¡Qué tal, camarada! Emocionados por estar transitando, con muchas dificultades, este proceso revolucionario y apreciando los pinitos del Socialismo del Siglo XXI, también a tropezón limpio.
Asimismo, viendo el desplome del capitalismo mundial con los atropellos al medioambiente y los cambos climáticos que han venido afectando a todo el planeta con muchas desgracias “na-tu-ra-les”.
Pero la gran arrechera –pido disculpas por que debí escribir “indignación”, pero no pude– arrechera incontenible por el asesinato a mansalva (sin ningún peligro) por parte del ejército israelí a representantes del grupo humanitario de ayuda al pueblo de la Franja de Gaza.
Pueblo que resiste un bloqueo imperialista, del capitalismo dirigido realmente por los judíos a nivel planetario, al mejor estilo sionista –con bombardeos–, peor que el sufrido por el pueblo cubano, por las acciones bélicas asesinas.
Bien. Ahora, despojándonos de la inmundicia de la cotidianidad universal, nos vamos de poesía.
“Interroga el poeta, quien se declara natural de la Ciudad de Santiago de León de Caracas, Santa Rosalía, Los Rosales, parroquia de cines, bares y escuelas, entre ellas la Escuela Gran Colombia, uno de los lugares de su infancia. El poeta, es decir, el hombre, ama, sufre y comparte el destino paradójico de las aguas, las de su río, las de su vida, solidario con sus lugares y solidario con los suyos”
Tomado de un hermoso e interesante escrito de Héctor Seijas, escritor y ensayista, en el Jornal de Poesía, que homenajeando a Osuna se pasea por la situación política de los años de la democracia “bobalicona”.
Los invito a leerlo, vía Internet.
Por mi parte, me identifico con lo referido a mi contemporáneo William Osuna, sólo que soy de San José la parroquia del Padre Hernández y del eminente médico y escritor Don Pepe Izquierdo, vecino de cuadra, amigos de mi padre, aún su condición de librepensador y ateo.
Dentro de esta espiritualidad debo agradecer la oportunidad de ser invitado, otro año más, por el Ministerio de Cultura, como poeta local para infiltrarme en la onda del “VII Festival Mundial de Poesía”, capítulo Anzoátegui.
Como todos saben el Festival, la fiesta de la palabra, se realizó en homenaje al poeta y docente William Osuna.
Las lecturas de nuestros poemas en espacios públicos y comunitarios –plaza Bolívar de Barcelona, sala de Lectura de Las Charas, en Puerto la Cruz– permitieron la participación de todos. Espacios que vibraban con la presencia mayoritaria de mujeres de todas las edades. Y en las comunidades con niños y niñas.
Todos se atrevieron a compartir un género no muy difundido y lo disfrutaron junto a nosotros. Sin embargo, falta mayor difusión de los festivales.
Tuvimos una invitación, ajena a la del Ministerio y dentro del marco del Festival, a una lectura de poemas por la Comisión de Cultura de la Alcaldía del Municipio Bolívar, en Barcelona, realizada en la Sala de Sesiones, la cual se desarrolló con una bella variedad, con acompañamiento musical, inclusive.
Gracias a todos por permitirnos disfrutar y compartir momentos estelares populares, con el alma.
Bueno, ahora con las sugerencias, que nos permitimos porque consideramos que todas las acciones revolucionarias son perfectibles, más para los que están en funciones públicas.
Con el poeta Osuna voy a referirme a nuestra editorial popular “El perro y la rana”, que él preside.
Antes que nada, destacar que a la excelente idea de las imprentas estadales le ha faltado una cosa muy importante: recursos. Han tenido que publicar, casi artesanalmente, y ediciones de 500 ejemplares.
En el caso de la misión “Cada día un Libro” de El perro y la rana, supimos que se han presentado problemas con la imprenta, luego tipografías, etc. lo que ha atrasado las publicaciones y, lo más importante, es que son miles las solicitudes de publicaciones por parte de escritores y poetas de todo el País.
Por mi caso en particular, y solicito disculpen que lo particularice, estimo conveniente que indiquen vía Internet lo que esté aconteciendo con las posibles publicaciones.
Me explico, con mi caso, en un viaje especial a Caracas llevé mi original para que fuese considerado para su publicación (Es el anhelo de todo aquel quien escribe, como el del pintor o del escultor que le exhiban).
Estoy hablando del año 2008, cuando el escritor y poeta Miguel Márquez era el presidente de la editorial. Estaba emocionado porque, tal vez, lograría una publicación por año. En 2006 el Fondo del Caribe, en Barcelona, me publicó “El Niño Sol de la negra Hipólita”, la infancia novelada de Simón Bolívar, tema nunca tocado en una novela. Y en 2007, “Bolívar de carne y Eros”, novela sobre la vida sexual del Libertador, cargada de humor y sexo, por el SENIAT y bautizada por Vielma Mora y sus compañeros de graduación militar en la Aduana de Guanta.
Además, con esa obra, “Diálogo Inmortal”, esperaba cerrar una trilogía sobre el Genio Universal, Simón Bolívar.
El caso es que para los que vivimos en la provincia, desconocidos los más, se nos hace muy difícil llegarle a los grupos establecidos en Caracas. O como aquellos que aún de la provincia ya son de las grandes ligas. O lograr un empujoncito, de los que siempre hacen falta.
Esto, además, implica contar con recursos, y tiempo, para viajar a Caracas para averiguar cómo marcha la posibilidad de publicación.
Inclusive, en “El perro y la rana” tuvieron una excelente idea: crear una figura (hoy parece que son varios) para la atención del escritor. En algún momento funcionó la comunicación celular luego imposible, hasta la telefónica.
De tanto indagar y buscar números me facilitaron el de una persona (no nombraré a nadie) a quien le solicité me averiguara el estatus de la obra. Me informó que lo estaba leyendo un “lector externo.
En otra oportunidad, cuando a los meses llamé, me dijo: antes me permito informarle que la calificación que otorgan los lectores contratados para su evaluación va del 1 al 5. Buscó y me dice: la suya tiene 4,5 puntos, o sea que sería posible su publicación. La alegría fue máxima.
“Luego debe pasar al comité (o algo así) de publicaciones”, concluyó.
Pasan los meses y a varias llamadas (asunto que incomoda a ambos lados, y cuesta desde nuestro celular) se desconoce la evolución de la posibilidad. En otro mes me informan que ha sido sometida a una nueva lectura. Me comentan que es frecuente que eso ocurra. Esto ocurre, está ocurriendo, en 2010.
A todas estas, me complace, y varios me animan a creer, que a lo mejor se deciden este año ya que siendo un tema histórico (a mi me parece que está bien escrita) pudiese ser considerado como una publicación en el contexto bicentenario.
En fin, no quiero que aprecien esto como un sentimiento de víctima, no, lo que quiero sugerir, repito, es que la información referida al estatus de las obras sea mostrada permanentemente en el portal de cada empresa editorial, en este caso, de “El perro y la rana”. Y, tal vez, en Monte Ávila. Es, como he planteado, con los juicios.
Se acabarían las dudas, las esperanzas, las incomodidades, las molestias, pienso.
¡Patria, Socialismo o Muerte! Con eficiencia ¡VENCEREMOS!
edopasev@hotmail.com