Una vez que se ofreció al país el cacareado show de las primarias, la oposición escogió con un total de tres millones de electores, que luego desaparecieron por arte de magia de los listados en cuadernos devorados por el fuego, a Enrique Capriles Radonski como su abanderado.
No obstante, mucho antes de que se haya formalizado su inscripción en el CNE y con apenas unos pininos en la calle, el candidato opositor no ha levantado vuelo y algunos sesudos analistas indican que se desinfla, sin aun haber entrado en la verdadera batalla electoral.
La mal llamada mesa de la unidad la cual supuestamente serviría de plataforma para sus estrategias, nació con tres patas y sus asesores extranjeros; los más connotados del planeta, no han podido dar pie con bola para remontar la cuesta del candidato y aún, estando ausente su contendor el Comandante Hugo Chávez Frías quien se recupera gracias a Dios, a la medicina cubana y a su voluntad de un cáncer.
Ante la carencia de una estrategia, un programa de gobierno o un slogan que haya calado entre los venezolanos, sus asesores tratan de vender al candidato y han llegado a buscar las más variadas artimañas, como la de traer al país para sus foros y conferencias, a expresidentes europeos y latinoamericanos, quienes han venido a ofrecer las más variadas recetas las cuales no se adaptan al actual proceso político venezolano.
El asunto es que a diferencia de los procesos electorales vividos en Latinoamérica y en los propios Estados Unidos, la realidad de la tierra de Bolívar demuestra que el pueblo venezolano ha buscado otra salida, la del socialismo; fórmula de gobernar la cual no puede ser medida con las recetas del capitalismo, con la manipulación de los electores o con estrategias publicitarias y de marketing, las cuales han sido superadas por el pueblo revolucionario de Venezuela.
Ante esta situación y asesorados por El Pentágono y el Departamento de Estado norteamericano, los líderes de la oposición y sus comandos de campaña, han apelado a la tesis de la violencia y a la desesperación que dio resultados en Colombia y que ya fracasaron para buscar refugio en Venezuela, donde un pueblo ha encontrado su propio camino y no comulga con los postulados de la “Seguridad Democrática” de Uribe, quien se ha convertido en el manager y asesor del “majunche” venezolano, quien no encuentra en que palo ahorcarse.
Ante la derrota inminente de la oposición en Venezuela por las fuerzas socialistas y la carencia de carisma de su candidato “chayota”, han resucitado el paramilitarismo.
El nuevo Santander colombiano Álvaro Uribe Vélez desprestigiado en su propio país, se muere de envidia por las excelentes relaciones que han logrado alcanzar los dos pueblos hermanos. Por eso, junto al capitalismo internacional y la burguesía criolla, mueven sus tentáculos para salvar su pellejo e impedir a toda consta su encarcelamiento, jugándose así su última carta para tratar de impedir el triunfo del Comandante Hugo Chávez Frías el próximo 7 de octubre..¡ No pasarán!...¡Viviremos y venceremos!.
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