En la vida se juega para perder o ganar: nosotros ganamos. Quienes ven tsunamis, precipicios, hornos dantescos, no son más que esos pusilánimes “camaradas” que no tienen guáramo para aguantar chaparrones con hielo. La oposición, en cualquier país democrático también tiene vida. Venezuela es una revolución democrática, por lo tanto que los escuálidos haya alcanzado 65 diputados, ¿qué de extraño tiene? ¿Acaso no hay ricos, burguesiítas, manos blancas, traidores y lame suelas que votan? Nosotros, los que estamos acostumbrados a la lucha, simplemente les echamos bolas y más ná. Ellos perdieron 20 diputados en comparación de los que tuvieron antes de dejar el pelero por cobardes y tembleques hace 5 años.
Por eso da pena ajena, como dice Alberto, que se multipliquen las cuartillas donde nos colocamos como que si el universo se nos cayó encima; somos mayoría, ¿o es que 98 no es mayor que 65? Reste pues, 98 - 65= 33. Esa es la superioridad que les tendremos presente en la AN a la oposición para que desde enero traten de sabotear, parar, gritar o patalear. En estas mismas página de Aporrea leemos textos gimiendo que si esto y que si aquello, que “están regresando”, “que si subieron”, que “no estaban muertos”. Eso es bueno que pase en una democracia: la revolución no es totalitaria. Lo que tenemos que tener en cuenta para enfrentarlos es la calidad, el talento y lo mejor de nuestras propuestas.
Ellos van a defender lo suyo, van a defender a USA, a los mantuanos, a los oligarcas, a los cipayos, esquiroles y lame suelas de siempre: nosotros vamos a estar con el pueblo, con la clase de abajo, con los que anhelan ser incluidos, con los que LE ECHAN COJONES A LA VIDA. El pueblo es una cosa seria: puso a la revolución a revisar sus coherencias y sus incoherencias. Eso es bueno, porque si alguien no nos visualiza los errores, ¿cómo vamos a verlos con claridad? Dentro de los ministerios tenemos gente que no votó por nosotros. Son los viejos escuálidos de la “resistencia” al avance. Hay que hacer algo con ellos. Esta lucha no se detiene. Vean, en las elecciones para gobernadores, alcaldes y concejales, pasadas ganamos en 18 parroquias aquí en Caracas, hoy lo hicimos pero en 10. ¿Podrían los escuálidos pensar que esa gente se anotó en sus proyectos? ¡No! Eso fue para darles algunos coquitos a quienes acompañan al Presidente con precarias gestiones
Ganamos, porque además de los 98 diputados, lo hicimos para que analicemos la situación con acuciosidad. Ganamos porque el hermoso pueblo de Venezuela nos reprendió en algunas materias. Ganamos porque nos sentimos orgullosos de que el maestro soberano no nos pasó en todos los grado por ineficientes. La dicotomía, la cara o cruz. No hay razón para lanzarnos en un llantén de ridícula prosa melodramática.
Hoy observamos el panorama en frío, Que hayamos perdido en el Zulia no es algo nuevo; siempre hemos sido, literalmente vapuleados en esa región en elecciones no presidenciales. Ahora lo que no se concibe es que apenas hayamos logrado un diputado y eso por lista. Hace falta más trabajo. Más eficiencia, más contacto con las masas trabajadoras, sobre todo la petrolera, por otra parte, ¿quién dijo que íbamos a ganar en Nueva Esparta? ¿En Táchira? Nos sorprende y nos deja un tanto turulatos lo de Anzoátegui. No somos maquilladores de televisión, empero con todo el respeto que se merece nuestro admirado poeta Tarek W Saab podemos pedirle que revise bien la situación en ese estado, si es que tenemos las agallas de reconquistarlo.
En Carabobo le dimos hasta con el tobo al llorón de Salas Feo quien en su demagógica publicidad culpó al gobierno de sus evidentes precariedades para ser director de un estado. Desde ahí se fue armando el tinglado de los container de comida en mal estado: desde ahí se fraguó el “Proyecto Carabobo” para que el pueblo le cayera encima a la revolución; no hay mal que por bien no venga, dice el proverbio. No perdimos; ganamos, la sabiduría popular es la Alma Mater de cualquier sociedad
En Lara sentimos la admiración de los larenses que no obvian las luchas en Pro del pueblo y se volcaron a votar por este proyecto que, sin duda, no es entendido por algunos de nuestros connacionales. Los larense les demostraron al gobernador que la traición no es justa con nadie, que la fidelidad debe tener comienzo y fin, para poder enfrentar nuevos retos, ¿qué le importaba a Henry llegar hasta el 26 de septiembre? Su actitud perjudicó a nuestro viejo aliado el PPT, empero felicitamos a José Albornoz por no dejarse arrastrar a las filas del esquirolismo, como sabemos que nunca lo hará. En fin, dejemos la lloradera, que eso no es de revolucionarios. El pueblo es el único que nos da sorpresas. En Mirada, ¿qué fue lo que ganó la oposición? Ahí tenemos 6 diputados. Vamos pues a seguir luchando con nuevos bríos, con optimismo, con fe y constancia en este proyecto bolivariano hecho en honor al Genio que se adelantó al tiempo.
aenpelota@gmail.com