A diario se escriben artículos firmados por gente de la oposición cuyos contenidos dan pena ajena y de veras que resulta muy importante darlos a conocer de manera íntegra para que quienes, sin importarnos de que puedan o no simpatizar con el gobierno de Hugo Chávez, pero que son personas pensantes y reflexivas, se sorprendan y conozcan a todos esos sujetos que intentan convertirse en sus voceros mediáticos cotidianos, pues las falacias que escriben son de tal magnitud, que por sí mismas son más que suficientes, tanto para evaluar sus capacidades intelectuales y críticas, como la moralidad y la ética de que hacen gala…
Aquí les traigo uno que ha salido en la edición de hoy 24/04 de El Universal, bajo el título “Encuentro amistoso”, de la señora Maruja Tarre Briceño, conocida como internacionalista y militante copeyana, referido al encuentro de Chávez-Obama, sobre el cual no vale la pena hacerle comentario alguno, pues su propio contenido se encarga de confirmar lo que decimos. Veamos:
“Ojalá Obama oiga cuando le digan que Chávez no escribe libros sino destruye bibliotecas.
Sabíamos, desde
los primeros debates en la campaña presidencial, que Obama hablaría con Chávez.
Pero la sorpresa de la Cumbre de Trinidad, que asombró a Chávez mismo, fue la
extraordinaria calidez que Obama le otorgó a ese primer encuentro. No hubo un
saludo formal y discreto sino risas, agarradas de mano, chistes y hasta el
famoso "bye my friend" de
la despedida.
Tanto el Washington Post en un reciente
editorial, como el periodista afroamericano ganador del Pulitzer de este año, Eugene
Robinson, le advirtieron claramente al Presidente de las consecuencias
indeseables de legitimar las acciones de Chávez en este momento de particular
represión. Con su arrogancia característica Obama respondió a las críticas,
diciendo que puede conversar con Chávez porque el ejército venezolano no
representa ninguna amenaza para EEUU. Esta respuesta absolutamente fuera de
lugar demuestra que las violaciones recurrentes por parte de Chávez a
la Carta
Democrática de la OEA, no tienen ninguna trascendencia para
EEUU, ni tampoco para los otros países igualmente signatarios del desdichado
documento.
Para terminar de demostrar su superficial interés por América
Latina, Obama al recibir el regalo de Chávez creyó que se trataba de uno de los
libros escritos por nuestro caudillo ilustrado. Su ignorancia sobre Galeano es
absolutamente perdonable, pero que a estas alturas un político de talla pueda
creer que Chávez tiene una obra escrita, es demostrar que no tiene la más mínima
idea del tiranuelo con quien está intimando. Ojalá oiga cuando le digan que
Chávez no escribe libros sino destruye bibliotecas, que no es Robin Hood sino el
jefe de uno de los gobiernos más corruptos del mundo, que no es un pobre
perseguido sino que se dedica a perseguir a quienes no piensan como
él.”
oliverr@cantv.net