Este próximo 8 de agosto se cumplen 73 años de la histórica y trascendental celebración en Maracay de la primera Conferencia Nacional del PCV, fue en dicha reunión que los comunistas venezolanos decidimos “dar la cara” como partido de la clase obrera que asumía de manera formal los postulados del marxismo-leninismo como guía para la acción revolucionaria en contra de la corriente pequeño burguesa, conformada entre otros por Rómulo Betancourt, que proponía el policlasismo.
Es importante resaltar que el partido había sido fundado en marzo de 1931 en plena dictadura derechista y proyanqui de Juan Vicente Gómez, que prohibía constitucionalmente (inciso sexto del Artículo 32 de la Constitución vigente para la época), cualquier actividad comunista en nuestra patria; es bajo esos signos de persecución, desaparición y asesinato que los valientes hombres y mujeres comunistas fundan la organización en el país y que seis años después lograría realizar su primera Conferencia tal y como relatamos en el párrafo anterior.
Demás está decir que aunque en 1937 (año de realización de la conferencia), ya había fallecido el dictador Gómez, se seguía desarrollando en nuestro país la era “gomecista” al encontrarse en el poder su principal pupilo: Eleazar López Contreras. En el país estaban prohibidos los sindicatos, las asociaciones políticas, la libertad de expresión y toda forma de manifestación política e intelectual desafecta al régimen proimperialista de Gómez y sus herederos; lo que sí no estaba prohibido era la práctica del más absoluto irrespeto a los derechos humanos fundamentales de la disidencia por parte del estado; por eso la conferencia se realizó en Maracay en la casa del Camarada Víctor Paiva bajo las más estrictas normas de clandestinidad que llevaron incluso a elegir al Secretario General, Juan Bautista Fuenmayor, en ausencia.
Fue entonces esta reunión clave para el desarrollo político y organizativo del Partido Comunista en el país, ya aceptado en 1935 como seccional de la internacional comunista, porque en ella no solo se hacen presente delegados de diferentes regiones, se le da un carácter leninista a la forma de organización, sino que, como ya se mencionó, se liquido en el seno del propio partido la tendencia policlasista esgrimida por quienes, como Betancourt, luego sacaron a relucir su verdadera procedencia como elementos al servicio del imperialismo que incluso terminaron siendo perseguidores a muerte de los comunistas. Por eso el documento que se desprende de esta reunión se llamó precisamente “Dar la cara”, porque se expuso con mucha valentía ante el país los objetivos tácticos y estratégicos perseguidos por la organización, su vocación antiimperialista, el reconocimiento a la clase trabajadora como sujeto histórico en la construcción revolucionaria aliada al campesinado pobre y demás capas de explotados y se asume abiertamente (a pesar del inciso sexto de la constitución), al marxismo-leninismo. Desde allí el PCV, con sus errores y grandes aciertos, con su historia plagada de mártires ha estado al servicio de la revolución venezolana por la construcción del socialismo.
Este episodio de nuestra vida política es de importante estudio incluso para quienes adversan al proceso bolivariano, en ella encontraran algunas claves como por ejemplo entender que las dictaduras, como la de Gómez, son de derecha y no de izquierda; darse cuenta que en la actualidad gozamos en Venezuela de un gobierno democrático y respetuoso de las libertades populares y por último conocer las condiciones de valentía, desprendimiento y heroísmo que implicó en Venezuela ser comunista sobre todo cuando Gómez y cuando Rómulo el de la cuarta.
(*)Militante del PCV
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