El 29 de enero, del presente año, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) dictó prohibición de salida del país al señor Juan Guiadó, en concordancia con un escrito introducido en ese organismo por el Fiscal General de la Nación, Tarek William Saab. El susodicho salió del territorio nacional, violando el referido dictamen. Yo, no soy abogado, apenas un humilde periodista, pero pienso que el TSJ debió reabrir, de inmediato, el caso, y dictar nuevas medidas contra el miserable señor, quien, dicho sea de paso, se ha paseado por viarios gobiernos, títeres del imperio estadounidense, pidiendo más sanciones, e inclusive la intervención armada contra su pais.
El referido señor ha hecho lo que nunca, ciudadano alguno de este país ha hecho en la cara del Estado venezolano, de manera tan descarada. Inclusive, valido de la alcahuetería de algunos embajadores, cuando entró por el aeropuerto de Maiquetía no se cansaba de exhibir una sonrisita pueril, como diciendo: "Maduro, ¿qué te pasó? ¿Por qué no me metiste preso? ¿Tienes miedo?", y así subió a Caracas, riéndose de todos los organismos del Estado. Pero sobre todo, del presidente Nicolás Maduro.
Pregunto: ¿Acaso la entrada del señor Juan Guaidó, por el aeropuerto de Maiquetía, como perro por su casa, tiene que ver con una supuesta negociación? Si eso es así, el gobierno revolucionario tiene el deber de informarle al país sobre esos señalamientos que corren en el mundo político nacional. Un dialogo, o acuerdo, no está mal. La historia está llena de ejemplos de esa naturaleza. Lo malo está en que se llama en cada momento al chavismo a concentraciones y marchas, en defensa de la patria. Considero, acertada esa política. Lo que no es acertado, desde mi humilde punto de vista, es que se esté en las puertas de una negociación, en la cual se podría incluir unas eventuales elecciones presidenciales, sin que el pueblo chavista, que salió a votar el 20 de mayo pasado, no este enterado. No estoy afirmando que esto sea así. Simplemente digo que la no información a tiempo, da pie a especulaciones de todo tipo.
Pero no sólo el TSJ está en el limbo. También lo está la Fiscalía. Igualmente, la flamante Asamblea Nacional Constituyente. Y el no menos sonado, Poder Moral. En otras palabras, aquí todo es un silencio abismal. Mientras tanto, el señor Guiadó anda dando órdenes, como un loco. Y la canalla internacional aplaudiendo, y el loco Trump y sus fundamentalistas, apretando las tuercas. Y piensan que, con una piedra podrán matar a dos pájaros: Venezuela y Cuba. Ese es el sueño de quien se cree amo del mundo. Y mre que hay ingenuos que creen que él hace eso porque es bueno. Ama a Venezuela como ama a Cuba… ¡Pónganse a creer!
Puerto Ordaz, 7 de marzo del 2019.