El vasto territorio estadounidense es como el Muro de los Lamentos, y algo debe de tener de milagroso esa geografía que todas las y los bandidos de los distintos países latinoamericanos van hacia allá y nunca van –o desdeñan ir- al Vaticano para lavar sus pecados.
Al parecer el Imperio purifica más y mejor las almas y los corazones, sin penitencia, sin pena física alguna, ni detrás de barrotes, ni de sacrificio alguno, si alguna constricción implica es soportar sobre el rostro del pecador, son las abrumadoras cantidad de flashes y sus destellos o las potentes luces de la cantidad de reflectores televisivos que pudieran causar que algunas minúsculas gotas de sudor broten por el rostro del o de la, para el caso que nos ocupa, de Aponte Aponte.
Queda la duda si será un premio o un castigo, restringirle el paladear un whisky de 18 o 22 años, a lo mejor esparzan por el recinto del hotel o de la casa de huéspedes donde lo alojen del aromático licor, es una manera de presionarlo o moderarle la conducta y la ética antes de…“decir lo que sabe” a los “medios de comunicación” internacionales.
Muy pronto será bagazo este mencionado “Juez” una vez que diga en EE.UU lo que quieran que diga contra Venezuela y su gobierno; la promesa es la promesa, y hay que cumplirla, que luego le darán a “campanear” un regio vaso de whisky que saboreará como sediento del desierto.
En la madeja de complicidad está bien imbricada pero poco a poco queda al descubierto, mientras unos se ocultan, se mimetizan o tienen la suerte que le apliquen un placentero Secuestro Express por el Imperio a sagradas y endiosadas latitudes con estruendosas carcajadas dejan a quien los tenían en sus nóminas purgando condena y en tremendo vaporón.
Hay que recordar que al Jefe lo entrevistó primero en cárceles colombianas, la CIA, el FBI y la DEA, ahora estas instituciones norteamericanas e imperialistas están haciendo visitas domiciliarias en Venezuela –presumimos- a favorecidos para precisar al lado de quien van a jugar o a planificarle cuál es la jugada de ahora en adelante.
El gobierno venezolano juega fino ante el mundo y demuestra que quienes se fugan o reciben el favorcito de fugarse a EE.UU y contar con la protección imperial son piezas que le hacen el juego politiquero al Imperio y son Reyes por unos días para luego desinflarse en lo que canta un gallo una vez que los gringos lo utilizan los dejan como muñecos de utilería o los remiten a terceros países periféricos a vivir o a sobrevivir con la lástima que generan al entregar su propias almas al infierno con la promesa de futuro que de acuerdo a su conducta y a su fiel colaboración podrán vivir el resto de su vida en EE.UU. con el respectivo apoyo institucional estadounidense.
Esta es la manera de reclutar sus agentes latinoamericanos, la DEA, el FBI y la CIA, basta leer las abundantes lecturas sobre los pasos de Luis Posada Carriles, Orlando Bosch y toda esa caterva que de ser agentes contra los gobiernos a quienes se enfrentaban pasaron a ser simples narcotraficantes en nombre de una causa, una causa perdida, en tantos que otros y otras son receptores y beneficiadores de gruesas sumas de dinero porque en los últimos años quienes impulsan las políticas contrarrevolucionarias en Latinoamérica están en nóminas del narcolavado y narcotraficantes cuyos capos están recibiendo órdenes del Departamento de Estado y de la cúpula de la Casa Blanca.