Si no fueran tan terribles,
Me darían lástima
Si no fueran tan malignos,
Me darían risa
(a los opositores, Joan Manuel Serrat)
Bueno, camaradas, arrancó la campaña hacia la renovación de la Asamblea Nacional, elecciones en las que no solo están en juego los curules parlamentarios, sino que se expone la posibilidad de la oposición de buscar una cantidad de diputados que les permita comenzar a hollar el camino para desalojar al comandante presidente, Hugo Chávez Frías del poder y poder retornar a ese pasado lleno de injusticias, de exclusión social, de represión, del reparto de las riquezas entre los banqueros, los dueños medios de comunicación, Fedecámaras, los terratenientes, las clínicas privadas haciendo su agosto, el famoso cupo universitario, las luchas por el pasaje estudiantil, en fin, de todo ese entramado, en el cual ellos se sentían muy cómodos, mientras la gente de abajo era cada vez más pobre.
Nosotros, las personas de pensamiento progresista, humanista, ecologista, de sensibiidad social, creyentes en que con nuestras riquezas se puede construir una sociedad de todos y para todos, en la que las diferencias sociales no sean tan pronunciadas, no como pretende decir la oposición en la que todos seamos pobres, sino todo lo contrario, que todos seamos prósperos, eso no quiere decir que todos ricos, sino solventes, satisfechos al cubrir las necesidades primarias: alimentación, trabajo, salud, vivienda, ocio sano, todo aquello que propenda a esa suma de felicidad social de la que hablaba El Libertador, Simón Bolívar, en la cual el gobierno termine de consolidar el hecho de que las comunidades puedan ser dueñas de su destino, con una administración de sus bienes a través de la resolución de los problemas particulares que cada comuna padezca, con un pueblo consciente de su destino y de su fuerza creadora.
Pero, ¡que va! Los opositores siguen pensando que el venezolano de hoy es aún aquel Juan Bimba, que tenía un pedazo de pan en el bolsillo, que pasaba hambre, pero que se sentía contento con el hecho que los adecos se apoderaran de lo producido por nuestros recursos naturales y del cobro de los impuestos. Damos un ejemplo aquí en Cabimas, nosotros veíamos pasar a los super tanqueros llevándose nuestro crudo y nuestra gasolina vendidas a precio de gallina flaca, claro, eso hacia feliz al imperio, quien nos calificaba de “pueblo amigo”, porque no dábamos conflictos, y porque nuestros gobiernos eran sumisos, como lo es hoy el gobierno de Colombia.
No se olviden que al presidente Pérez, cuando la intentona del 04 de febrero de 1992, la mayor preocupación no era que lo tumbaran, sino lo que diría el presidente George Bush, padre. Claro, ese golpe indicaba que no tenía a todo el rebaño metido en su corral, sino que existía un evidente descontento por la aplicación feroz de los dictámenes del Fondo Monetario Internacional, en una época en la cual parecía que el Neoliberalismo parecía la panacea, pero no, a finales de los años 90, se comenzaron a derrumbar todas esas economías que habían adoptado el modelo neoliberal, es decir, que el mercado dictara la pauta, cayeron los siete tigres asiáticos (Japón, Corea del Sur, Singapur, Malasia, Hong Kong, Taiwan y Tailandia), México, Brasil, Argentina, Bolivia, para citar algunos de ellos, con su respectiva dosis de represión muertos y heridos, pues esa era la respuesta que podían dar, a darse cuenta de que esa receta solo hacia más ricos a los ricos y más pobres, incrementando la brecha, y por ende las injusticias y el desequilibrio social, con sus consabidas consecuencias.
A partir de los años 2000, se inicia un despertar en los países de la región sudamericana y podemos observar que en América del sur, con la excepción de Perú y Colombia, todos los gobiernos son progresistas y nacionalistas, producto, y de eso debemos sentirnos orgullosos, por tener un presidente como Hugo Chávez, quien al comienzo solo contaba con la amistad de Fidel Castro y el pueblo cubano, como cuentan ellos mismos, solo había “dos diablos”, según el imperio, que se interponía a sus crueles designios.
Hoy día, la lucha que se plantean los pueblos del mundo, es nada más y nada menos que terminar de derrumbar al capitalismo como sistema económico y político que no contribuye en nada a mejorar la calidad de vida, un sistema que necesita los conflictos permanentes entre los países, pues al ser la venta de armas el negocio más importante para ellos, la paz no es una opción, pues se les “abollaría” la mercancía, y “esa vaina sí que no”, dicen los perros de la guerra.
A los venezolanos, tienen 11 años, azuzándonos para que nos matemos unos con otro, pero la cosa se les dificulta, pues al no haber diferencias étnicas, religiosas, ni de ningún otro tipo, amén de ser un pueblo pacífico, en el cual, como dice aquella cuña de la Toyota de Venezuela, en la cual el sol es protagonista, donde la palabra “extranjero” es inexistente, nos convierte en un pueblo altamente privilegiado, pues si bien, algunos de nuestros compatriotas han caído en la trampa de la disociación sicótica a las que nos han pretendido someternos, la gran mayoría de la población, ya no es el Juan Bimba, al cual nos referíamos arriba de este escrito, ya no somos pendejos, los medios de comunicación y su veneno ya no es tan efectivo. Es por ello que le recomendamos a esos laboratorios de guerra sucia, que lancen a la papelera esa vieja fórmula que han venido empleando y que les ha sido útil en muchas partes del mundo, ya no tiene esa eficiencia perversa, y que no es momento en que la mentira y la maldad se sigan incubando, pues ya no hay caldo de cultivo, porque, para su información, como decía el gran poeta cubano en su poema Tengo:
“Tengo que como tengo la tierra tengo el mar,
no country, no jailáif,
no tennis y no yacht,
sino de playa en playa y ola en ola,
gigante azul abierto democrático:
en fin, el mar.
Tengo, vamos a ver,
que ya aprendí a leer,
a contar,
tengo que ya aprendí a escribir
y a pensar
y a reir.
Tengo que ya tengo
donde trabajar
y ganar
lo que me tengo que comer.
Tengo, vamos a ver,
tengo lo que tenía que tener.”
Bueno, mejor ilustración que este hermoso poema libertario del poeta mulato de la revolución cubana, a quien este servidor conoció en el teatro Baralt, en el año 1974, en un homenaje que le hizo la Universidad del Zulia, en la cual lo nombró Doctor Honoris causa.
Es por ello que este 26 de septiembre, resuelto por ahora, gracias a la visión estratégica del comandante Chávez, el peligro de una confrontación con la hermana Colombia, con las aguas del Guri repletas y a nivel óptimo, con las misiones marchando a donde deben marchar, con el suministro alimentario suficiente y necesario, con un pueblo mirando hacia adelante, solo nos queda seguir consolidando este proceso, eso sí, sin bajar nunca la guardia, porque como decía mi abuela Sixta, en su sabiduría de anciana: “el diablo nunca duerme”.
Viva la revolución y larga vida al comandante Chávez y a nuestro pueblo, cada día más dueño de su destino.
Militante de los sueños
pedroqueral@hotmail.com