El Pueblo Avanza (EPA) ni forma parte del PSUV, tampoco del Gobierno ni tiene ningún parlamentario en la Asamblea Nacional. Si lo tuviera, aun estando de acuerdo con el Gobierno que preside el camarada Maduro, jamás se atribuiría la potestad de hablar en nombre ni del Gobierno, ni de la Asamblea y, muchísimo menos, del Gran Polo Patriótico y, nunca ni siquiera lo pensaría, en hacerlo a nombre del pueblo venezolano. Para nosotros, un parlamentario –independiente del partido político por el cual haya sido elegido- debe ser vocero de los intereses, las inquietudes y las necesidades de la población donde salió electo diputado. Eso no rompe con la disciplina ni los estatutos de un partido ni corroen los principios de una causa revolucionaria. Un sindicato, por ejemplo, no puede atribuirse hacer lo que sólo corresponde hacer a un partido político como éste no debe sustituir a las organizaciones políticas de masas en sus funciones de ejercer Gobierno político.
La Oposición está tratando de sacarle punta o especulando políticamente para tratar de demostrar que el Gobierno del camarada Maduro es violento por la sencilla razón que el diputado por el PSUV Abdel El Zabayar se fue a Siria para incorporarse a las fuerzas que harán resistencia y se opondrán a la invasión del imperialismo estadounidense y algunos de sus epígonos, como el Gobierno francés.
El diputado Abdel El Zabayar está haciendo uso de su convicción política personal, de su decisión individual de ejercer el internacionalismo para combatir a imperialistas. Eso es admirable, eso es aplaudible, eso es una decisión política correcta. Sin el internacionalismo ninguna lucha logra ser realmente exitosa. Que él haya alegado que se une a las tropas del Presidente al-Asad, es su decisión, creemos, personal y no una decisión del Gobierno venezolano. Pero si fuese de éste, nada tendría que ver con una convicción de ser violento sino de ejercicio del internacionalismo. Que en el caso concreto de Siria sea ejercicio de violencia, es otra cosa. Frente a una invasión imperialista el único internacionalismo realmente efectivo es el recurrir a la violencia revolucionaria para derrotarla. Quien se vaya a un escenario de invasión imperialista a ejercer su internacionalismo revolucionario colgándose una pancarta del cuello, seguro, será uno de los primeros muertos. Mejor es que se quede tranquilo en su casa.
El hecho de pertenecer a una Asamblea Nacional, a un Tribunal Supremo de Justicia, a un Consejo Nacional Electoral, a una Defensoría del Pueblo, a una Fiscalía General de la Nación, a un Consejo de Ministros, en el caso que un miembro o varios miembros de uno o de varios de los organismos señalados se vayan a otro país a ejercer el internacionalismo, no implica que un Gobierno sea violento, sea amante de la guerra y enemigo de la paz. Eso no genera ninguna contradicción. Ahora, si los pescadores en río revuelto la buscan, es su problema descubrirla o no, especularla o no. Eso no tumba Gobierno.
Nosotros, como El Pueblo Avanza (EPA) por ejemplo, no andamos de críticos-críticos ni pidiendo juicios para los miembros de la Oposición que van y se reúnen y hasta solicitan solidaridad a gobiernos imperialistas o gobiernos capitalistas enemigos del socialismo. No creemos que la Oposición vaya a Cuba a solicitarle solidaridad al Gobierno que preside el camarada Raúl Castro para que les entregue dinero para realizar una campaña electoral contra los candidatos del Gran Polo Patriótico como sería terrible que una comisión de camaradas viajara a la Casa Blanca a pedirle al sionista Obama recursos para luchar contra los candidatos de la MUD. Lo que sí sabemos es que ningún movimiento político (sea de izquierda o sea de derecha), arruinado económicamente y pasando hambre día y noche, puede derrotar ni siquiera a una cuadrilla de bebés bien comidos, armados de piedras y con los morrales llenos de golosinas y de teteros conteniendo proteínas.
Un Gobierno proletario o socialista más que un derecho tiene el deber de ejercer el internacionalismo revolucionario con un Gobierno –de acuerdo a sus relaciones diplomáticas- y, especialmente, con un pueblo invadido por el imperialismo. Debe hacerlo con hombres o con armas, con dinero o con materia prima o, en otro caso, dejándole de vender minerales al imperialismo o expropiándole empresas o industrias que pertenezcan a monopolios imperialistas en el territorio del Gobierno que está ejerciendo el internacionalismo proletario. Pero la política inicialmente correcta es tratar por muchos medios de evitar que la invasión imperialista se produzca.
Nosotros, como EPA, confesamos que no le hemos solicitado a ningún militante que se vaya para Siria ni tampoco ningún militante lo ha planteado. Razones de idioma, de costumbres, de recursos económicos y otras, quizás, influyan en eso. Distinto sería si la invasión imperialista se produjera en Colombia, Ecuador, Bolivia o alguna nación latinoamericana y caribeña. Pero si El Pueblo Avanza (EPA) decidiera que uno o más militantes se fueran a Siria sería, sin duda alguna, en solidaridad con el pueblo sirio más no con su Gobierno, cosas que son distintas y no se escriben igual. Y decimos, por ejemplo, si Venezuela fuese invadida por el imperialismo estadounidense y algún Gobierno imperialista nos ofreciera dinero, armas o cualquier utensilio de guerra para combatir al Gobierno de Obama, lo recibiríamos con los ojos cerrados; es decir, aceptaríamos la ayuda de un bandido para combatir a otro bandido. Lo hizo el Gobierno bolchevique encabezado por el camarada Lenin y ¿por qué no podríamos hacerlo nosotros? ¿Acaso eso es traición a la patria o ser agente del imperialismo? Que otros movimientos revolucionarios o de izquierda no lo acepten, no lo criticamos y sí lo respetamos.
Que la Oposición, para creer en el internacionalismo del camarada Abdel El Zabayar, exija que éste muera en combate y su cadáver sea traído a Venezuela es cosa más de masoquismo y deseo demoníaco que de interpretación de la solidaridad.