El profesor Atilio Boron nos regala un artículo: "Elecciones parlamentarias en Venezuela: balance del 6 D" (Sábado 12/12/2020). El texto merece reflexión, Boron es un destacado profesor argentino formado de politólogo en Harvard.
El escrito de Boron es una lección magistral sobre cómo opinar sin mojarse las rodillas, cuidándose de no ir a lo hondo, sin tomar partido, analizando desde arriba como un catedrático que examina una rata sin mancharse las manos, con guantes y anteojos de moderación vaporosa. Un tiro al gobierno, uno a la oposición y que todo siga igual, distraídos del Socialismo olvidado.
El primer tiro es al gobierno y a la oposición, dice Boron: "Se ratifica plenamente el carácter mayoritario del chavismo, pero aparece un conjunto de fuerzas políticas que, en su heterogeneidad, serán un desafío importante para el gobierno del presidente Maduro. Los planes de la derecha subversiva y el imperialismo han sido derrotados, en una batalla pírrica"
El primer tiro es al gobierno con piquete a la oposición, declara Atilio, que se ratifica que el chavismo es plenamente de carácter mayoritario, y aquí deja colar dos falacias. Primero, no es mayoritario como después reconocerá; y segundo, no es chavismo, al contrario, es madurismo, una especie de antichavismo. Pero rápidamente le lanza un tiro al gobierno madurista: "batalla pírrica" es una batalla que conduce a la derrota estratégica. De esta manera, Boron califica en poquísimas palabras el resultado de las elecciones. Pero no se queda en este tiro al gobierno, a continuación dispara de nuevo:
"es innegable que se produjo una significativa baja en la tasa de participación electoral, llegando según las últimas informaciones al 32 %."
Y rápidamente le palmea el ego, lo consuela:
"La menor concurrencia se verificó en las elecciones parlamentarias del 2005, cuando la oposición decidió llamar a la abstención. En esa ocasión acudió a las urnas el 25 % de los votantes, aún con Hugo Chávez en el Palacio de Miraflores."
Se olvida Boron que en esa época el chavismo (ahora sí, el auténtico) tenía en la calle una mayoría actuante, sin presiones, voluntaria, decidida, capaz de llenar siete avenidas, y de derrotar un golpe y un saboteo petrolero.
Esta parte del artículo termina de forma determinante alertando al madurismo:
No es para celebrarlo, porque revela que hay un problema que el gobierno chavista, el PSUV y las fuerzas políticas aliadas deberán encarar y resolver. Y hacerlo cuanto antes.
Sin embargo, el artículo sigue con una serie de argumentos que pretenden sacarles al madurismo las castañas del fuego. Una muestra, Boron escribe:
"preciso indagar sobre las probables causas de este descenso en la voluntad participativa del electorado".
Y en este propósito no pasa de las buenas intenciones se queda en la orilla y culpa a la pandemia, a la intensa campaña mediática nacional e internacional, al impacto multidimensional y profundo del bloqueo gringo con complicidad de duque, la Asamblea Nacional controlada por la oposición antichavista. Esa rama del estado fue gravemente deslegitimada al estar volcada al derrocamiento del presidente.
Atilio Boron no menciona ni un poquito el criminal giro hacia el capitalismo del madurismo, la traición al Socialismo, circunstancia que está en el centro de todos los males de hoy. La debilidad del madurismo es la debilidad del renegado, no es aceptado por los gringos y perdió la querencia del pueblo chavista, de esa manera perdió apoyo, lo demás es melindres. Hoy estamos presenciando la patética conducta de un madurismo agotado, agónico, una oposición gringa sin fuelle, sumisa de los gringos. Y un chavismo auténtico, originario, Socialista, que lucha por recomponer sus filas.