No soy economista ni pretendo serlo. Sólo soy un especulador; eso sí, con algunos momentos lúcidos… No como otros, como un ilustre profesor José Guerra, por ejemplo, que de lúcido no tiene ni la facha, contimenos el rostro. Pero confieso que me está arrechuchando mucho el hecho de que este profesor pretenda demostrarme (no sé si con sofismas; la verdad es que no sé cuál es la naturaleza de sus alegatos), que es Venezuela la que está mal, contrario al resto del mundo, que está muy bien.
Pero bueno, yo algo leo por ahí. Algo estudio aunque al rato se me olvide. Y además, creo que de cuando en vez me llegan verdaderas inspiraciones. Y perdonen la inmodestia, pero es que a algunos viejos nos da por ser faroleros.
Pues resulta que de última hora, en la España del primer mundo la cosa está tan dramática, que habrá de aprobarse, y muy pronto, un nuevo impuesto para las rentas superiores a un millón, y se hará, a los gastos sociales, el mayor recorte de la democracia. La Grecia de Platón y Aristóteles, y además, de Pitágoras, se paraliza con la quinta huelga general. Para colmo, cuando se especula que es aquí donde cunde el miedo, resulta que él, donde se instala luego de la caída estrepitosa de Wall Street, es en los parqués europeos. No en los pisos; bueno quizá sí… Cerrando Loretta Napoleoni con esto: La guerra de Irak es nuestro Vietnam financiero. (…) La expansión de la democracia, tras la caída del muro de Berlín, se ha convertido en un multiplicador de esclavitud. (…) EE UU se ha endeudado tanto y ha podido hacer esta política suicida para todo Occidente, porque controla la reserva monetaria mundial. La deuda y el déficit son más altos que los de España, pero nadie habla de bancarrota de Estados Unidos, porque sería el hundimiento del sistema monetario actual. Por eso, aunque parezca una paradoja, ahora el euro se hunde y el dólar sube... Es la supremacía del dólar. Hasta que sea la moneda de referencia mundial, Estados Unidos estará protegido. (…) Ni se entiende porqué Goldman Sachs haya podido ayudar a Grecia a falsear sus cuentas, sin que esto sea considerado un delito. En fin, un total enredijo de cosas financieras, y económicas, bien feas, por cierto.
En cambio aquí en Venezuela nada de eso sucede, y las anomalías que tratan de inocularnos, desde fuera y desde dentro, con fines inconfesables, se neutralizan y se van venciendo.
Entonces, al profesor este lo que le recomiendo, y muy respetuosamente, es que deje su profesión académica y monte mejor un serrallo económico.
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