Para aquellos que se pronuncian por la necesidad de un diálogo nacional, en la instalación del Consejo Federal de Gobierno (CFG) tuvieron en el gobernador de Miranda, Enrique Capriles Radonski, un ejemplo de la forma como se torpedea ese deseado entendimiento que podría conducir al camino de la reconciliación del país.
Los opositores plantean la urgencia de esa conversación, pero lamentablemente los caracterizan hechos como el que protagonizó Capriles Radonski en esa reunión, que reía casi a mandíbula batiente en frente del presidente Hugo Chávez y por detrás le encajaba su venenosa daga en twitter.
En su criterio, 50 por ciento de la población no está representada en el CFG, sin embargo, a juzgar por la sonrisa y el rostro pleno de felicidad, parecía opinar todo lo contrario, pues que se sepa, nadie le estaba haciendo cosquillas.
Aunque más allá de lo que el gobernador twitteó y el gozo de su rostro, el asunto es cómo confiar en ese tipo de personas para llevar a cabo ese coloquio que exigen algunos políticos del chavismo y de la oposición y que creo realmente indispensable. Muy difícil. Además, lo que Randonski dijo en twitter se lo pudo haber dicho al Presidente cara a cara, que quizás eso se lo aplaude el país, pero por lo que se vio no tuvo el coraje y terminó en fingidos arrumacos.
El comandante ha advertido acerca de la imposibilidad de un diálogo con sus adversarios, sin embargo, se reunió con los gobernadores sin discriminación alguna, pero como siempre recibió el golpe traidor.
La acción de Radonski le hace daño a la oposición, aunque verdaderamente el país sabe que esa es la actitud de la mayoría de los enemigos de esta revolución, creo que hay muy pocas excepciones.
Más coherente fueron los procederes de los mandatarios Enrique Salas Feo (Carabobo) y Henry Falcón (Lara), entre otros. El primero se marchó alegando que no llegaba el Presidente y no se le podían pedir recursos y el segundo se mantuvo circunspecto para no ceder ante el “embrujo” de Chávez, “algunos cayeran en la trampa de la risa y el encanto” dijo, pero el caso de Radonski es hasta doloroso, si tomamos en cuenta que a todos los gobiernos les hace falta una oposición seria y responsable.
Seguramente los políticos que se pronuncian por el diálogo califican el caso como un hecho aislado e insistirán en que si hay personas serias para conversar, cuestión que en el fondo comparto, pero el problema es saber quiénes son y dónde están, porque caras vemos mas no corazones.
Periodista
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