Querido Servando tu eres el Samán y Guillermo el Roble. Se detuvo la pluma aguerrida, esclarecida y contundente de uno de los dos hermanos revolucionarios pero ahí quedan su obra escrita y sus acciones políticas imperecederas. Quisiera poder escribir con la maestría tuya para poder expresarte, en estos momentos, por la desaparición física de tu hermano, toda la solidaridad y el inmenso cariño que sentimos por esos dos árboles de buena madera comunista que han servido, sin descanso y con ahínco, a nuestra Venezuela entregándole sus vidas, desde la juventud, a la causa revolucionaria. Este país nunca podrá terminar de agradecerle a la familia García Ponce, engendradora de hombres de convicciones profundas, verdaderos héroes del cambio y de la transformación social, todo lo que han hecho por la patria buena, por la patria socialista y por la felicidad de nuestro pueblo.
Guillermo y tú tuvieron el acierto, el tino y la clarividencia para comprender estos tiempos de lucha de clases, que en el camino, de un transitar a veces confuso, se ha venido definiendo por el socialismo y por el antiimperialismo. Cuántos errores y desviaciones han advertido para contribuir a salvar las intenciones y propósitos del Comandante Presidente por el bienestar de su pueblo. Nunca hubo, en ustedes, vacilaciones ni titubeos en avanzar con la orientación clara y precisa hacia el horizonte de la redención que dirige Chávez a la cabeza de las mayorías populares. Ni más ni menos eso han hecho con el prestigioso Diario VEA, vaya duro batallar camaradas para concretar esa herramienta constructora de la revolución, cuya existencia y cotidiano transitar es una de las manifestaciones objetivas de una Venezuela en proceso de transformación.
Mi madre Margot García Maldonado de Briceño, perteneciente a la generación de comunistas que batallaron contra la dictadura de Juan Vicente Gómez, recordaba a Guillermo como el joven comunista, decidido y talentoso, que asistía a las reuniones del partido, a finales de la década del 30, las cuales se hacían en la quinta Katia de Pérez Bonalde. Ese Guillermo que desde muchacho destacó por su calidad humana, valentía y militancia fue el mismo que años más tarde se las jugó contra la dictadura de Pérez Jiménez y formó parte junto a Fabricio Ojeda de la gloriosa Junta Patriótica que emergió triunfante el 23 de enero de 1958. Más adelante en el Buró Político del PCV le correspondió la responsabilidad del frente militar en el enfrentamiento con el régimen de Betancourt, más feroz y anticomunista que Gómez y Pérez Jiménez. La vida de Guillermo y la tuya son dos historias de lucha y de consagración a las mejores causas de la humanidad.
Por eso yo los veo a ustedes dos como el Roble y el Samán, dignos venezolanos cuya semilla de esperanza y de creación va siendo esparcida por los trabajadores y el pueblo humilde de Venezuela en el camino abonado de la libertad, el socialismo y la felicidad de las grandes mayorías.
*Profesor. Ex Director de la Casa de Nuestra América José Martí
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