prima por hogar de los trabajadores y se extendió a todos los empleados independientemente de su situación conyugal. 6) Se incrementó la prima por hijo a todos los trabajadores. 7) Se incrementó el monto de la jubilación al cien por ciento del sueldo.
Adicionalmente: 8) Reconocimiento del carácter salarial del bono compensatorio que reciben los trabajadores de la institución. 9) Incremento de la cobertura del seguro HCM de los empleados para cubrir el cien por ciento del costo de los siniestros; se aumentó también el seguro de accidentes personales y el de vida. 10) Se incorporó a la nómina regular a todos los empleados con más de dos años de contratación. 11) Eliminación del retardo usual en el pago de los sueldos en los primeros meses del año. 12) Cancelación del bono vacacional y del aguinaldo en el mes anterior al disfrute de los mismos. 13) Se aprobó el pago de prestaciones sociales a los trabajadores extranjeros. 14) Reanudación del régimen de concursos, que se encontraba paralizado por muchos años, con la realización de 500 procesos. 15) Mejoramiento de las condiciones y ambientes de trabajo en todas las dependencias ucevistas.
Todos lo señalado no sustenta en la acusación de odio o enemigo de los trabajadores que algunos se han empeñado en endilgarme. Muy por el contrario, se nota claramente la decisión de defender las conquistas y el bienestar de los trabajadores. La verdadera razón de éste y otros calificativos utilizados radica en mi permanente lucha contra el incumplimiento laboral, la negligencia en el trabajo, la indisciplina, la corrupción sindical, el “reposerismo” y la falta de compromiso con la universidad y el país. Personas inescrupulosas o muy atrasadas políticamente son las únicas que pueden mantener una tesis tan infame.
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