Desde mi perspectiva
son dos los centros fundamentales que originan los nexos de hermandad
entre Irán y Venezuela, y se derivan algunos elementos complementarios
que son consecuencia de estos centros.
El primer centro
fundamental que origina el nexo de hermandad con Irán está vinculado
a la esencia antiimperialista de los dos gobiernos democráticamente
electos. Dos presidentes de dos países petroleros, socios de la OPEP
que tienen como elemento común la legitimidad de los votos, más allá
del cuestionamiento de los que han sido objeto por sectores internos
y poderosos factores externos de carácter trasnacional.
El segundo centro
fundamental que origina el nexo de hermandad con Irán es el precio
del petróleo. Durante los casi 13 años de gobierno del Presidente
Chávez, la estrategia petrolera ha sido no sólo muy clara sino muy
eficiente, el refortalecimiento de la OPEP como fijador de los parámetros
del mercado internacional y la valorización justa del precio del petróleo
han sido los elementos que han permitido profundizar el primer centro
fundamental, la esencia antiimperialista.
La consecuencia
de estos dos centros fundamentales conducen a elementos complementarios
en esta relación, pero que deben estar claros: no son los que articulan
la misma. La complementariedad y transferencia tecnológica, la inversión
de capitales, el desarrollo automotriz en Venezuela, la capacidad
constructiva de viviendas, el reforzamiento del conocimiento nuclear
con fines pacíficos, entre otros, se han convertido de manera intencionada
o no en los elementos de mayor especulación por parte de la opinión
pública internacional.
En especial,
el tema nuclear, la ubicación de yacimientos de uranio y el activo
comercio entre los dos países han sido los hechos de mayor ataque por
parte del gobierno de los EUA, para ir acondicionando escenarios favorables
de conflicto bélico, si ello llega a considerarse necesario. Todo esto
tiene una explicación: el control de los yacimientos de petróleo por
parte del vampirismo petrolero imperial.
Señalamientos
como la exportación de uranio a Irán (de lo que si existiera alguna
prueba no duden que ya fuese pública), la fabricación de componentes
para la industria nuclear (que terminó siendo una fábrica de bicicletas),
los misiles nucleares erigidos en la Península de Paraguaná (que terminaron
siendo las torres para la central de energía eólica en construcción),
han sido algunos de lo argumentos utilizados por voceros oficiales y
no oficiales como Noriega, que con verbo encendido han convertido a
Venezuela en un objetivo militar, pretendiendo fijar las matrices necesarias
para condicionar a la opinión pública de EUA y de Europa sobre una
posible acción política, económico o militar en contra de Irán y
Venezuela.
La llegada del
presidente iraní Mahmud Ahmadinejad y su gira por los países de la
Alba nos indica que la Alba se reposiciona con sus aliados internacionales
a favor de la libertad, la soberanía y la autonomía de sus pueblos
ante los dictámenes del gobierno de los EUA, y es la ratificación
del gobierno venezolano de mostrar su fortaleza en cuanto al mantenimiento
de los precios del petróleo y el reforzamiento de la OPEP, aún a pesar
de la exigencia mundial del aumento de la producción petrolera, demanda
que empezará a ser satisfecha por Venezuela este año, incrementando
en 500 millones la producción de barriles diarios, en el marco de un
acuerdo de aumento de producción de la OPEP que se establecerá en
su próxima asamblea.
Sumamente ingenua
es la postura de quienes sólo atribuyen a una afinidad ideológica
la hermandad de Venezuela e Irán, que sin duda tienen elementos comunes
basados en el antiimperialismo como visión política, pero que también
poseen profundas diferencias culturales, que son extraordinariamente
respetadas y comprendidas por cada uno de los pueblos, cosa que el extremo
occidente no tolera, el respeto a la diversidad cultural, religiosa
y política.
Mientras los medios siguen fijados en el fetiche nuclear, y el gobierno de los EUA sigue sancionando a nuestra industria petrolera con medidas que poco afectan los intereses de ambos países, el objetivo estratégico se va logrando, un barril de petróleo a 100 dólares, una Venezuela cada día más influyente en el contexto internacional y un proyecto bolivariano y socialista más sólido que nunca por vía electoral y democrática. Sin embargo no todo es favorable, el juego planteado para el posicionamiento y el mantenimiento del barril de petróleo ha implicado vivir en la zozobra de un posible ataque militar de quien se cree dueño del mundo, y evitar este desenlace también debe ser parte de la estratégica en el marco de la política internacional venezolana.
@NicmerEvans
evansnicmer.blogspot.com