Se ha dicho -y tal vez con razón- que en política no hay nada nuevo, poniendo de relieve que en todos los tiempos y escenarios hay seres fatales para el Gobierno y el proceso al que dicen servir. Son especie de Caballo de Troya que derrumban lo que el Líder pretende construir. Alerta. Podríamos tener algún Montesinos en la Revolución venezolana, pese a la indiscutible acción socialista del Comandante Chávez.
Uso hoy el caso de Montesinos en el Gobierno de Fujimori, a propósito de haber estado leyendo sobre él recientemente. Pero desde la antigüedad hasta el presente encontraremos Montesinos en todos los gobiernos, por supuesto que también en los procesos revolucionarios y progresistas.
Wladimir Lenín Montesinos Torres, Jefe del Servicio de Inteligencia del Gobierno de Fujimori, fue peor que una epidemia, que un terremoto o deslave en el equipo de Gobierno de Fujimori. Se hizo indispensable para el Jefe de Estado, quien cada vez le confió más responsabilidades, incluso las que no correspondían estrictamente a su cargo. Era adulador y megalómano, juraba lealtad, pero en silencio actuaba en contrario.
Su ambición de dinero y poder lo llevó a ir controlando el Partido y el Gobierno. Colocó a su familia y allegados en cargos de poder. El nepotismo floreció. María Trinidad Becerra, su esposa, supo de las delicias del poder y del manejo de hilos tras el trono. Guardaba el expediente de más de dos mil folios que acusaba a su esposo, a Wladimir Lenín, de traición a la Patria.
Montesinos tenía sus tentáculos metidos en el Partido del Jefe de Estado, en todo el Perú, donde ubicaba sus cuadros y familiares. Obtiene mayorías y arrima la brasa a su sardina. Actuaba siempre en solitario, con su propia agenda. Es cuidadoso y trata de no dejar huellas, no obstante, al mejor cazador se le escapa la liebre.
Wladimir Lenín es persistente, si no logra su objetivo hoy, mañana vuelve por su tajada. Desconcierta siempre al Jefe de Estado y al equipo, que nunca saben con exactitud qué quiere hacer o qué está haciendo. Especialista en disemación de rumores y desinformación, obtiene ventajas de la confusión. La intriga es siempre arma en sus manos. Pone a pelear al equipo del Presidente, con la habilidad de quedar siempre parado.
Se enriqueció groseramente. Nadó en dinero como el que más. No había escrúpulos en él. Se hizo burgués aceleradamente, contrastando con su origen humilde y militar. No obstante, pretendía exigir austeridad, quien sólo era un ladrón, quien simultáneamente robo dinero del pueblo, y robo la confianza del Presidente, arruinando la credibilidad en éste. Era una aspiradora.
Alerta: “Montesinos fue el principal responsable de la caída de Fujimori”
Alerta. El de Montesinos es un prototipo que se presenta siempre en la historia. Tengamos cuidado. La Revolución nos duele, es nuestra, es de su inspirador Hugo Chávez y del pueblo que lo alienta. Los revolucionarios debemos tener ojos y detectar a algún Montesinos en la Revolución. Nuestro Presidente y líder también debe estar atento. No queremos Montesinos en Venezuela, en este proceso en marcha que abre camino contra el imperialismo y la burguesía tradicional, la cual rechazamos con la misma fuerza que repelemos a quienes pretenden crecer solos, a costa del proceso y a espaldas de Chávez y el pueblo. Alerta.
NOTA: Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia.
(*) Municipalista y luchador social
cesar.dorta62@gmail.com